Un safari por los eones: caminando entre dinosaurios en Santiago de Compostela
El Gaiás oferta hasta octubre 'Orixes', un viaje de 4.500 millones de años en realidad mixta
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El mundo como lo conocemos hoy dista mucho de lo que fue durante gran parte de su historia. Han pasado millones de años, pero la Tierra primigenia albergó un diverso abanico de vida, tan real como la que lo puebla hoy. Y 'Orixes', ... la instalación emplazada desde el pasado mes en el Museo Gaiás de la capital gallega, invita a pasear por paisajes arcaicos junto a seres extintos en una experiencia de realidad mixta. El artista visual Carlos Seijo, que ya había ideado con su estudio Maxina 'Hábitats', una propuesta similar para el mismo espacio, trae esta vez una experiencia, de nuevo didáctica, pero que va más allá y se propone fascinar, conmover y concienciar sobre el rol del ser humano para con la naturaleza en la que habita.
El viaje arranca en la cápsula de hibernación de una nave espacial. Tras una introducción a cargo de una voz en off que en adelante actúa de guía, comienza un recorrido desde los primeros habitantes de los océanos y a lo largo de las mayores extinciones de la historia del planeta, que acabaron con la inmensa parte de la vida marina y terrestre; hasta los supervivientes de estos cataclismos que, en cada ocasión, repoblaron la Tierra. Un periplo de 4.500 millones de años dividido en nueve etapas –más la introductoria–, separadas por puertas de luz por las que el usuario cruza para dar saltos en el tiempo. En cada estadio –Cámbrico, Devónico, Carbonífero, Triásico...–, la oscuridad del espacio se colorea de seres extintos, con perdón de unos pocos afortunados que hoy siguen presentes. Mientras el visitante recorre las instalaciones del Galiverso, cada sala se transforma ante sus ojos para representar el transcurso de milenios y la evolución de las especies.
Tras una breve parada en el eón Hádico, cuando la Tierra aún se estaba formando, el primer ecosistema a visitar es el océano cámbrico, en plena era paleozoica. Aquel inmenso mar albergó la primera gran explosión de vida en el planeta, y 'Orixes' lo representa con bosques de grandes algas, arrecifes y anémonas. Pero lo impresionante llega al mirar alrededor y encontrarse frente a frente, nadando, ejemplares de cnidarias y nautilos, o al extinto Anomalocaris. Cada animal reacciona al tacto y, al interactuar con ellos, la guía relata datos de su biología. «Una novedad tecnológica de esta experiencia es que hay algunos animales que tienen IA, piensan un poco por sí mismos» mientras deambulan por las salas, avanzaba Seijo en la presentación.
De la vida en los océanos a la que decidió salir de ellos; la segunda parada corresponde a la aparición en el Devónico de los anfibios, que pisan la tierra por primera vez tras millones de años de evolución marina. En ese tiempo se produce un fuerte calentamiento global que destruye la capa de ozono y expone a los habitantes de la superficie a la radiación ultravioleta del Sol, que extermina el 83% de las especies. Los supervivientes que proliferan en los densos bosques de helechos del siguiente periodo, el Carbonífero, son los primeros reptiles, que no requieren agua para incubar sus huevos; y artrópodos como la Meganeura, una libélula gigante; o el Arthopleura, un milpiés que superaba los dos metros, ambos presentes en la instalación.
La era mesozoica la inaugura el periodo Triásico, y aquí vuelve a tener lugar una extinción masiva. Esta vez, debida a una intensa actividad volcánica en todo el planeta. Entre las especies que persisten están los escorpiones, que siguen presentes en nuestros días; o el Lystrosaurus, un reptil herbívoro antecesor de los mamíferos. Como guiño, el del Gaiás es tan amistoso como un Retriever, hasta el punto de que disfruta acompañando en su paseo a los visitantes. Una decisión, esta, de las pocas que atienden menos a la precisión biológica y más al ocio, «pero estamos creando poesía, arte; podemos permitirnos este tipo de licencias», ponderaba el creador de la instalación, de igual manera que el apartado visual descarta las texturas realistas a favor de un abanico de colores.
Un pequeño 'parque jurásico'
Con el Jurásico llega la parte de la visita que seguramente espera con más ganas el público: el reinado de los dinosaurios. 'Orixes' representa, a escala real, una bandada de ejemplares voladores y una pareja de Diplodocus que pastan de las copas de los grandes árboles. Con su imponente tamaño resultan impresionantes de por sí, pero, además, asomándose al interior de su cuerpo uno puede contemplar toda su anatomía: esqueleto, órganos e incluso el ritmo al que late su corazón.
Cerca del final de este periodo tiene lugar un gran diluvio que convierte llanos desérticos en prados abundantes en flora: llega el Cretácico y, con él, nuevas especies de dinosaurios. Como representantes, la instalación recrea de igual forma un Triceratops y un Tyrannosaurus rex, rugido incluido. Es una etapa de esplendor de vida que vuelve a interrumpir una extinción masiva; esta, a causa del impacto de un meteorito de varios kilómetros de diámetro en la península de Yucatán. «Podemos convivir un poco, de manera también poética, con este momento de extinción masiva», piensa Seijo. Porque un mensaje recurrente de 'Orixes' es que cada vez que algún evento catastrófico recorta drásticamente la biodiversidad, la vida se abre camino. «Ahí hay una enseñanza brutal. Cinco extinciones. La tan importante desaparición de especies que dio lugar a la aparición de otras entidades orgánicas, vivas», resumía. En el Paleógeno, llegada la era cenozoica, sería el turno de los primeros mamíferos, que sentarían las bases de los ecosistemas modernos en un mundo desprovisto de grandes reptiles.
El viaje culmina con la reflexión, aproximándose al presente, de que los humanos llevamos unos 200.000 años habitando la Tierra, un lapso de tiempo ínfimo comparado con los eones recorridos; y aun así el estado del planeta depende en gran medida de lo que hagamos en él como especie dominante. Termina con una llamada a la acción para que, con las herramientas de las que disponemos, evitemos propiciar una nueva extinción masiva. «Para mí es importante que, al quitarnos las gafas de realidad virtual, hayamos aprendido, incorporado algo nuevo de este viaje», concluía Seijo. 'Orixes' está disponible hasta el 26 de octubre, a un precio de 5 euros más gastos de gestión.
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