magistrado e instructor de la audiencia nacional hasta 2024
García-Castellón: «Las conexiones de Leire Díez con la dirección del PSOE son evidentes»
El juez del caso Banesto, Villarejo o Tsunami Democràtic ha publicado 'Habla, para que se conozca'
La Fiscalía afirma que «el plan delictivo» de Leire Díez buscaba «denigrar a la UCO y a Anticorrupción»
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Iniciar sesiónTreinta años al frente de algunas de las investigaciones que cambiaron la historia del país, como la que llevó a prisión al empresario Mario Conde o en la que apreció delito de terrorismo contra el expresidente catalán fugado de la Justicia española, Carles Puigdemont, dan ... para mucho. El magistrado Manuel García-Castellón (Valladolid, 1952), jubilado el año pasado de su último puesto como instructor en la Audiencia Nacional, acaba de publicar 'Habla, para que se conozca' (Planeta), un libro en el que, ayudado de la pluma de los periodistas Ernesto Sáenz de Buruaga y Luis del Val, repasa su trayectoria, en la que reconoce haber sufrido presiones, amenazas y algún que otro desengaño. Atendió a ABC a punto de que el libro llegase a las librerías en plena efervescencia de los casos Koldo y Leire y a las puertas del juicio al fiscal general.
-En el libro se recuerda que el mayor espía británico conocido, Kim Philby, se hacía pasar por periodista. ¿Qué credibilidad da a Leire Díez, que buscó desacreditarle a usted? ¿Es una impostora o puede haber recopilado información para beneficio de Pedro Sánchez?
-Una cosa es presentarse como periodista y otra cosa es ser periodista de verdad. Un periodista de verdad tiene las acreditaciones oportunas. Esta buena señora en ningún momento se ha presentado como periodista en su época anterior. Otra cosa es que lo diga ahora. La situación, en este caso concreto, está blanco sobre negro. Tampoco hace falta darle muchas vueltas para ver qué es lo que quería buscar, dónde quería rebuscar y, además, por desgracia, pues se ven sus conexiones, aunque ella las niegue y lo niegue el partido político, evidentes con la dirección máxima del partido. Por lo tanto, a mí ahora que no me vengan con historias. Hay que ser muy ingenuo para no verlo. O sea, poco que ver con Kim Philby.
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-El caso de Begoña Gómez, ¿cree que es un asunto para abordar desde el ámbito jurídico o se queda en un problema ético?
-Claro que hay un problema ético, pero desde el punto de vista jurídico debería conocer el procedimiento. Si no lo conozco, estoy haciendo una valoración de bar, que no quiero hacer. Lo que sí es cierto es que las querellas que se presentaron por prevaricación contra el juez Juan Carlos Peinado, que yo le considero un hombre que está sufriendo lo indecible, fueron rechazadas por el Tribunal Superior de Justicia. O sea, que no me venga alguien a opinar lo contrario. El TSJ dijo lo que dijo. Y por otra parte, desde el punto de vista estrictamente del procedimiento penal, ha sido confirmado por la Audiencia Provincial. Si no completamente, sí la parte mollar. Por lo tanto, el no dejar trabajar al juez en paz, lanzando todo tipo de venablos desde todos los puntos de vista, tengan confirmación o no, al que hace daño al final es al débil en la sociedad. Y el débil en la sociedad es aquel que acude en busca de justicia y lo hace con desconfianza, no sólo porque los procedimientos duran lo que no está escrito, sino porque han estado machacándole continuamente con que hay jueces que son prevaricadores, corruptos, etc. Claro, el que nadie actúe contra esto, sea la Fiscalía General del Estado, sea el Consejo General del Poder Judicial, sea quien sea, al final provoca que los menos favorecidos, aquellos que no tienen medios para tener caros abogados, se encuentran con un panorama desolador.
-¿En qué situación ve a Pedro Sánchez con las causas judiciales abiertas a su entorno?
-Lo veo en una situación muy delicada. Realmente es como si nos hubieran anestesiado. Cuando te ponen anestesia para que te quiten una muela, por ejemplo, pierdes la sensibilidad. Aquí pasa algo parecido. Es decir, estamos insensibilizados ante asuntos verdaderamente graves en los que todos, naturalmente, tienen la presunción de inocencia hasta que no sean juzgados. Pero tiene que haber algún tipo de responsabilidad política. Es decir, tiene que haber algún momento en el que haya un cierto escrúpulo. No puedes hacer lo que te dé la gana, continuamente, jugándote la estabilidad del país. No puedes hacerlo. Es verdad que la Constitución no previó un mecanismo eficaz. Por ejemplo, se dice: el Gobierno deberá presentar los presupuestos, pero no dice las consecuencias de que no lo haga. En otros países, la mera tradición democrática obliga a los dirigentes a aceptar las consecuencias de, por ejemplo, no presentar los presupuestos. ¿Cómo? Pues convocando elecciones, o sometiéndose a una moción. Pero en España nos creemos que la democracia es votar cada cuatro años, y no es eso. Sí que es eso, pero no es eso, es muchísimo más. Son actitudes de responsabilidad democrática, y aquí, por desgracia, se han perdido en gran parte.
-¿Son las acusaciones de 'lawfare' un ataque a la Justicia por parte de quienes las plantean?
-Claro, porque, de entrada, acusar a alguien de 'lawfare' es no decir las cosas claras, porque de lo que estás acusando es de prevaricación. Dices 'lawfare' porque suena más anglófilo. Pero es prevaricación. Muy bien, si estás acusando a alguien de prevaricación, presenta una querella contra él o una denuncia. ¿Por qué no lo haces? Es mejor lanzar al viento la porquería y que corra por doquier.
-En la publicación se hace referencia a que tiene usted respeto personal por el fiscal general del Estado, Álvaro García-Ortiz, desde hoy en el banquillo. ¿Cree que debería haber renunciado?
-Álvaro es un hombre estupendo, yo le tengo mucho aprecio, pero creo que se está equivocando o le están haciendo equivocarse. El procedimiento no lo conozco, no voy a opinar sobre algo que no sé. Pero lo que sí sé es que este hombre está haciendo daño a la carrera fiscal, porque pone en solfa a los fiscales que van a estar presentes en el juicio, para empezar. En segundo lugar, cualquier fiscal que estuviera en su situación, obligatoriamente, hubiera tenido que dejar el cargo. Él, sin embargo, no lo deja. Nuevamente, se lanza la sombra de 'lawfare' o de prevaricación sobre el juez del Tribunal Supremo que ha estado investigando. El daño es por todos los lados. Insisto, la democracia no es sólo votar cada cuatro años, es algo más...
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