REPORTAJE
'Sica': La pérdida de la inocencia en Costa da Morte
CINE CON ACENTO GALLEGO
El viernes se estrenó el primer largo de ficción de la directora catalana Carla Subirana: se trata de un 'coming of age' de una adolescente que pierde a su padre, marinero, tragado por el mar
Matria: retranca para encajar los golpes de la vida
Galicia
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Iniciar sesiónEl 35mm en el que está rodado 'Sica', estrenada este viernes, huele a mar. La realizadora catalana Carla Subirana se quedó prendada de la Costa da Morte cuando, hace unos años, recorrió sus rutas y sus faros. Era el año 2016: «Aluciné», asegura la directora. ... En el interior de su cabeza ya había germinado una historia: 'Sica' es un drama, uno de los ahora tan de moda 'coming of age', que recorre un periodo de la vida crucial para una adolescente de la Costa da Morte. La joven, llamada Sica, tiene que lidiar con la muerte en el mar de su padre, marinero, y alguna que otra dolorosa verdad a la que tiene que hacer frente a raíz de lo sucedido.
«La película es un viaje de transformación de la heroína, Sica», explica a este diario Subirana, pero también «es un grito de auxilio sobre la crisis climática; y ese paisaje de Costa da Morte es una metáfora que vive Sica en ese viaje interior de autodescubrimiento», desvela la realizadora. Cuando una importante parte del sector audiovisual español mira hacia el campo — 'Alcarrás', 'As Bestas', 'O que arde', 'El agua'...— en Galicia se da una anomalía: en 'Sica', así como en 'Ons' (Alfonso Zarauza) o 'Matria' (Álvaro Gago') las historias están impregnadas de salitre.
Y como todo gallego de costa sabe, el mar, además de ser un modo de vida, también depara muerte. Y sus habitantes conviven con la posibilidad de que, un día, un barco se vaya a pique dejando tras de sí cadáveres. «Esa convivencia entre vida y muerte me parece un elemento esencial en esa costa mariñeira», explicaba la realizadora después de su paso por el festival de Berlín, el Berlinale. «Hay documentados más de 600 naufragios», relata, exponiendo su 'background' como documentalista.
Es más, 'Sica' es la primera incursión de Subirana en la ficción. Previamente se había dedicado a realizar documentales. No obstante, la cinta es testigo del poso de realidad del que se nutrió la directora. En primer lugar, los actores no son profesionales —a excepción de Nuria Prims—: tanto la protagonista, Thais García, como el resto de personajes adolescentes, interpretados por Marco Antonio Florido y María Villaverde, son vecinos de varias localidades de Costa da Morte. No se habían puesto ante las cámaras antes. Defiende Subirana que es algo que «aporta naturalismo» a la película; los actores, en cierta medida, ya conviven con todo lo que la película intenta destilar: la bravura del mar, la salitre en la piel, el agresivo clima... «El mar modela su rostro, su manera de hablar… Para mí como documentalista es esencial ser fiel al lugar».
Por otra parte, la propia esencia de la película bebe del documental. 'Sica' es una búsqueda desesperada de una adolescente que necesita respuestas, necesita encontrar a su padre, engullido por el mar. Pero también es un fiel retrato de la Costa da Morte en el que las imágenes de las olas rompiendo contra las rocas podrían formar parte de una pieza de no ficción sobre las vidas marineras de la costa gallega. Es más, Subirana asegura que, para ella, «no hay distinción entre el documental y la ficción». Lo único es que ha hecho un «camino a la inversa»: «Mis películas de antes eran mas documentales con estructuras de ficción y ahora 'Sica' es ficción con metodología documental».
Subirana visitó durante años el lugar para empaparse de sus historias. La madre de Sica es, de hecho, una catalana asentada en el pueblo de Costa da Morte, hay cierto paralelismo con la propia directora. «En Galicia me he sentido como en casa. Una vez que traspasas esa primera pregunta de '¿que hace esta aquí?', las puertas están abiertas». Y cada vez que el equipo pasaba por casa de Herminio, un vecino de la zona, él les ponía empanada y vino en abundancia. «Si hacemos esto cada vez que venimos, ¡nunca llegaremos al trabajo!», le decía la directora.
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