La Xunta se da 15 meses para alcanzar un posible pacto por el gallego con la oposición

Una primera toma de contacto que el conselleiro definió como "muy fructífera", con un clima de "cordialidad absoluta" y un "tono constructivo". "Cada día estoy más convencido de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", aseguró, indicando que "más allá de las diferencias" entre las formaciones políticas, "todos coincidimos en un diagnóstico y estamos sensibilizados con la situación del gallego".

La primera propuesta presentada a los diferentes grupos de la Cámara, dijo López Campos, está relacionada con el marco normativo, entendiendo que "después de 20 años" procede una "actualización del Plan Xeral de Normalización Lingüística", que, según está explicado en la propia norma, se hará en comisiones parlamentarias –aunque incidió en que no es una "línea roja", y que, si bien lo ven "razonable", escucharán al resto de grupos–. Este proceso, en base a la experiencia, explicó, es largo y cuenta con una fase de consulta pública, por eso se dan el plazo de 15 meses: "Necesitamos tiempo para elaborar un documento muy complejo, muy profundo, del que sacaremos las políticas que implementaremos en los próximos diez o quince años". La previsión, indicó, es que las comisiones estén conformadas a final de año.

A mayores, con la intención de actuar de "forma inmediata", planteó una estrategia conformada por 50 medidas de impulso, que en gran medida estarán orientadas a fomentar la socialización de la gente más joven en gallego. En este grupo, explicó, donde las "competencias lingüísticas están garantizadas", hay un "problema de uso social", por lo que se aplicarán medidas "de forma directa" en este ámbito, en relación a los neohablantes y centradas en el uso del gallego en las nuevas tecnologías.

Aumentar la senda financiera y reforzar el papel que debe tener la Corporación Radio Televisión de Galicia, que "siempre fue y seguirá siendo" un medio en gallego, son otras de las propuestas del Ejecutivo gallego, que, además, se comprometió a establecer un "marco negociador" que no tenga "una carga política interna" para que sea un organismo independiente con solvencia y credibilidad. Esa "hoja de ruta", explicó, podría ser la Carta Europea de las Lenguas.

Y aunque desde la Xunta aseguraron que no hay condiciones en estas negociaciones, la visión dentro de las filas nacionalistas fue algo distinta. La líder del Bloque, Ana Pontón, afeó la ausencia del presidente, que, dijo, sí "mandó recado de cuáles son las líneas rojas", como "la derogación de ese decreto de la vergüenza" –el decreto del plurilingüismo aprobado en 2010– que está haciendo que "el número de gallegohablantes entre las nuevas generaciones sea el más bajo de la historia entre las nuevas generaciones". Un "timo" del PP porque no hay "ni más inglés ni más gallego", solo un camino "hacia el monolingüismo en castellano". A preguntas de los medios, el conselleiro no cerró la puerta a una posible modificación, pero pidió a los nacionalistas que, igual que ellos, no pongan condiciones. "Tendrán que explicarnos qué es lo que pretenden conseguir y cuál es su propuesta, nosotros no tenemos ningún problema en verla", aseguró.

Por su parte, el Bloque también señaló la necesidad de aplicar el Plan Xeral de Normalización da Lingua Galega, cuyos objetivos están "plenamente vigentes [...], con un cronograma y unos Orzamentos suficientes", porque la cuestión "no puede esperar 15 meses"; y de llegar a un "balance" en común: "Al ritmo actual, en seis años no quedarán niños gallegohablantes, serán una especie en peligro de extinción. Eso no lo podemos permitir, y el Gobierno gallego tiene que reconocer que hay un problema".

Más neutral fue la posición de los socialistas, que si bien se refirieron a la necesidad de "modificar la norma" y dotar de más recursos, tanto materiales como económicos, a las acciones de política lingüística, coincidieron con los populares en la necesidad de no hacer de esta "una cuestión política". "Es fundamental un pacto por la lengua", indicó la diputada y portavoz de cultura del Grupo Socialista, Silvia Longueira, para "resolver" la situación y, "sobre todo", para que su grupo no sea "responsable de la despatrimonialización del gallego": "Estamos aquí para hacer política", indicó, refiriéndose a la "oportunidad" de "restituir" la "ruptura del consenso del año 2009" y a tener "una buena convivencia". Algo que secundó el conselleiro en su intervención, coincidiendo con los socialistas en que este pacto no debe ser exclusivamente político: "Tiene que ser un pacto social, y tenemos que conseguir incorporar a toda la sociedad gallega". Se trata, en todo caso, de un primer encuentro de un proceso que, como mínimo, durará hasta el año que viene. Por ahora, los grupos volverán a ser convocados dentro de quince días.