Más de 4.000 detenciones en tres años del plan contra las bandas latinas en Madrid

Además, ha sido un año con múltiples heridos y enfrentamientos en la guerra particular que siguen desde hace ya dos décadas las bandas latinas. Sin muertes que lamentar, sí que ha continuado su actividad sangrienta, a la par que la policial: en los tres años que se cumplieron el 2 de diciembre (desde la operación Hispano, el embrión del plan especial contra estos grupos juveniles, que continúa), son ya más de 4.000 las detenciones practicadas en este ámbito.

La cifra, hasta el 11 de diciembre último, señala, en concreto, un total de 101.737 actuaciones contra los Dominican Don't Play (DDP) y los Trinitarios, las organizaciones criminales más activas y numerosas, amén de otras residuales como los Latin Kings y los Ñetas (las pioneras) y los Blood. De todas esas acciones, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, 4.037 fueron arrestos.

Esto no significa, de cualquier modo, que todas esas detenciones se correspondan con pandilleros: hay desde jóvenes apresados más de una vez a los llamados 'bulteros' (una suerte de impostores, que aprovechan el miedo que desprenden estas bandas para hacerse pasar por ellas y cometer atracos, por ejemplo); asimismo, el refuerzo de vigilancia de Guardia Civil y, sobre todo, Policía Nacional, ha llevado a la identificación de cientos de miles de personas y, entre ellas, además de integrantes de estos 'coros' o 'capítulos' (los grupos en que se subdividen estas mafias por barrios), hay otros delincuentes.

De hecho, fuentes policiales explican a ABC que uno de los beneficios del plan es la posibilidad de imputar a los pandilleros detenidos la pertenencia a organización criminal, decretada así por el Tribunal Supremo contra ellos. De esta manera, ese delito se le suma al que hayan podido cometer de manera accesoria, normalmente de lesiones, riña tumultuaria o tenencia ilícita de armas, y levantar contra ellos una acusación más sólida. Que pueda, por tanto, llevarles a prisión provisional al menos y así quitarlos de las calles de Madrid.

Otro dato fundamental es el de incautaciones de armas. En cuanto a las blancas, especialmente bolomachetes (que son de enormes dimensiones), los agentes se han hecho en el marco de este plan con un total de 1.623; a ellas hay que sumar 25 armas de fuego (desde septiembre, no se han aprehendido más de este tipo), muchas de ellas 'chilenas', que son originariamente de fogueo o de 'airsoft' y que se modifican para ser detonadas al menos una o dos veces. Otros 294 objetos peligrosos se suman a esta lista de incautaciones. En los últimos tres años, se han registrado seis homicidios entre miembros de bandas latinas, el último, en marzo de 2023. Los DDP son los que cuentan con más sangre entre sus manos, seguidos muy de cerca por sus máximos rivales, los Trinitarios.

Cuando el plan echó a andar hace tres años, había 500 miembros activos en la demarcación de la Policía Nacional y 350 en la de Guardia Civil, que luego se rebajaron a 350 y y 200, respectivamente y siempre según los datos oficiales. Es decir, de 850 a 550. El 90% son españoles (de padres latinos, marroquíes o autóctonos) o nacionalizados. Y, como alerta la Fiscalía, crece la casuísitca de niños de 13 y menos años, los inimputables, asociados a esta actividad criminal. No se les puede detener ni juzgar, no tienen reproche penal.

Hace apenas unas semanas, tomaba posesión como jefe superior de Policía Javier Galván. Su predecesor inmediato, Manuel Soto, dejaba el cargo tras unos años en los que los homicidios han caído estrepitosamente en la región, que cuenta con 7 millones de habitantes. En total, han sido 15 homicidios (13 de ellos esclarecidos) con 18 detenidos, sumando el de la madrugada de ayer en Usera de una mujer a manos de su expareja.

En la demarcación en Guardia Civil, donde también acaba de incorporarse el coronel Carlos de Miguel García al frente de la Comandancia, el balance es de siete asesinatos, y eso contando las cuatro muertes provocadas por Dilawar Hussain Fazal, autor del triple crimen de los hermanos de Morata de Tajuña (cuyos cadáveres fueron hallados en enero pero el suceso tuvo lugar en diciembre de hace un año, lo que rebajaría en tres la cifra anterior) y de su compañero de celda en la cárcel de Estremera este mismo febrero.

Aparte, están otro caso de Navalcarnero y el del bebé del vertedero de Loeches, este último sin esclarecer. Un total de 22 muertes (menos de dos al mes), frente a los 33 de 2023, los 45 de 2022 o los 102 de 2003.