Una víctima del accidente Alvia apunta a un trato de favor hacia el maquinista

Por la mayor tragedia ferroviaria de los últimos 80 años en España, se sientan dos personas en el banquillo. El conductor del tren, Francisco Garzón Amo, que tomó la curva de Angrois, muy cerca ya de la estación de Santiago de Compostela, al doble de la velocidad permitida porque iba enfrascado en una llamada; y Andres Cortabitarte, entonces jefe de seguridad de la circulación de Adif, procesado por no haber encargado los pertinentes análisis de seguridad previos a la puesta en marcha de la línea de alta velocidad entre Orense y la capital gallega, año y medio antes del accidente.

Para Garzón Amo y Cortabitarte, los dos únicos procesados en la causa, la Fiscalía reclama la misma pena: cuatro años de prisión por 80 homicidios imprudentes profesionales graves, además de delitos de lesiones. Sin embargo, desde algunos ámbitos, incluyendo también a familiares de las víctimas, se ha sido más condescendiente con el maquinista que con el responsable de Adif. En algunos casos, llegando incluso a considerar a Garzón Amo —que a diferencia de Cortabitarte pidió perdón a las familias— como una víctima más del accidente.

Pero este miércoles, la mencionada familiar de una de las víctimas mortales ha lamentado a preguntas del fiscal Mario Piñeiro que «la persona que ha sido responsable de esta catástrofe» y «que ha dejado destrozados a todos» no tenga «más que contemplaciones por parte de la prensa y de todo el mundo», según recogió Europa Press.

Y el fiscal le replicó, comprensivo, en esta enésima sesión de la fase civil de la vista: «Entiendo el sentimiento y el dolor que tiene, pero tenemos que aplicar las reglas del derecho». Esto, en referencia a la duración del juicio —que comenzó el pasado mes de octubre y se alargará hasta julio—. Y en cuanto a las dos personas que se sientan en el banquillo de los acusados, el fiscal replicó a esta víctima que «no se puede considerar que son responsables» los dos procesados porque todavía no hay sentencia.

«Si yo en el coche voy hablando por el móvil y mato a una persona, no se tiene tanta consideración conmigo«, contestó, a su vez, esta mujer en un momento de su declaración a preguntas del fiscal Mario Piñeiro.

Garzón Amo estaba hablando por el teléfono corporativo cuando ocurrió el accidente. Había respondido una llamada del interventor, que viajaba en el mismo tren, y que le abordaba por una cuestión logística, pero sin urgencia alguna. Varios testigos y peritos explicaron en el juicio que Garzón Amo hizo bien en responder esa llamada, pero que, en cuanto supo el motivo, debería haberla despachado al instante. El accidente se produjo cuando llevaban hablando un minuto y cuarenta segundos.

Y en cuanto a las responsabilidades de Cortabitarte, en ese tramo de la línea previo a la estación de Santiago no estaba instalado el sistema ERTMS de frenado automático por un cambio de proyecto. Además, en los kilómetros anteriores se había desconectado por una serie de fallos técnicos que había registrado.