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La sequía aprieta: «Aprovechamos las horas de agua para ducharnos y cocinar»

Concellos como Ribadavia, en Orense, se han visto obligados a racionar el uso de un bien cada vez más escaso; vecinos y hosteleros acuden a fuentes o casas de amigos

Una vecina de Ribadavia, en Orense, lava verdura en una fuente, ante los cortes en el suministro BRAIS LORENZO | vídeo: atlas

Lorena R. De La Torre

RIBADAVIA (ORENSE)

Lavanderías cerradas, máquinas de café apagadas en la hostelería. Son imágenes que deja estos días en algunas zonas del interior gallego la situación prolongada de sequía. El descenso de las reservas de agua en los embalses empieza a preocupar y el agua se ha ... limitado a lo «imprescindible» en el año más seco de la historia. Las altas temperaturas y la escasez de agua se han convertido, junto a los incendios, en el enemigo a batir este verano en la Comunidad, que lleva desde el pasado mes de marzo en prealerta. Una situación que ha hecho que cada vez más ayuntamientos hayan pasado de publicar bandos recomendando el «uso responsable» a, directamente, aplicar restricciones horarias y a limitar el consumo para garantizar el abastecimiento de la población. En el mes de julio, con una ola de calor histórica, las precipitaciones fueron un 66% inferiores a lo habitual.

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