Vuelve Nunca Máis para pedir que se revise el estado del Prestige tras 20 años

La plataforma reclama más regulación y competencias marítimas para Galicia

Xaquín Ruibido, este martes en Pontevedra EFE

Este domingo habrán pasado, exactamente, dos décadas desde que ocurrió uno de los peores desastres medioambientales que azotaron Galicia: el 13 de noviembre de 2002 comenzaba a hundirse el barco petrolero Prestige, un suceso que serviría como semilla para el surgimiento de la plataforma Nunca ... Máis. Nacida apenas unos días después del accidente, alrededor de ella se aunaron diferentes personalidades públicas y activistas para reclamar responsabilidades ambientales y judiciales sobre lo ocurrido. Este martes, casi 20 años después, Nunca Máis, o lo que queda de ella, reapareció para pedir que se volviese a investigar en el petrolero, todavía sumergido. Aún contiene fuel en su interior, hasta más de mil toneladas, según se estima, y fue debidamente sellado por aquel entonces. No obstante, la erosión producida por el óxido podría reabrir las grietas, produciendo nuevas fugas en el buque.

O, al menos, habría que comprobar que no es así. En palabras de Xaquín Rubido, 'Xocas', miembro de la Plataforma en defensa de la Ría de Arousa: «Los científicos ya demostraron que sí hay oxígeno a esas profundidades. Es esa corrosión a la que está sometido [el Prestige]. Sabiendo que hay 1.100 toneladas de fuel en el pecio, es una obligación bajar hasta allí y controlar las fugas y ver si hay otras nuevas para sellarlas«. »Esto es necesario«, concluyó en la rueda de prensa que tuvo lugar este martes en Pontevedra.

En esta línea, desde la plataforma se exigió «más información» no solo sobre lo que hace 20 años ocurrió, sino sobre la realidad oculta a 3.500 metros de profundidad. Además, también reclaman «datos públicos sobre el mar, sobre los buques que pasan por Galicia», declaró Rubido. «Es una exigencia moral y cívica que estos datos se hagan públicos«, y se pregunta »¿cuántos barcos fueron sancionados administrativamente o penalmente de los que pasaron por nuestras costas?«. Advierten que no habría que descartar un segundo Prestige de consecuencias similares.

A pesar de las reclamaciones, desde Nunca Máis creen «que se avanzó» gracias a la labor realizada desde la organización. «Fue una gran conquista la de la presión social», pero todavía no está todo hecho: «hay ciertas cuestiones que siguen siendo tendones de Aquiles para la seguridad marítima y para el futuro». El peligro está en las cifras: según indicaron los representantes de Nunca Máis en la rueda de prensa, pasan más de 100 buques cada día por las costas gallegas. 35 de ellos contienen mercancías peligrosas, y 15 son de banderas de conveniencia, de libre matriculación. «El peligro está ahí», alertan. Con respecto a esto último, Rubido pidió más rigurosidad en la regulación de las banderas. Los buques de banderas de conveniencia son «son como paraísos fiscales en lo que respecta al dinero, pero en el transporte marítimo. Menor regulación, menor control, tasas más bajas, tripulaciones poco formadas y, por lo tanto, más baratas, y con un demostrado índice mayor de accidentes marítimos». «Es crucial» resolver este asunto, declaró. La problemática «de nuestra seguridad marítima, junto con el control del Dispositivo de Separación de Tráfico de Fisterra» dependen de regularizar la propiedad real de los barcos con la bandera que ondean.

Este martes, desde Nunca Máis, también se hizo hincapié en la necesidad de solicitar más competencias marítimas para Galicia: las decisiones tomadas desde Madrid en el accidente del Prestige no solo no resolvieron el problema, sino que agravaron sus consecuencias, defienden.

Documental

La cita de este martes también sirvió para anunciar un nuevo documental que, en retrospectiva, recoge aquellas fatídicas semanas de mareas negras. Por título lleva '20 años de dignidad', y la dirige Xosé Aragunde. La pieza recoge testimonios de diferentes personas que participaron de manera directa en la creación de Nunca Máis, pero también de gente del mar a la que el accidente cambió sus vidas. Es crucial, dijo Uxía Senlle, portavoz de la plataforma, «recapitular, pensar en cómo llegamos hasta aquí y tratar de saber que poso dejó este movimiento social que es Nunca Máis».

La portavoz opinó que aquella corriente fue el movimiento más abierto, plural e inclusivo de la «historia reciente de Galicia». «Creo que todos tenemos un remolino de imágenes en blanco y negro, pero también una serie de imágenes a color de la sociedad que le plantó cara al desastre y a la incompetencia con una pasión y una determinación que no olvidaremos en la vida«, sentenció Senlle. Desde todos aquellos que se vistieron de mono blanco para retirar el chapapote de las playas gallegas a las multitudinarias manifestaciones organizadas en las ciudades, convocadas por Nunca Máis. Fueron tiempos de solidaridad entre los gallegos, que arrimaron el hombro cuando la marea negra llegaba a la costa. Ahora, 20 años después, por suerte, poco chapapote queda, pero esos recuerdos no se olvidan.

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