OPERACIÓN YAKIR
El juez da 40 días a los dos ucranianos imputados por tráfico de armas para que comparezcan
Los investigadores les sitúan en una red internacional desde Odessa cuyos frutos habrían sido blanqueados
Barcos, tanques, fusiles: así operó una red de tráfico de armas con base en España
Madrid
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Iniciar sesiónEl titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ha reactivado la causa por la Operación Yakir, que investiga una trama de blanqueo de capitales en España fruto del tráfico de armas a nivel internacional desde los puertos ... de Odessa, en Ucrania. Y lo ha hecho fijando una tanda de declaraciones que incluye la convocatoria, el 16 de noviembre, de Oleg Etnarovich y Sergii Motsman, dos ucranianos a los que los informes policiales sitúan como líderes de la organización criminal y a los que se venía llamando sin éxito.
La causa, de la que viene informando este diario, tiene en el centro a Víctor Murenko y Aleksejs Dircenko, dos navieros antes socios y después enfrentados porque el segundo denunció en una comisaría catalana que el primero, le estaba extorsionando. Cuando los investigadores se pusieron a analizar de dónde salía el dinero que se estaban reclamando, acabaron topándose con indicios de blanqueo en ambos casos fruto de actividades, ya paralelas, de tráfico de armas.
Pero faltaban piezas en el puzle y dos de las principales eran Etnarovich y Motsman. El día que explotó la operación estaban fuera de España y no fueron detenidos, y ya con la guerra de Ucrania en marcha el escenario se complicó. Sin embargo, la defensa de Murenko trasladó a la Audiencia Nacional un escrito de ambos que explicaba su intención de colaborar. Con una salvedad: Necesitaban tener de margen cuarenta días, tiempo necesario para presentar la citación judicial a la Autoridad Militar ucraniana y recabar allí el preceptivo permiso de abandonar el país. Son reservistas, podrían ser llamados a filas en cualquier momento.
«De la misma manera, esta parte se compromete a informar al Juzgado de la fecha de llegada para que tenga lugar la detención y comparecencia en la fecha que al efecto se señale, vuelos y demás contingencias necesarias en orden a dar satisfacción a la comparecencia de mis mandantes», decía el escrito de su defensa al juez de la Audiencia Nacional.
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Moreno, en una citación a la que tuvo acceso ABC, les da ese margen. Notificada este jueves, pone de horizonte el 19 de noviembre para que realicen los trámites, viajen a Madrid, se dejen detener y presten declaración. Fuentes de la defensa llaman la atención sobre este punto porque consideran que evidencia que ninguno, como tampoco el propio Murenko, tienen nada que esconder.
Los investigadores lo ven de otro modo. Sitúan a Etnarovych y Motsman tras la sociedad británica que insuflaba dinero a la que Murenko constituyó en Levante con aspiraciones como levantar un hotel de lujo, actividad que centra las pesquisas por blanqueo. Los informes policiales apuntan a que ambos son socios en varias empresas de Odessa y trazan relación directa con las actividades de Vadim Alperim, un conocido ucraniano al que el propio presidente del país se refirió en público como «patriarca del contrabando».
Murenko, también citado
La imputación de blanqueo por tráfico de armas trae cuenta del historial de cinco cargamentos concretos que fueron intervenidos o detectados en momentos y lugares distintos portando armamento sin la preceptiva autorización de Naciones Unidas o incluso quebrantando prohibiciones y embargos. Las empresas navieras, ya fueran de Murenko o de la etapa en que Dircenko trabajaba con él, acababan apareciendo de un modo u otro en la ecuación.
Uno de ellos, el más sonado, fue el Faina, que resultó asaltado por piratas somalíes cuando viajaba rumbo a Kenia con armamento pesado en 2018, incluyendo 33 carros de combate. En la intermediación con los asaltantes estuvo Murenko y a su lado, en una fotografía que ilustró el fin de la crisis, se encontraba Alperim.
La tesis de los investigadores es que se trataba de una operación de tráfico de armas en la que Murenko estuvo involucrado desempeñándose para Alperim, pero tal y como informó ABC, en esto se produjo un vuelco con la aportación, por parte de la defensa, de un escrito de un alto mando militar ucraniano que asegura que fue el gobierno quien requirió su colaboración para mediar en el secuestro, es decir, que no iba allí en calidad de interesado en el buque o su mercancía, sino para ayudar a su país. Sobre esta documental aún no se han pronunciado la Fiscalía Anticorrupción ni el juzgado.
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En las otras cuatro operaciones consta la sospecha de la venta de fertilizante compatible con la fabricación de explosivos a talibanes o terroristas iraníes, pero también un barco con la cubierta llena de tanques del que Murenko dio cuenta a un contacto en Finisterre o un buque que fue parado por las autoridades en Grecia cargado de fusiles AK-47. La defensa del naviero ucraniano viene negando todas las imputaciones, barco por barco. Él también está citado el 16 de noviembre.
No serán los únicos. El juez ha llamado también a declarar como imputados a los hermanos Muñoz Ramon, a quienes sitúa como asesores de Murenko en el proyecto de inversión que tenía en Levante y que centra las pesquisas por blanqueo.
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