De la inmigración al campo: el PP aprovechará el congreso para arrebatar a Vox sus banderas
En el congreso de julio consolidarán su posición en debates clave para la derecha
Feijóo impulsa a Sofía Acedo, diputada por Melilla, a la organización del cónclave
Madrid
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Iniciar sesiónLos dirigentes del Partido Popular empiezan a tomar conciencia de que el congreso nacional de julio será determinante en todos los sentidos. Alberto Núñez Feijóo buscaba una pista de aterrizaje para acometer, por fin, la renovación de su cúpula. Un equipo elegido por él, ... sin ataduras ni cuotas, hecho a su medida y que le garantice un revulsivo para la recta final de la legislatura. Pero la celebración de un congreso incluyendo los grandes debates pendientes –ideas y estatutos– han convertido la cita en algo más. El líder del PP trasladó a sus dirigentes que fijarán las «prioridades» y las transformarán en un programa de gobierno alternativo al de Pedro Sánchez. El otro gran objetivo que hay detrás del ideario es ocupar el espacio mayoritario de la derecha, arrebatando definitivamente las banderas políticas que están en disputa con Vox.
Hay dos cuestiones clave en ese sentido: la inmigración y la defensa del campo. En lo primero, los populares defienden una inmigración «ordenada» y vinculada al empleo, reforzar las fronteras y endurecer el control migratorio. Hace unos meses el PP propuso utilizar a las Fuerzas Armadas para evitar la llegada de nuevos cayucos a las costas españolas. Y en la campaña de las europeas de hace un año Feijóo abogó por que todos los inmigrantes que vengan a Europa firmen un «compromiso de adhesión» a los valores comunitarios. Todas estas cuestiones formarán parte de la ponencia política después de que el propio líder del PP haya pedido hablar «con claridad y concreción» de la inmigración.
Vox se queja desde hace tiempo de que el PP «ha copiado» parte de su discurso después de que todos los partidos, incluidos los conservadores, hubieran demonizado su posición. En el entorno de Santiago Abascal han encendido las alarmas ante el congreso de julio del PP, a la espera de ver si realmente juegan a quitarles parte de su espacio ideológico.
Abascal siempre ha ido un paso más allá en el asunto migratorio, exigiendo expulsiones inmediatas, el cierre de las fronteras y centrando su mensaje en los menores migrantes no acompañados. Hasta el punto de que rompió los gobiernos autonómicos cuando el PP aceptó la distribución pactada con el Gobierno. Vox exigía que no aceptaran un solo menor más en las comunidades autónomas que gobernaban juntos.
Después de aquella ruptura los populares han aumentado su choque con el Gobierno de Sánchez cerrando la puerta a pactar una reforma de la Ley de Extranjería y oponiéndose por completo al acuerdo que el PSOE terminó cerrando con Junts para futuros repartos de los menores extranjeros. El PP denuncia que los criterios finales benefician a Cataluña.
La realidad es que el contexto europeo acompaña el giro que el PP lleva meses dando en su posición sobre inmigración. Incluso el primer ministro del Reino Unido, el laborista Keir Starmer, aboga por el fin de las fronteras abiertas y contempla «centros de retorno» en terceros países, que recuerda mucho al proyecto de Giorgia Meloni en Albania. En Alemania, el anterior canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, ya dio pasos hacia un endurecimiento que Friedrich Merz, con la CDU de vuelta, consolidará. El PP piensa que Pedro Sánchez «se ha quedado muy solo» en este debate y que no afronta la realidad. Además, insisten en que las «preocupaciones» derivadas de la inmigración irregular son «transversales» y afectan a todo el electorado, también al de izquierdas.
La defensa del campo se ha convertido en otra prioridad del PP y el congreso será definitivo para quitarle esa bandera a Vox. Para la formación de Abascal los agricultores y los ganaderos eran un granero seguro de apoyos. De ahí su rechazo radical a las políticas ecologistas de la Comisión Europea (contra la llamada Agenda 2030) y su insistencia en que el PP, en el fondo, forma parte de esas decisiones.
Precisamente por eso, Feijóo apostó por enfrentarse a buena parte de su familia política en el continente, incluida Ursula Von der Leyen, exigiendo una mayor flexibilidad en el calendario de los objetivos verdes y acabar con la excesiva burocracia que ahoga, en muchos casos, al sector primario. En este capítulo el PP ha elaborado una ley de fiscalidad agraria enfocada exclusivamente a convertirse en el partido referente del campo y de
La defensa de las nucleares
El PP lleva inmerso en la defensa de la energía nuclear desde hace tiempo, pero el apagón ha terminado de reforzar su postura. En Génova insisten en que si no hubieran «ocupado ese espacio», lo habría hecho Vox. Otro ejemplo de esta disputa. En el entorno de Feijóo creen haberle comido el terreno a Abascal: «Ahora todo el mundo relaciona al PP como el impulsor de alargar la vida útil de las nucleares. En mitad del debate en el que estamos, el de ganar autonomía y depender menos de terceros países, más aún de Rusia, no podemos renunciar a nuestras propias fuentes de energía», reflexionan. Los populares tienen constatado que la nuclear ha dejado de contar con el rechazo social que tuvo hace décadas y que, de hecho, el cero eléctrico ha contribuido a ese cambio de percepción. Otra bandera más.
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