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Sombras bajo las luces de Vigo: «acorralados» en su propia ciudad

La Navidad de Abel Caballero muestra síntomas de fatiga: menos visitantes y vecinos más hartos, prisioneros tres meses del bullicio y del ruido, que, aunque algo se ha paliado, sigue quitándoles el sueño. Buscan soluciones en los tribunales

La Navidad que las luces de Vigo no llegan a iluminar

Los vecinos sufren el ruido y el bullicio a apenas unos palmos de sus balcones MIGUEL MUÑIZ
Jesús Hierro

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Aurora es una gran lectora. Ya jubilada, disfruta de sentarse en la salita de su piso frente a un libro para luego comentarlo con sus compañeros de los clubes de lectura a los que asiste semanalmente. Pero durante tres meses al año, desde hace un ... lustro, esa tranquila rutina es torpedeada por las luces, el bullicio y el ruido. Su balcón está a solo unos pocos metros de la gran noria, epicentro de la Navidad de Abel Caballero: «Estamos acorralados en nuestra propia ciudad».

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