17.510 días para «ganar el futuro»

Es por eso que el acto solemne que las Cortes acogerán el próximo 31 de octubre es el símbolo de algo mucho más grande: la jura de la Constitución por parte de la Heredera de la Corona supone la confirmación de que esta institución está por encima del día a día de una política que en España atraviesa tiempos convulsos. Doña Leonor representa la continuidad dinástica de la Corona y su juramento de la Constitución ante las Cortes es el acto solemne que lo constata, como sucedió el 30 de enero de 1986 cuando el hoy Rey de España cumplió la mayoría de edad.

Estamos por tanto en un día histórico de máxima trascendencia constitucional. Por eso, y como adelantó ayer ABC, todo se fraguó el pasado jueves en una reunión al máximo nivel en el Congreso entre el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín; los presidentes de la Cámara Baja, Francina Armengol; del Senado, Pedro Rollán; y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Parece obvio que la decisión se ha tomado apurando mucho los plazos.

Por todo lo anterior, adquiere sentido que en la jornada participe también Don Juan Carlos, que además de padre del Rey y abuelo de la Princesa fue el máximo responsable de la restauración monárquica a partir del 22 de noviembre de 1975, día de su proclamación como monarca de todos los españoles. Desde entonces hasta este 31 de octubre habrán pasado exactamente 47 años, once meses y nueve días. Entonces, en su discurso ante las Cortes, Don Juan Carlos pronunció una frase que hoy sigue vigente: «Si todos permanecemos unidos, habremos ganado el futuro».

Cuando diez años después, el entonces Príncipe de Asturias y hoy Rey juró la Constitución, en un discreto segundo plano estuvo su abuelo, Don Juan de Borbón y Battenberg: padre de Rey, hijo de Rey, nunca Rey, fue esencial para mantener viva en el exilio la llama de la continuidad histórica, además del compromiso de la Corona con la unidad de todos los españoles y con la Democracia.

En estos días ha comenzado un curso político que finalizará cuando en junio del año que viene se cumpla el décimo aniversario del Reinado de Felipe VI. Desde su discurso de proclamación, el Rey fijó una serie de compromisos de ejemplaridad y de transparencia que ha ido desarrollando en cada una de sus actuaciones y en cada uno de sus discursos. Ambas ideas pivotan sobre otro concepto más simple, pero igualmente esencial, para la vinculación de la institución monárquica no sólo con la Historia, sino con los ciudadanos de un Estado moderno como es España: la utilidad.

Con estabilidad y utilidad, habremos ganado el futuro.