La masacre de Zaragoza y medio siglo en ETA: el legado sangriento de Josu Ternera

A su detención en Francia en 2019 tras 17 años en fuga, Ternera tenía cuatro causas pendientes en la Audiencia Nacional, si bien este horizonte se ha despejado en parte. Los dos primeros procesamientos que se le comunicaron lo fueron a cargo del juez Santiago Pedraz por el asesinato en 1980 del directivo de Michelin Luis María Hergueta y por la causa sobre Batasuna y las Herriko-Tabernas.

El caso de Hergueta, finalmente, fue archivado para él. La Guardia Civil concluyó en un informe que en aquella época, Josu Ternera no formaba parte de la rama de la organización terrorista que lo asesinó, ETA político-militar. La Fiscalía primero, y después el juez, instaron su salida del caso y la reclamación de entrega remitida a Francia fue revocada.

En cuanto a las Herriko-Tabernas, estaba en fuga cuando en 2015, el Tribunal Supremo confirmó penas de en torno a un año de cárcel para una veintena de implicados en aquella maniobra que buscaba fondos para ETA utilizando distintas organizaciones como pantalla. Francia autorizó su entrega para responder por estos hechos, pero están en el aire porque si finalmente es condenado allí por pertenencia a la organización terrorista, en España no se le podría volver a juzgar por lo mismo.

Había una más, una reclamación de la Audiencia Nacional contra Ternera por crímenes de lesa humanidad, habida cuenta de que ha pasado toda su trayectoria en una banda terrorista que ha dejado más de 800 muertos. Francia rechazó la pretensión porque ese delito no está recogido en su ordenamiento jurídico, según explicaron a ABC en fuentes conocedoras del proceso.

Sí está vigente y en lista de espera el mayor de los crímenes que pesan sobre Ternera y por el que la Fiscalía pide más de 2.300 años de cárcel en suma para él. Se trata del atentado contra la Casa Cuartel de Zaragoza, uno de los más sangrientos de la historia de la banda terrorista, que se llevó por delante a once personas, de las que seis eran niños pequeños y dos, mujeres embarazadas. Hirió a otras 88 personas.

En este caso, la Audiencia Nacional ha acordado ya la apertura de juicio oral y Francia ha autorizado entregarlo para que responda por ello, pero la fecha se ha pospuesto en más de una ocasión. En principio, podría celebrarse en enero de 2024, a expensas de nuevo del devenir del juicio que aún tiene pendiente en Francia.

Allí, Tenera fue juzgado dos veces estando en rebeldía y después de ser detenido a las puertas de un centro médico al que llevaba tiempo acudiendo bajo un nombre falso, pidió repetir los procedimientos estando ya él presente. Las autoridades le dieron la razón, lo que ha dilatado que rinda cuentas en España.

El primero de los juicios lo era por pertenencia a ETA entre los años 2011 y 2013, cuando habría participado en una serie de negociaciones en Noruega con el gobierno socialista de entonces para orquestar el fin de la banda terrorista, que finalmente quedaron en nada. La Fiscalía gala pedía cinco años de prisión, pero fue absuelto por el Tribunal Correccional de París al no hallar pruebas claras de su militancia en ETA en aquellas fechas. Él sostuvo que se apartó de la banda en 2006.

El segundo juicio es por pertenencia a ETA pero a principios de los años 2000. La vista aún no se ha celebrado y es la que podría impedir el juicio por las herriko tabernas en caso de ser condenado ya que la imputación lo es por asociación de malhechores con fines terroristas, equivalente al delito de integración o pertenencia a organización terrorista del Código Penal español.

Sin extradición acordada ni procesamiento dictado, Ternera aparece en otra batería de causas en la Audiencia Nacional que siguen en instrucción. Buena parte de ellas fueron impulsadas por la asociación de víctimas Dignidad y Justicia en busca de la autoría mediata de atentados que ya tienen la autoría material sentenciada: quieren depurar la responsabilidad de las cúpulas de ETA a lo largo de los años porque entienden que tratándose de una organización paramilitar jerarquizada, siempre hubo una orden o una instrucción para perpetrar un atentado o que de haberse dado, lo habría impedido.

En este sentido, el nombre de Ternera suena con el de otros 17 jerarcas por épocas de la banda terrorista por atentados que van desde el secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco en 1997, hasta la bomba que mató a dos personas en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, poniendo fin a una tregua en el año 2006.

En uno de esos crímenes en instrucción, el asesinato del dirigente popular Gregorio Ordóñez en enero de 1995 en San Sebastián, el juzgado cuenta con una prueba inédita. Dos antiguos miembros de la banda terrorista que se avinieron a declarar como testigos protegidos sobre el modo en que funcionaban las órdenes del comité ejecutivo de ETA y su ascendencia sobre los atentados. Uno de ellos, que se identificó como militante en los años 80 manifestó que en su época, Ternera, «mandaba y controlaba sobre todas las estructuras».

Sobre esos años es también un informe de la Guardia Civil que a partir de manifestaciones de distintos etarras, de sentencias, material intervenido en Francia y otros indicios, situó a Ternera en el «aparato político» de ETA a mediados de los ochenta, a partir de la reconstrucción de cómo se movía el dinero que financiaba las actividades terroristas. Él, decía aquel informe, «se encontraba en otro nivel» y «no tiene que justificar sus gastos ante José Luis Arrieta, de lo que se deduce el papel superior de Josu Ternera en el Comité Ejecutivo, donde se integraban cada uno de los responsables de los distintos 'Aparatos'».

Además, al margen de las querellas contra las cúpulas, sigue viva en la Audiencia Nacional una causa contra Ternera y otros dirigentes por reintegración en la banda terrorista en relación a la lectura del comunicado con el que, en octubre de 2011, se anunció el fin de la actividad armada. Tiene, según las fuentes jurídicas consultadas por ABC, pocos visos de prosperar habida cuenta de que la reintegración en la banda terrorista lo sería para anunciar su fin y considerando el resultado del juicio en Francia. Pero sigue abierta.