Joao Lourenço: «Nos gustaría que los empresarios españoles invirtieran más en Angola»

«El objetivo ahora es concluir los proyectos iniciados y comenzar carreteras, terminar el nuevo aeropuerto, más hospitales, universidades, parques solares y eólicos, líneas ferroviarias...», relata el presidente Lourenço, que cuenta con el viento a favor del precio del petróleo. Angola es el segundo productor del 'oro negro' de África, superando a veces a Nigeria. El potencial en este sector es aún enorme.

El viernes, a apenas 72 horas de que los Reyes de España inicien su viaje de Estado a Angola, el también líder del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) recibió el viernes a ABC en el complejo del Palacio Presidencial. Por cierto, su partido partido ganó las elecciones en agosto con el 51,17% de los votos a la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita). Nos encontramos en la misma sala donde el martes se firmarán tres acuerdos bilaterales en materia de industria inteligente, cooperación deportiva y Escuela Diplomática.

La entrevista, por expreso deseo del presidente Lourenço, se hace con preguntas en español y respuestas en portugués de 'expresión angoleña'. Símbolo de ese paniberismo que nos une y que se quiere impulsar. No hay traducción simultánea. Nos entendemos.

–¿En qué estado se encuentran las relaciones bilaterales entre España y Angola?

–Nuestras relaciones son muy buenas, basadas en el Acuerdo General de Cooperación de 1987 y desde esa fecha hemos ampliado nuestros intercambios. En el ámbito comercial, Angola exporta para España, sobre todo, petróleo. Y España exporta a Angola productos manufacturados. Hay establecidas empresas españolas en el sector de la salud construyendo hospitales con tecnología punta. En el sector de la enseñanza superior tenemos el proyecto de la Universidad Internacional do Cuanza, en la ciudad de Cuito, provincia de Bié; además el Estado está trabajando para que una empresa de este sector construya cinco universidades públicas. En el sector del transporte, España está financiando la reconstrucción del tramo ferroviario Zenza-Cacuso, en la provincia de Malanje, también otro proyecto de control del espacio aéreo, que para nosotros es de extrema importancia pues a final de año inauguraremos el nuevo aeropuerto internacional António Agostinho Neto, cerca de Luanda. Y en otras áreas de nuestra economía sentimos la presencia de España, como el sector de la defensa con la construcción de tres aviones Airbus C-295, que nos permitirán el control de la vigilancia marítima. España también ofrece formación a nuestra policía especial, algo que continuará. Por tanto, las relaciones son muy buenas pero pueden ser aún mejores.

–Angola será el primer viaje de Estado de los Reyes de España a un país del África subsahariana.

–Para nosotros significa bastante, somos un país privilegiado en esta región subsahariana; agradecemos a España esta deferencia y, en particular, al Rey Felipe VI y la Reina Letizia por ese estatus que nos confieren.

–El Rey incluso intervendrá ante la Asamblea Nacional, algo que solo ha hecho hasta el momento en Francia y Portugal. Un símbolo del estatus que España da a las relaciones con Angola, «país prioritario» para la diplomacia española.

–Exactamente, el Rey hablará ante los diputados de la Asamblea Nacional, como también en el Foro Empresarial donde hablaremos ambos jefes de Estado. Todo ello es una señal evidente de la importancia que Su Majestad da a esta visita.

–En su visita a Madrid, en septiembre de 2021, ofreció un discurso en el Palacio Real en el que pidió que España tuviera un papel más relevante en sus relaciones con Angola y también respecto a Europa. ¿Cómo cree que debe ser ese papel?

–En breve va a surgir una gran oportunidad con la Presidencia rotatoria del Consejo Europeo por parte de España, en el segundo semestre del año. Por tanto, si me permite la expresión esperamos contar con un 'padrinho na cozinha', que defienda los intereses de Angola ante la UE.

–¿Le gustaría que España fuera la puerta de entrada de Angola hacia la UE?

–Esto es un asunto delicado. Diría que siempre hay muchas puertas de entrada. Con certeza España es una de ellas pero habrá otras.

–Ha comentado que las relaciones hispano-angoleñas pueden ser «aún mejores». ¿En qué sentido?

–Con el nuevo ambiente de negocios que hemos creado nos gustaría que el sector empresarial español hiciera más inversiones en Angola. En ese sentido el foro empresarial tendrá ese objetivo: atraer nuevas inversiones privadas a Angola.

–Navantia está negociando la venta de corbetas para la Marina de Angola. ¿Qué nos puede decir?

–Respecto a la industria naval y la adquisición de medios navales para la 'Marinha de Guerra Angolana' dependerá de las facilidades de crédito que nos sean ofrecidas. Por tanto, si esas facilidades fueran buenas... España tiene una gran industria naval y Angola está carente de medios para patrullar mejor sus costas.

–Europa vive una crisis de precios de la energía como consecuencia de la guerra en Ucrania. Su país es el segundo productor de petróleo de África –a veces es el primero, superando a Nigeria–. ¿Cómo puede ser Angola parte de la solución para el abastecimiento de petróleo y gas hacia España y Europa?

–Como acabo de decir, casi todas las exportaciones de Angola hacia España se basan en el petróleo. A Europa y, en particular, a España. Hay multinacionales europeas como Azule –que resulta de la fusión entre ENI (italiana) y BP (británica)–, también Total (francesa) o Equinor (noruega)... Todas esas operan en Angola y ese petróleo acaba llegando a España.

–Pero ninguna empresa española (Repsol, Cepsa, Naturgy...) está implantada. ¿Le gustaría que operaran?

–Sí, nuestro mercado está abierto y nos gustaría tener a Repsol y otras empresas del sector del petróleo operando en Angola.

–Su país también está haciendo una apuesta por la diversificación energética y las renovables.

–Tenemos un programa de transición energética para ir cambiando gradualmente las fuentes energéticas contaminantes. En estos momentos tenemos dos grandes presas hidroeléctricas, vamos a construir una tercera que será mayor que esas dos juntas, que deberá estar finalizada en 2026. Pero no basta con producir, también es preciso transportar y distribuir, por ello también estamos trabajando en ese sentido. Además, hemos empezado a probar la producción de energía solar con dos grandes parques de energía solar en funcionamiento en la provincia de Benguela; y en el sur está previsto otro megaproyecto de energía solar con una empresa americana; también en el este del país donde vamos a construir parques solares para abastecer a tres o cuatro provincias. Por tanto, otras ofertas de financiación o de inversión privada realizada en este sector de las energías renovables (solar, eólica, hidrógeno verde...) son todas bienvenidas. Angola está receptiva a la experiencia española en este ámbito y poder hacer en pocos años una transición energética completa.

–Angola es un país africano que, como se dice aquí, es de «expresión portuguesa». Pertenece por tanto a la comunidad de iberofonía. ¿Qué papel podría desempeñar su país, como principal país africano de lengua ibérica, en un contexto de paniberismo y acercamiento entre las naciones hispanohablantes y lusófonas?

–Nosotros ya hemos jugado un gran papel en esta aproximación entre el portugués y el español si tenemos en cuenta que fue, de alguna forma, por insistencia de Angola que Guinea Ecuatorial, país africano que habla español, es miembro de pleno derecho de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. Angola ya tiene esta visión desde hace tiempo para no dejar fuera a un país africano que habla 'expresión española' y luchamos por esa entrada. Nos gustaría profundizar en esta visión en el futuro.

–¿Le gustaría que Angola participara de algún modo, quizá como país observador, en la próxima Cumbre Iberoamericana en República Dominicana ( 24 y 25 de marzo)?

–Sí, sí.. 'com certeza'.

–Uno de los proyectos españoles que conocerán los Reyes en su visita a Angola será la Universidad Internacional do Cuanza (UNIC), creada en apenas un año y medio por la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber). ¿Cómo puede apoyar su Gobierno a este gran emprendimiento educativo español en el corazón de Angola?

–Este proyecto ha sido implantado en el corazón de Angola en tiempo récord. Tuvieron nuestro apoyo en términos de localización del terreno y construcción para mostrar la importancia que Angola da a esta inversión privada española realizado en Cuito, en la provincia de Bié. Mismamente fui a inaugurar esa universidad. Ahora mismo la Universidad Internacional do Cuanza se encuentra a la espera de autorización por parte del Ministerio de Enseñanza Superior para aumentar el número de cursos y nosotros estamos abiertos. En principio, esa petición de esta universidad va a ser atendida.

–En 2025 se cumplirán los 50 años de la independencia de Angola, coincidirá aún con su segundo mandato. ¿Cuál es su visión de Angola?

–Empezando por el punto de vista económico, vemos a una Angola cada vez más insertada en la economía mundial. Por tanto, nosotros abrazamos la economía de mercado y estamos quitando algunos de los últimos obstáculos para que la economía sea, verdaderamente, una economía de mercado. Estamos librando un combate acérrimo contra la corrupción para crear un buen ambiente de negocios y atraer más inversión privada extranjera. Por tanto, la integración de Angola en la economía mundial empieza a ser una realidad. Desde el punto de vista de las relaciones diplomáticas e internacionales, Angola tiene la característica de relacionarse prácticamente con todos los países, salvo aquellos estados considerados como parias. También tratamos de aprovechar nuestra propia experiencia de construcción de paz para ayudar a otros pueblos que atraviesan momentos difíciles y conflictos armados. Hoy existe la perspectiva de que África esté representada en el G-20 y como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por qué no, Angola tiene la ambición de poder ser el país o uno de los países que representen al continente africano.

–Ha mencionado «un combate acérrimo contra la corrupción». ¿Cuál es el estado de la corrupción en Angola?

–Le voy a decir que antes de llegar a la Presidencia de la República en 2017, documentos rectores del partido al que pertenezco y hoy presido –el MPLA– siempre reconocieron la existencia de la corrupción en Angola y la necesidad de combatirla. La diferencia es que no pasaba de una simple constatación pero no había acciones concretas para, efectivamente, combatir a ese gran mal que corroe a la sociedad angoleña. Y comenzamos a hacerlo. La misión de los políticos es indicar el camino, fue como hicimos, indicamos un camino claro de comenzar a combatir la corrupción. Se dice que es el presidente de la República quien combate la corrupción pues no, somos todos. La sociedad está participando con sus denuncias, el servicio de investigación está cumpliendo con su papel de investigar, el Ministerio Público está cumpliendo con su misión de admitir los procesos y los tribunales están cumpliendo con su papel de juzgar, con condenas o absoluciones. Por tanto, el combate a la corrupción en Angola es un hecho. Es un combate de arriba a abajo. No es un combate solo contra los «ladroes de gallinha» [para referirse a la pequeña corrupción] sino también contra los funcionarios del Estado sin importar en qué nivel se encuentran. Hay datos concretos y, claro que no voy a citar nombres, pero personas de categoría alta se han tenido que enfrentar ya a la Justicia angoleña.

–Uno de los logros de Angola es la estabilidad que hay después de la guerra civil. ¿Se cerraron las heridas tras 20 años de paz?

–Sin contar con la guerra colonial por la independencia, desde la declaración de independencia del 11 de noviembre de 1975, Angola vivió lamentablemente 27 largos años de guerra, sobre todo, contra invasores externos al norte y al sur. Felizmente es pasado, una página virada de nuestra historia y Angola ya ha vivido 20 años de paz que se están consolidando. Y gracias a eso estamos conociendo éxitos en la economía, en la resolución de problemas de los ciudadanos, en la construcción de infraestructuras y respecto a los profesionales de la salud, la educación y otras áreas. Gracias a esa paz de 20 años. En comparación con España... Bueno, España salió de un régimen fascista, de Franco, para un régimen democrático que también se fue consolidando a lo largo de los años para tener el nivel de madurez que tiene hoy la democracia española. Nosotros salimos de un conflicto armado para la paz y también para la democracia. Paz y democracia van a surgir aquí casi al mismo tiempo. Hay alguna similitud pero lo importante es que hoy somos dos países democráticos, con niveles de desarrollo económicos diferentes... pero Angola llegará.

–La relación histórica de Angola con Rusia es evidente. En este momento, ¿cuál es su relación con Rusia y cuál es su posición respecto a la guerra en Ucrania?

–Mantenemos nuestras relaciones de amistad y diplomáticas con Rusia. No hubo corte de relaciones. No obstante, desde que surgió la guerra en Ucrania nadie ha cortado las relaciones con Rusia. El hecho de que Rusia agrediera a un país vecino y, por tanto, un Estado independiente y miembro de Naciones Unidas -me estoy refiriendo a Ucrania- hizo que Angola se posicionara en un sentido de condenar esa guerra y aconsejar a las autoridades rusas para que pongan fin a esa guerra iniciada el 24 de febrero del año pasado. Los primeros meses de la guerra traté de ir a Moscú para hablar con el presidente Putin, pero no fue posible por indisponibilidad de él, pero hablamos por teléfono. De esa conversación telefónica que tuvimos, obviamente el mensaje era que era preciso cesar el fuego preferentemente por iniciativa de Rusia y negociar la paz en Europa. En aquel momento, ya el número de muertos y de refugiados para los países europeos era grande. Hoy ese número ha ascendido a 14 millones. Por no hablar, de la destrucción del país, de las infraestructuras de Ucrania, de la crisis económica que la guerra está provocando, de la dificultad de producción de cereales, de los precios de los alimentos que se dispararon a nivel mundial. Hay un peligro de una guerra nuclear, hasta sin querer... Por tanto, hemos asistido al hecho de que la ciudad de Zaporiya, donde está la mayor central nuclear de Ucrania, estuviera bajo fuego sucesivamente. Basta con que algún proyectil caiga en esa central para tener otra vez un Chernobyl. Por tanto, por todas esas razones, que crearon una crisis de seguridad y humanitaria en Europa y alimentaria en el mundo la guerra debe acabar. Pero la tendencia no parece ser esa. La tendencia parece ser de escalada del conflicto. Ojalá no acabe en una Tercera Guerra Mundial; ni mucho menos en una guerra nuclear.

–¿Y con Portugal? ¿Cuál es el estado de las relaciones?

–Las relaciones de Angola con Portugal siempre fueron buenas. Pero, como todo en la vida, las relaciones tienen altibajos. Pero de una forma general, y aunque en el tiempo de la Guerra Fría las áreas estaban delimitadas y bien separadas, las relaciones con Portugal siempre fueron buenas. No solo relaciones diplomáticas sino también de cooperación económica. Siempre hubo empresas portuguesas que invirtieron en Angola, Portugal abrió líneas de crédito y financiación a la exportación, incluso para proteger a sus empresas y esa situación permanece. Por tanto, en general, las relaciones entre nuestros dos países son buenas.