La 'invasión' que niega Marlaska: 28 guardias civiles para más de 2.000 inmigrantes

Casi la mitad de las personas llegadas en patera a Baleares en lo que va de año arribaron a la menor de las Pitiusas. Todas parten desde Argelia, en una ruta que en 2016 era residual y traía al archipiélago dos pateras con dos decenas de inmigrantes, pero que en lo que va de año ha visto pasar 300 embarcaciones y casi 5.000 inmigrantes a bordo.

Formentera es el rival más débil de las Baleares. Las mafias han captado todas sus debilidades e incluso usan los taxis patera, que en vez dejar la embarcación varada, la reutilizan para regresar a por más inmigrantes. «Que se atrevan a este método es porque son conscientes de nuestra falta de medios para controlarlo», argumenta Tomás Quesada, portavoz de la Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL), quien advierte de que los traficantes se han vuelto mucho más violentos y atacan con «descaro e impunidad» a los guardias civiles que les hacen frente.

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«Hace un mes, un 'taxi patera' embistió a una patrullera y roció con gasolina a los guardias civiles para escapar», cuenta Quesada, y los amenazaron con herramientas que portaban.

«Los 28 guardias civiles destinados en la isla están desbordados ante la falta de recursos», apunta el secretario de Comunicación de JUCIL, Agustín Leal, que califica la situación de «crisis migratoria sin precedentes» en Baleares, «especialmente en Formentera».

JUCIL pide reforzar las mermadas plantillas y dotar a la isla de una base del Servicio Marítimo para garantizar la seguridad de todos: migrantes, residentes, ciudadanos, además de la Guardia Civil. «De lo contrario sólo estamos dejando que las mafias ganen terreno y nos pongan en peligro».

La falta de personal en Formentera se traduce en una gestión deficiente con apenas o dos agentes vigilando a más de un centenar de migrantes en instalaciones portuarias improvisadas mientras hacen las primeras identificaciones y trámites y organizan su traslado a Ibiza hasta la Policía Nacional.

«Las mafias saben cómo funcionan los servicios e informan a los migrantes», apunta Quesada. Prueba de ello es que, hace unos días, 10 inmigrantes que no habían sido interceptados buscaron a los agentes directamente para tramitar la documentación y circular libremente. «Es necesario actuar en el país de origen para detener el flujo y cohibir a las mafias con más presencia policial, un mal endémico», propone.

Este mes de noviembre se batió un récord en llegadas de pateras al archipiélago balear: 663 migrantes irregulares en 40 pateras en tres días. La llegada masiva de estos inmigrantes está generando un serio quebradero de cabeza al Consell de Formentera, que debe encargarse de los menores extranjeros no acompañados. En apenas un año, la pequeña institución insular ha pasado de acoger a diez menores a encargarse de casi 100, lo que le obliga a destinar en torno al 20 % (unos 8,5 millones) de su presupuesto total de 43 millones a esta atención. El coste diario por cada menor está entre los 250 y los 300 euros.

El 'agujero' económico es insostenible para una isla que suma el 1% de la población de Baleares y tiene el 1,6% del territorio de la comunidad. Por ello, la institución pitiusa ha pedido devolver las competencias de menores al Gobierno balear por «supervivencia», explica su presidente Llorenç Córdoba, que lamenta tener que consumir recursos y desviar servicios que «tendría que estar utilizando la gente de la isla».

Según denuncia el Consell formenterés, también debe abonar de su bolsillo la retirada de las pateras de la costa y almacenarlas en un vertedero, aunque esto es competencia del «insolidario» Gobierno español, «que no cumple con sus obligaciones ni tampoco querer ayudar», apunta el presidente de la institución insular, Llorenç Córdoba.

Las críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez y más concretamente a la labor del ministro del Interior, el socialista Fernando Grande-Marlaska, por su inacción son una constante en Baleares. Esta misma semana, el responsable de Interior insistía en que la ruta migratoria no está «consolidada» a pesar de que las cifras muestran un aumento del 132 % en el número de pateras en un solo año y de un 14.750 % respecto de 2016, cuando solamente llegaron 2 pateras frente a las 297 que, de momento, han arribado este año.

«Se cumplen todos los ítems que los expertos valoran a la hora de considerar que una ruta está consolidada», rebate el portavoz de JUCIL Tomàs Quesada, que subraya este «aumento exponencial» de pateras arribadas, a lo que hay que sumar que los migrantes tengan diferentes procedencias -no son únicamente argelinos sino también de origen subsahariano o de lugares tan remotos como Pakistán o Siria-, y el hecho de que cada haya más mujeres y menores de edad entre ellos a bordo de las pateras.

«Las declaraciones de Marlaska demuestran un total desconocimiento de lo que sucede en Baleares o un desinterés», responden al «ministro negacionista» con resignación los agentes que batallan a diario completamente «saturados» y dedicados prácticamente al 100% a la crisis migratoria de Formentera.

También el senador popular ibicenco Miquel Jerez resalta la «actitud torpe y tozuda» de Marlaska, a quien acusa de «reírse» de las administraciones locales y autonómicas que se encuentran solas gestionando este «problema de Estado». Reivindica que la ruta entre Argelia y Baleares está consolidada y es «cómoda, ágil, fácil y una vía de acceso para las mafias que trafican con gente».

Aunque Formentera es el eslabón más débil del archipiélago, el problema se extiende al resto de islas. Ibiza atiende a los inmigrantes de Formentera habilitando de urgencia nuevos centros temporales. En Mallorca han tenido que recurrir al Obispado, mientras acoge a los menores no acompañados que llegan a Formentera en centros de acogida repartidos por la isla.

El presupuesto del Consell de Mallorca se ha quedado pequeño y tuvo que aprobar una partida extra de 8,8 millones en julio para los servicios de acogida y atención a los menores no acompañados. La institución calcula que la atención de estos menores extranjeros supondrá un coste añadido de 20 millones, cifra que podría duplicarse.

Baleares acoge ocho veces más de lo que está preparado el sistema de acogida, según los datos del ejecutivo autonómico. Ante esta situación, la presidenta balear, Marga Prohens (PP), descarta acoger a los diez menores migrantes de Canarias a los que se comprometió con el Gobierno de Sánchez. Con las cifras de récord de noviembre las Islas ya «están al límite», asegura la líder regional.

Los centros de acogida en Mallorca se encuentran desbordados y el Consell ya se plantea alojarlos en tiendas de campaña si sigue el ritmo. En plena temporada alta y a más de un mes para que acabe el año, se espera que por primera vez Baleares supere la cifra de 5.000 inmigrantes interceptados. Un récord.