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Rueda reclama al Bloque más «coherencia» y «valentía» para «defender a todas las mujeres, sean o no nacionalistas»

Se preguntó qué diría el BNG si la persona encargada de hacer su campaña para el 8M hubiese dicho que había que pegar a una política de izquierdas «hasta en el DNI», como hizo la artista de Ayuso

Alfonso Rueda en la sesión de control este miércoles MIGUEL MUÑIZ

Noela Vázquez

Santiago

Las recientes polémicas en las que se ha visto envuelto el Bloque Nacionalista Galego ocuparon buena parte de la sesión de control de este miércoles, en Santiago. A las críticas por el cartel en contra de la conselleira de Política Social -muy cansada por ir de rebajas como para atender a las demandas de los trabajadores de las residencias- y por la concentración delante de la casa de la titular de Medio Ambiente contra Altri -incluida pancarta con el mensaje «Ángeles, vecina, tú también tienes familia. No descansaremos»-, ese jueves el presidente, Alfonso Rueda, sumó las palabras de la artista detrás de la imagen de la campaña nacionalista para el 8M, diciendo que habría que «pegar a Ayuso» hasta en el DNI. Tres hechos que el mandatario le volvió a reclamar que condenase de forma pública y explícita, lamentando que, de otro modo, el BNG diferencia entre feministas buenas y malas, mujeres que merecen ser defendidas y que no.

Pontón comenzó su intervención criticando la visita de Rueda a Argentina la semana pasada. Mientras en España las calles se abarrotaban con las manifestaciones por el 8M, dijo, el presidente gallego estaba «abrazado» al gobierno de Milei y a «la motosierra», esa que aparecía representada en el cartel de la campaña nacionalista por el día de la mujer trabajadora -en una de sus variables; otra, por ejemplo, tenía una esvástica-. «El PP, lejos de ser la solución, es parte del problema», condenó, criticando a «privatización de los centros de atención 24 horas para beneficiar a Eulen» o la brechas salarial de «5.000 euros al año».

Cuestionó así al presidente sobre las medidas de la Xunta para trabajar en favor de la igualdad real entre mujeres y hombres. «En todo caso», zanjó, exigió que «nunca más» se le vuelva a decir de qué puede o no hablar en la Cámara. Con estas palabras se refería la líder nacionalista a las declaraciones de hace dos semanas del presidente, también en O Hórreo, cuando, después de pedirle que condenase públicamente un cartel de su sindicato afín, la Confederación Intersindical Gallega, la criticó diciendo «a partir de ahora, no me vuelva a hablar de machismo en la vida». En la imagen de los sindicalistas, que reclamaban más medios para las residencias de mayores, la conselleira de Política Social, Fabiola García, aparecía caricaturizada vestida de rosa y con ropa de marca, diciendo estar muy cansada para trabajar porque las rebajas «la matan». En su momento, Pontón, igual que este miércoles. respondió que «a las mujeres en política hay que criticarlas por sus acciones», y que a ella nunca la van a ver criticando la vida privada de una mujer, pero se negó a rechazar o condenar los hechos de forma más explícita. Fue por esto que en la sesión de control replicó a Rueda, denunciando que decir a una mujer lo que puede o no puede decir es una «machistada» impropia de un presidente.

Algo que, en su turno de respuesta, el presidente quiso puntualizar, aseverando que lo que hizo fue criticar que la nacionalista no se «atreviese» a «condenar la falta de respeto a una mujer». Avanzar en igualdad, continuó, implica unidad, coherencia y valentía. «Unidad», dijo, para «no dividir» entre buenas y malas feministas y entre mujeres que merecen ser defendidas y las que no. «Coherencia» para denunciar siempre lo que está mal y «para defender a todas las mujeres, sean nacionalistas o no». Y, finalmente, «valentía» -que, criticó, la nacionalista no tiene- «para no ser ambigua cuando hay que criticar cosas que hacen mal los suyos». «Tan justiciera para lo demás, y tan ambigua, por no decir cobarde, para condenar lo que hacen los suyos», lamentó. Como ejemplo, volvió a sacar a colación que la artista que hizo el cartel del 8M del Bloque, Lúa Mosquetera, dijese de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que «le daría hostias hasta en el carnet de identidad», «había que engancharla del pelo y tal» o que la veía «escuálida».

Palabras que «no son del BNG» y que la nacionalista no «comparte», aseguró en la réplica, que denunció que igual «le molesta el cartel» porque critica a «los neofascistas que recortan los derechos de las mujeres». Su opinión sobre Ayuso, dijo, es que debería estar sentada en un juzgado por la gestión de las residencias durante la pandemia. En todo caso, para Pontón la respuesta de Rueda deja dos cosas claras: «En materia de igualdad [Rueda] no tiene nada que ofrecer a las mujeres» y que trata de decir a las mujeres «quiénes son o no feministas». «Quieren convertir este Parlamento en un barrizal, señor Rueda, imitando el manual del trumpismo del PP», condenó.

Una respuesta que, en el cierre de la pregunta, Rueda tildó de insuficiente, preguntándose qué estarían diciendo los nacionalistas si fuesen los populares lo que hubiesen contratado a una artista para hacer la imagen de la campaña del 8M que tuviese declaraciones en esta línea. «Claro que tendría que ser sobre alguien de izquierdas para que ustedes entendiesen que es algo molesto», porque para el BNG «no todas las mujeres merecen la misma defensa». «Acabamos de ver un ejemplo clarísimo», aseguró.

Los nacionalistas, acusó, convirtieron lo que tendría que ser una «lucha noble por la igualdad» en una mera «lucha», como «hacen con todo», en la que hay «buenos y malos». «Ahora resulta que esa lucha a veces tiene víctimas que deben ser especialmente protegidas», lamentó, en referencia a la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, sentada a un par de asientos del suyo. Una política «amenazada», después de que este fin de semana se concentrase un pequeño grupo de personas delante de su casa en contra de Altri y con un cartel en el que se podía leer «Ángeles, vecina, tú también tienes familia». Tres de los participantes, denunciaron desde el Gobierno, formaron parte en algún momento de la formación frentista.

Hubo, en la bancada del Bloque, algunas risas incrédulas cuando salió el tema, que el mandatario condenó con dureza. «Cómo se ríen de las amenazas cuando piensan que no les va a pasar nunca porque vienen de un entorno que para ustedes no es una amenaza», criticó, lamentando que en esta ocasión se amenace a una mujer «que lo único que hace es trabajar». Un ejemplo más, dijo, de mujeres «que merecen ser defendidas y las que no». «No es más importante ser nacionalista que ser mujer [...] ni son más mujeres las mujeres nacionalistas o las de izquierdas que las de mi Gobierno o las de mi familia», le espetó, reivindicando que sí, el «machismo mata», pero que el «sectarismo y la cobardía» que el Bloque demuestra cada día, también. Cobardía, puntualizó, no solo a la hora de rechazar de forma explícita las actuaciones de sus afines en Galicia, sino también en Madrid, recordando que no escuchó «ni una sola crítica» por parte de los nacionalistas cara Errejón o Monedero.

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