El Sergas 'cerrará' alrededor de 665 camas de hospital en Galicia este verano

No todas las gerencias ofrecen cifras precisas, pero sí que comparten porcentajes que se sitúan entre el 15% de las áreas de A Coruña-Cee y Lugo-A Mariña-Monforte, y el 0% de la de Ourense-Verín-O Barco de Valdeorras, donde todas se mantendrán habilitadas un año más. El tamaño de los complejos hospitalarios y la cantidad de habitantes residentes en el área sanitaria al que dan servicio influye en el número de camas cerradas cada año. Por ejemplo, los de Ribeira y Cee tendrán disponibles todas las plazas, dado su ya de por sí modesto tamaño, un caso similar al de los centros hospitalarios de Verín y O Barco de Valdeorras.

En el distrito coruñes, el Complejo Hospitalario Universitario de la Coruña acometerá el cierre de camas de manera escalonada hasta alcanzar un total de 163 unidades, cantidad que representa el 15% del total del área sanitaria. El gerente del área, Luis Verde, fija que «más del 85%» de las camas estarán operativas, con capacidad para aumentar el número «si así lo requiere la demanda asistencial».

En cuanto a Vigo, sus hospitales prevén un cierre aproximado del 12% de las camas, lo que supone un total de 135 camas menos durante el periodo estival. Desde dicha área sanitaria también reiteran que disponen de un plan de contingencia para activar de forma inmediata el 100% de las camas «en caso de necesidad». Además, remarcan que el verano es la época «más adecuada» para realizar obras, reformas y diversos trabajos de mantenimiento.

En el área de Pontevedra-O Salnés han compartido hasta el momento que el cierre de camas hospitalarias rondará el 11%, un porcentaje que se traduce en algo más de un centenar de plazas, cifra parecida a la de años anteriores. Sin embargo, fuentes sindicales consultadas por Europa Press reclaman que todavía no disponen de una información precisa acerca del número de camas que se clausurarán finalmente, por lo que están «pendientes de obtener una explicación.»

El cierre de camas solo afectará a la capital gallega y no al hospital de Ribeira dentro del área de Santiago-Barbanza. Sin embargo, desde los sindicatos achacan estas clausuras a la «falta de recursos» estructural de los centros hospitalarios, por lo que no ven «positivo» ni «viable» esta medida. Hasta 99 camas activas menos tendrá el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago en los próximos meses.

Los tres hospitales del área Lugo-A Mariña-Monforte contarán con 132 plazas cerradas, el 15% del total. De acuerdo con la dirección sanitaria, esperan una ocupación hospitalaria similar a la del verano pasado, cuando alcanzó el 67% en julio, el 63% en agosto y el 67% en septiembre.

En Ferrol, la gerencia confirma el cierre de 36 camas, mientras que el área de Ourense, que engloba la totalidad de la provincia, funcionará al 100%, por lo que todas sus unidades estarán operativas a lo largo del verano, como ya ocurrió en los últimos veranos.

Desde la Xunta rehúsan utilizar el término 'cierre de camas' a pesar de que este sí se emplea en documentos internos, según recoge Europa Press. Por ello, el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad al asegurar que las «camas y las plantas no se cierran» y que todas estarán disponibles «en cualquier momento», especialmente en casos de «un repunte de la demanda».

Comesaña incide en que estos cierres se realizan con base en las cifras obtenidas del histórico de cada servicio, lo que permite conocer «con mucha precisión» el nivel de demanda. «Con los datos que tenemos de ocupación de cada hospital adaptamos la oferta sanitaria siempre por encima de los últimos años».

El conselleiro insistió en que cada año se deja un margen de garantía suficiente para hacer frente a potenciales picos de demanda. Además, recordó que la ocupación media de los hospitales gallegos en verano no supera el 75%, mientras que los dispositivos aplicados están preparados «para atender un 85% de esa demanda.»

De hecho, la Xunta ya puso en marcha dos hospitales de refuerzo durante la pandemia, momento en el que reforzaron los métodos de predicción de los datos de la incidencia y la ocupación de las UCIs para gestionar sus recursos sanitarios y adelantarse a potenciales episodios de colapso hospitalario.