Los senegaleses que intentaron evitar el linchamiento a Samuel Luiz: «Teníamos miedo, nunca habíamos visto algo así»
Ibrahima, uno de los dos jóvenes, identifica en el juicio a 'Llumba', uno de los cinco acusados: «Me quedé con esa cara»
La amiga que estaba con Samuel Luiz implica a Katy, la joven acusada: «Me tiró al suelo para que no pudiera ayudarle»
La Coruña
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Iniciar sesión«El chico estaba lleno de sangre, por todas las partes, teníamos muchísimo miedo, nunca habíamos visto algo así». Ese fue el dantensco escenario que los dos jóvenes senegaleses se encontraron cuando la madrugada del 2 al 3 de julio de 2021 intentaron socorrer ... a un joven al que una turba de individuos estaba linchando en el paseo marítimo de La Coruña. Así lo han descrito este viernes, en su declaración como testigos en el juicio. La víctima era Samuel Luiz, y esa salvaje agresión colectiva acabó con su vida: «No podía defenderse», suscribieron los dos senegaleses, cuya heroica actuación fue premiada tras el crimen con la regularización de su situación en España.
El primero en comparecer de los dos jóvenes que intentaron rescatar a Samuel de los puñetazos y patadas de sus agresores fue Ibrahima. A preguntas de las partes, en el juicio que con tribunal popular se celebra en la Audiencia provincial de La Coruña, Ibrahima fue capaz de identificar a uno de los cinco acusados por el asesinato como partícipe en la agresión: «Me quedé con la cara, me quedé con esa cara», aseguró, dirigiéndose a Alejandro Freire, conocido con el alias de 'Llumba', uno de los cinco investigados por el crimen de Samuel Luiz.
Ibrahima y Maguette estaban aquella madrugada caminando por el paseo marítimo cuando vieron «de lejos, una pelea». «Había un chico en el suelo, al que le estaban dando patadas», rememoró Ibrahima a preguntas de la fiscal, Olga Serrano. Él, según explicó ayer al tribunal, trató de levantar a Samuel del suelo, mientras su amigo Maguette «iba detrás», intentado evitar que los agresores pudieran alcanzarlos. «No pudimos escapar, porque nos estaban rodeando», añadió Ibrahima a preguntas de las acusaciones.
«Nos perseguían sin parar. Si parasen, Samuel no caería donde cayó, llevó un golpe que le llevó al suelo», describieron sobre el linchamiento que sufrió el joven enfermero de 24 años a manos de sus agresores.
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A continuación, tomó la palabra Magatte. En líneas generales, su versión fue similar a la de su amigo. Ambos vieron de lejos una «paliza», un tumulto en el que había «siete u ocho personas» que golpeaban a un joven. Y Magatte, concretamente, avanzó «hacia adelante para intentar frenarlos».
Con todo, pese a poder describir la agresión, los dos senegaleses fueron incapaces de precisar la participación de los supuestos agresores en el crimen. Aunque en algunos momentos los testigos dejaron caer que reconocían a los cinco supuestos implicados en unas declaraciones un tanto confusas por las dificultades idiomáticas, lo cierto es que de forma nítida solo fueron capaces de señalar a Alejandro Freire, Llumba.
Último testigo
El último testigo de la jornada –después de las declaraciones de los dos senegaleses y de dos amigas de Samuel– fue un joven que pasaba por la zona en el momento de la agresión. Su declaración, sin embargo, no ha aportado gran cosa, pues estaba «a 20 o 30 metros» de donde sucedían los hechos. Aunque luego sí se acercó y pudo ver a Samuel Luiz, al que no conocía de nada, ya en el suelo, herido. En síntesis, lo que vio este joven en la distancia fueron «golpes», pero sin demasiada nitidez, según él mismo reconoció. Lo más destacado que dijo este joven, ha sido que sí vio a uno de los agresores –sin llegar a identificarlo– cómo agredía a la víctima con una botella.
Los análisis del laboratorio confirmaron durante la investigación que había ADN de Alejandro Freire en los cristales de una botella al lado de donde se produjo la agresión. Pero de la comparecencia de este último testigo, no pudo desprenderse ni que fuera Llumba el autor de esa agresión ni que se trate tampoco de la misma botella.
Después de tres sesiones en las que ya han declarado dos de los cinco investigados en la causa –Katy y Alejandro Míguez–, el juicio se reanudará el próximo lunes con una ronda de más testigos del crimen. La vista oral, en todo caso, durará más o menos un mes.
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