La Xunta exige al Gobierno recuperar las frecuencias previas a la pandemia ante el colapso de los trenes gallegos
Un informe de la Consellería de Infraestructuras concluye que a día de hoy un 12 % de los servicios de hace dos años y medio aún no se han recuperado
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J. Hierro
Santiago
Faltan trenes y sobran retrasos. Ese podría ser el resumen en cinco palabras de la situación actual de la red ferroviaria gallega, con cada vez más demanda de usuarios —en parte motivada por los bonos de transporte gratuitos—, que excede las capacidades actuales de ... Renfe de ofrecer un servicio razonable. Algunas líneas, especialmente, entre La Coruña y Vigo, se colapsan en horas punta y ya es imposible encontrar billetes para todo el mes de octubre en franjas horarias concretas de determinados días. La Xunta exige al Gobierno de Sánchez soluciones.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha aprovechado su comparecencia de prensa posterior al habitual Consello de Goberno de los jueves para hacerlo. Ha reclamado al Ministerio de Transportes la recuperación de las frecuencias previas a la pandemia: «Si se está fomentando el uso del transporte público, y en eso estamos de acuerdo, no pueden seguir sin recuperarse frecuencias de hace apenas dos años y medio«, lamentó el presidente gallego en una alusión implícita a los bonos de media distancia gratuitos.
Rueda puso sobre la mesa un informe de la Consellería de Infraestructuras que «constata una evidentísima y muy preocupante reducción de la oferta ferroviaria» en la Comunidad. Según los cálculos de este departamento de la Xunta, Galicia cuenta a día de hoy con un 12 % menos de servicios de trenes que antes de la pandemia. En total, 31 conexiones diarias suprimidas y 202 semanales.
Las situaciones más preocupantes, según el informe al que aludió el presidente de la Xunta, son la reducción de un 75 % de las frecuencias diarias entre Vigo y Orense (de 16 servicios diarios de media en 2019 a los cuatro actuales); la de un 60 % en el corredor que une La Coruña con Lugo (de diez a cuatro), y el 67 % menos de trenes que en la actualidad operan entre Monforte de Lemos (Lugo) y Ponferrada (de 12 a cuatro).
Peor que en 2019
La Consellería de Infraestructuras también asegura que en el corredor entre Vigo y Portugal «la mitad de las conexiones que se eliminaron no se han vuelto a reponer» —de ocho servicios de media diarios en 2019 se pasó a los cuatro actuales–. «A la Xunta no le queda otra que reclamar —al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana— que vuelva a recuperar esas frecuencias«, ha remachado el presidente gallego este jueves ante la prensa.
En todo caso, sobre esta media de un 12 % menos de frecuencias que la Xunta calcula en el global de la Comunidad habría que hacer algunos matices. Como también reconoció el presidente autonómico, hay dos líneas en las que el número de frecuencias anteriores a la pandemia sí que se han recuperado.
Es el caso de los servicios de media distancia del Eje Atlántico, que conecta La Coruña con Vigo —pasando por Santiago de Compostela, Vilagarcía de Arousa y Pontevedra— y también de la línea entre la capital gallega y Orense. Eso sí, sobre esta última conexión, Rueda aclaró que, en realidad, buena parte de los nuevos servicios con los que cuenta son los de los trenes Alvia de larga distancia, que tienen ya pocas plazas cuando los convoyes se adentra en Galicia.
Por otro lado, en la línea entre La Coruña y Vigo, la segunda de más ocupación de los trenes de media distancia de toda España, sí que se han recuperado las frecuencias previas a la pandemia e incluso se han aumentado ligeramente. Según este informe de la Xunta, se ha pasado de 34 a 37 servicios entre Vigo y Santiago, y de 48 a 56 entre la capital gallega y La Coruña. De cualquier forma, este mínimo incremento es a todas luces insuficiente para satisfacer la alta demanda de la línea por la cantidad de trabajadores y estudiantes que se desplazan a diario entre estas ciudades. Tendrán la próxima semana una reunión con el secretario de Transportes para trasladar estas reclamaciones.
Pero el problema no es solo del tren, sino que ese colapso acaba repercutiendo en el transporte público por carretera, es decir, los autobuses interurbanos, que sí dependen de la Xunta: viajeros que optan por el bus cuando no quedan plazas de tren. A este respecto, Rueda aseguró que están tomando medidas para atender esta «sobredemanda»: la Xunta reforzó en un 5 % el número de autobuses después de reunirse con los responsables de las empresas concesionarias.
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