Génova espera un mayor deterioro de Sánchez el 23J en muchos territorios

En los análisis más optimistas manejados por el PP empezaba a estar presente en la recta final de la campaña la posibilidad de lograr un muy buen resultado. Si bien es cierto que vuelcos como el de Extremadura situaron el resultado final en un escenario que superaba incluso las previsiones de los más osados.

En los últimos días en la cúpula de Génova planteaban que si el resultado era muy contundente la posibilidad de un adelanto electoral estaría encima de la mesa. Pero más como elemento de presión por parte del PP que como movimiento de respuesta por parte del Gobierno. La decisión de Sánchez sorprendía al PP. Nadie se molestaba en disimularlo. En el momento en que se conoció la convocatoria de una declaración institucional en Génova intuían más bien una ruptura de la coalición de Gobierno.

En Génova entienden el movimiento de Sánchez como una jugada a la desesperada que parte de una premisa: que en el mes de diciembre estaría en peores condiciones para retener las elecciones. «Es decir, lo que nos indica es que es un dirigente en retroceso». Más allá que este no era el calendario con el que trabajaban en el PP, desde el Comité de Dirección se trasladaban buenas sensaciones: «Nosotros estamos en racha, en subida clara y el PSOE está en shock y con sus socios de la izquierda en crisis existencial», reflexionan.

El movimiento de Sánchez parte de un análisis que hace La Moncloa extrapolando los resultados de ayer a unas teóricas elecciones generales. Y en el Ejecutivo consideran que si hay un acuerdo entre Podemos y Sumar, con estos resultados PP y Vox no alcanzarían la mayoría absoluta.

Pero el análisis que hacen en el PP es muy distinto: «Es un error múltiple», dicen. Porque ven muy consolidado un escenario que contemplaban hace meses. El fenómeno del voto dual que iba a hacer que muchos electores socialistas que han optado ahora por la papeleta de sus alcaldes o presidentes autonómicos no apuesten ahora por Pedro Sánchez. «No va a pasar», zanja otro miembro de la dirección respecto a la expectativa de Sánchez de optimizar en julio el resultado obtenido en mayo.

El análisis que hacen en el PP es que Sánchez va a las urnas «sin atisbo de rectificación ni propósito de enmienda». Ha preferido acelerar las elecciones antes que aguantar hasta el final de legislatura y poder ejecutar dos elementos que estaban en su mano: romper la coalición con Unidas Podemos y haber planteado escenarios de gobernabilidad con el PP a partir de los resultados del 28 de mayo.

Tras esa reunión de la cúpula del PP para evaluar el nuevo escenario, en Génova cambiaban el atril y en pocos minutos ya aparecía otro con un nuevo lema: «Una España preparada». El presidente del PP comparecía para realizar una declaración y manifestar su «satisfacción» por los resultados de este domingo y porque hayan derivado en un adelanto de elecciones: «Mejor cuanto antes». Después de la sorpresa de la convocatoria, en el PP piensan que podrán extender la ola de cambio a las elecciones generales.

El PP confía en mantener la tensión electoral de cara al 23 de julio. Aunque la fecha estival escogida aconseja reforzar el mensaje. Feijóo se afanó especialmente en ello en el día de ayer. «Convoco desde este mismo instante a culminar ese ciclo político que finaliza el 23 de julio», señaló Feijóo, que animó a su base electoral a no caer en el conformismo ni a dar por hecho la victoria: «Insisto en que no hemos terminado. El sanchismo no ha sido derogado todavía. Pido una mayoría clara, incontestable y contundente para iniciar un nuevo rumbo».

El presidente del PP entiende que Pedro Sánchez representa «un modelo agotado» y que «la España que no ha soportado este lustro no puede soportar cuatro años más». En el PP saben que la convocatoria de las generales se va a entremezclar con el proceso de formación de gobiernos municipales y autonómicos. Pero hasta mañana que se celebre la Junta Directiva Nacional con los líderes territoriales no se quieren poner el foco en los pactos. «Se han abierto alternativas de gobierno en la práctica totalidad de los territorios. Es la expresión más potente y limpia del gran deseo de cambio que existe en nuestra sociedad».

Feijóo lamentó el «tiempo perdido» por no haber celebrado estas elecciones a la vez que el 28M. Y que con esta decisión vaya a verse afectada la presidencia de turno del Consejo de la UE. «Pido una oportunidad en nombre de la moderación, la serenidad y el respeto institucional. Para que una política frívola y que fractura deje paso a otra responsable y que una a la sociedad». Tras una legislatura muy marcada por las desavenencias dentro del Consejo de Ministros y su radiación a los medios como estrategia política, una de las bazas de Feijóo consiste en trasladar un mensaje de vuelta a una política más clásica y con menos espectacularidad y estridencias. «En su tendencia a despojar de institucionalidad todo lo que ha rodeado su mandado, tampoco la presidencia de turno de la UE ha quedado ajena a esa forma lamentable de entender la política», señaló, en referencia a que la presidencia española arranca apenas una semana antes de que comience la campaña electoral.

Para el PP, el movimiento de Sánchez es sustancialmente defensivo para cerrar en falso el malestar creciente dentro del PSOE. En ningún territorio socialista se atreven a negar ya que el presidente del Gobierno no haya significado un lastre evidente para el resultado de la mayoría de candidatos. El PP tiene claro ese diagnóstico y no ve a los socialistas con capacidad de reacción: «España abrió ayer un ciclo político, y yo convoco a todos a culminar ese ciclo político que finaliza el 23 de julio. Los españoles han dicho basta, hasta aquí hemos llegado. El camino de renovación ya resulta imparable».

En el PP pretenden llegar a la cita con las urnas queriendo vender una idea de partido abierto y ancho que pueda integrar a muchas sensibilidades. En este sentido, en el PP estarán atentos a lo que hoy decida Ciudadanos respecto a si se presenta o no a las elecciones generales. Respecto a la posibilidad de integrar a Ciudadanos para que no llegue a presentarse a las elecciones, Feijóo quiso destacar que ya para el 28M se ha contactado «con militantes y cargos que nos parecían que podían aportar en nuestras listas» y que «es lo que hemos hecho antes, sin trampa ni cartón». Y planteó que «ahora ya les toca hacer la reflexión sobre si siguen siendo útiles al cambio o lo pueden perjudicar», recordando que en algunas ciudades y diputaciones en las que su porcentaje ha conllevado que el PP no obtuviese la mayoría.

La prioridad para el PP sería que Ciudadanos no llegase a las urnas. En las elecciones de este domingo, la formación liberal tuvo todavía algo más de 300.000 votos que, en función de cómo y dónde se distribuyan, pueden restar opciones a la derecha en algunas provincias. Y en un contexto en el que Podemos y Sumar alcancen un acuerdo, los repartos de escaños pueden ser ajustados en algunas circunscripciones. No sobra ningún voto.