El 'invisible' retorno de la familia Cerdán a Milagro

Cuando va a la cárcel en los turnos establecidos que tienen todas las familias de los presos, determinados por la dirección del centro, es de las pocas veces que sale de casa, cuenta un vecino suyo. Aunque cuando este periodista se planta en este pequeño pueblo de la Ribera Alta navarra, esta semana, Paqui Muñoz no estaba en la casa familiar, cerrada a cal y canto.

Tras la última visita a su marido, cuando se cumplen dos semanas de su mudanza de nuevo a este pequeño pueblo, la esposa de Santos Cerdán hizo las maletas y voló desde el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, a Mallorca –donde vive una hermana–.

En la isla balear ha pasado la semana, alejada del foco mediático y tratando de descansar. Unas vacaciones «uy distintas a las de otros años», relata otro vecino, en las que se dejaba ver de vez en cuando por las calles de Milagro acompañada de su esposo.

La familia Cerdán, sin el patriarca, entre rejas, ha cambiado un lujoso ático con dos terrazas, en el sexto piso del número 32 de la calle Hilarión Eslava de Madrid, en pleno barrio de Chamberí, por su pequeño adosado comprado en el año 1995 y reformado en la misma época en la que ahora la justicia trata de esclarecer si el que fuera secretario de Organización del PSOE se valió de la política para enriquecerse.

El piso de la capital, desde el que iba caminando a Ferraz, cuando todavía no tenía escolta, y al que había llegado a invitar a compañeros de la sede federal a fiestas en su terraza al poco de mudarse, ya ha sido alquilado por otra familia.

En Milagro, el trasiego de personas por la pequeña casa unifamiliar, distinta a las del resto de la promoción, con puertas de madera buena y no de chapa blanca y azul, no será el mismo que en Madrid. Ni tampoco el de años anteriores en la localidad natal de ex número tres socialista.

«Aquí había llegado a traer a Pedro Sánchez antes de ser presidente como invitado para tirarse al pisto, para dárselas de importante«, revela un milagrense en conversación con este periódico, bajo los 38 calurosos grados que marca el termómetro. También el secretario general de Junts, Jordi Turull, con quién Santos Cerdán hizo buenas migas a raíz de las negociaciones para la investidura del presidente del Gobierno, ha pasado por sus propiedades.

La todopoderosa familia Cerdán, la que durante casi una década ha controlado con «soberbia y amenazas» el PSN y posteriormente el PSOE, ha pasado a la oscuridad más absoluta. Casi al repudio.

En Milagro, municipio del que la hermana del exsecretario de Organización del PSOE sigue siendo la primera teniente de alcalde, pese a haber abandonado el PSOE, y que como su cuñada apenas pisa tampoco la calle ni para ir al consistorio en el que trabaja, cuesta que hablen de su vecino más universal. Del único que, posiblemente, ha acaparado titulares en distintas partes del mundo. Y no todos lo hacen para bien.

Algunos optan por el silencio por miedo al poder que creen que la hermana sigue ostentando, otros por prudencia y los hay que por enfado. Entre los que optan por callar está el alcalde de la localidad, el socialista José Ignacio Pardo Blanco, al que este periodista trató de interpelar a las puertas del consistorio sin éxito. «No, no, no soy el alcalde», aseguró Pardo Blanco, mientras se subía en su Volvo de color gris.

Entre los que se atreven a verbalizar alguna palabra, con miedo a que le vean hablar con un desconocido que va husmeando desde hace horas por las calles del pueblo, lo hacen con toda la prudencia del mundo. «Mejor no digo nada, no me vayan a llevar preso, ya bastante tenemos con uno que ha manchado el nombre de Milagro«, dice un jubilado apostado en la barra del bar El Burgalés, justo a la entrada del municipio, junto a un mural que alardea de ser el pueblo de las cerezas.

Otro, que dice formar parte del PSN a nivel local, recuerda las dos veces que Santos Cerdán trató de ser alcalde del municipio de manera infructuosa. Con media sonrisa en la boca, recuerda que «perdió las dos veces que se presentó y, como premio, le dieron un sitio en las listas para ser diputado autonómico y posteriormente el control del partido». «¿Qué podía salir mal?», se pregunta.

Entre los alcaldes y exalcaldes de los municipios vecinos, que representan o han representado las siglas del Partido Socialista, tampoco se guarda un buen recuerdo de Santos Cerdán durante su etapa de dirigente local.

«Llegó donde llegó pisando a todo el mundo«», relata un exedil de una localidad cercana a Milagro, que afirma también que «tampoco tendrán muy buen recuerdo de él sus subordinados en los dos almacenes hortofrotículas en los que trabajo antes de desembarcar en la política municipal».

Durante la misma época en la que Servinabar empezó a despuntar empresarialmente, a partir del año 2019, varios familiares de Santos Cerdán lograron también supuestos puestos de trabajo en la sociedad. O como mínimo cobraban por ellos.

La empresa propiedad de Joseba Antxon Alonso y de la que presuntamente Cerdán poseía un 45% de las acciones, según la documentación que obra en manos del juez Leopoldo Puente, pagó suculentas cantidades de dinero a la hermana o al cuñado del exdirigente socialista.

El primero del clan Cerdán que empezó a cobrar de Servinabar, en el año 2019, fue Antonio Muñoz Cano, marido de Paqui, la esposa del presunto cabecilla de la organización criminal, según la argumentación utilizada por el propio magistrado para mandarlo a prisión provisional sin fianza. Muñoz, que reside en el municipio sevillano de Los Corrales, la población natal de la familia, cobró 3.363,36 euros en 2019, 16.256,12 en 2020, 21.233 en 2021, y 20.819,63 en 2022.

Belén Cerdán, la hermana concejal de Santos, también cobró directamente de la constructora en 2022. Percibió, según reconoció ella misma, 22.200,84 euros por seis meses de trabajo como administrativa. Una retribución que sumaba a los 13.000 euros anuales que recibía como presidenta de la Mancomunidad de la Ribera Alta y las dietas que percibe por la asistencia a comisiones y plenos como concejal de Milagro.

Precisamente, durante esa época en la que cobraba de Servinabar, una vecina con la que mantenía entonces una relación de amistad revela a ABC que la hermana del exdirigente socialista aseguraba que «trabajo desde casa« cuando le preguntaban a qué se dedicaba.

Anteriormente había trabajado como administrativa en distintas empresas de la zona, «cambiando mucho de trabajo«, y después, compaginándolo con su labor política, ayudaba a su hija a llevar las cuentas de la clínica dental que montó de cero en el País Vasco.

Ahora, ambos se han quedado sin trabajo en Servinabar, por lo que no aparentemente no reciben ningún tipo de ingreso por parte de la constructora administrada por Alonso, investigado junto a su «amigo íntimo» Cerdán, en la misma operación que investiga el Tribunal Supremo.

Antonio Muñoz, según cuentan en el pueblo, sigue viviendo en Los Corrales desde hace aproximadamente una década, cuando se divorció de su entonces pareja. Belén Cerdán, por su parte, sigue en su vivienda de Milagro, muy cerca de la Casa de la Cultura, pero sin salir apenas de ella, más que para recibir la compra, ir a ver a su hermano o recibir la visita de sus hijos.

La relación entre Cerdán y Alonso se inició al inicio de la década de los 2000. Por aquel tiempo, siendo concejal del equipo de gobierno de Milagro, «Santi», como le siguen llamando en el pueblo, aspiraba a ser elegido alcalde más pronto que tarde. Aunque se acababa de afiliar, recién cumplidos los 30 años, y formaba parte de la candidatura liderada por Jesús Mari Barrado. Nunca logró su objetivo, aunque pudo medrar igualmente sin necesidad de ese trampolín.

No obstante, en ese momento, cuando empezó a afianzar su relación con el empresario vasco, el entonces edil ya pensaba a lo grande. Sus vecinos califican de «pelotazo» la operación urbanística que quiso promover junto Joseba Antxón Alonso y que el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro, paralizó por «los altos riesgos de inundación de la zona».

En concreto, según relatan estos mismos vecinos, el jefe de la oposición de Milagro y su amigo, presunto socio con posterioridad, planeaban fabricar más de 2.200 viviendas en un municipio que tiene censadas a 3.639 personas. Es decir, en muy pocos años, planificaban cambiar demográficamente la localidad, doblando el número de residentes «y de votantes». Esto último, con cierto rintintin, lo dice un exconcejal de la época.

Su tesis, que sigue manteniendo a día de hoy, es que con esta macroperación, que se acabó frustrando por decisión del Estado, ya que el 'Milagro, ciudad de vacaciones' que planeaban se situaba sobre unos terrenos que se inundaban año sí año también, «Cerdán pretendía alterar el censo electoral para ganar las próximas elecciones y convertirse en el nuevo alcalde« en 2007. Cuatro años antes, UPN echó al PSN de la alcaldía y él pretendía recuperarla. No lo consiguió.

Paqui Muñoz, la esposa de Santos Cerdán, «ya no está obligada a guardar las formas« como cuando su marido ocupaba el cargo que ocupaba. Eso es lo que opina una amiga del matrimonio, con la que la pensionista habla a menudo, y que asegura en conversación con este periódico muy cerca del domicilio familiar del exdirigente socialista que, desde la publicación del informe de la UCO, »Paqui se desahoga con nosotras sin tapujos«. Sus principales críticas e insultos, muchos de ellos subidos de tono, van contra Pedro Sánchez, ya que considera que se ha portado mal con su esposo.