Rueda incidirá en el «modelo de la Xunta» frente a la «crispación» de la izquierda

Feijóo acudió a dar un impulso a los suyos en las dos plazas que mejor pintan para el PPdeG, Ferrol y Lugo, por este orden. Pero no sólo eso. Acaparó foco nacional para una campaña que permanecía fuera del radar más allá de los límites de la Comunidad. Y provocó un efecto dominó en la izquierda gallega, que enseguida se nutrió de los mensajes del jefe de la oposición en España. Las palabras que más callos pisaron, de sus dos intervenciones largas en sendos mítines, fueron las que se esperaba que pronunciara sobre la polémica inclusión de terroristas —varios de ellos, además, asesinos— en las listas electorales de Bildu. El PSdeG tardó pocas horas en replicar que el «indigno» era Feijóo, y no el discurso de Sánchez sobre la participación del PP en el final de ETA, escocidos los socialistas porque el líder del PP remarcó que no se iba a «callar» ni a «resignarse» ante el intento de Sánchez de dar «normalidad» a que Bildu se presente a las elecciones y sea «blanqueado» por Sánchez, convertido en uno de sus socios preferentes.

Pero también tuvo su ración el BNG, cuando señaló que «no da igual y no es de recibo» que «vayan en sus mismas papeletas en las elecciones europeas» y no sean «capaces de abrir la boca» cuando proponen a terroristas para los consistorios donde se presentan. Con un epílogo: PSOE y BNG van después de la mano en algunas de las principales instituciones gallegas. «Verdades», apostilló este sábado el presidente del PPdeG, Alfonso Rueda, «que todo el mundo sabe», pero que «cuando lo escuchan se enfadan mucho» ambos partidos, y «dedican mucho tiempo a decir que no son verdades lo que son verdades».

Rueda metió así el dedo en la llaga desde O Valadouro, concello lucense donde este sábado arrancó jornada electoral antes de recalar en Sarria y cerrar en las provincias de Pontevedra (Narón) y La Coruña (Narón). Con Valentín González Formoso y Ana Pontón sacando la artillería para replicar a Feijóo, el líder del PPdeG rechazó la «crispación que están intentando introducir desde otras fuerzas políticas», apenas tres días después de pedir que las «descalificaciones» quedaran fuera de la campaña.

Unas horas después, desde A Estrada, ante más de 1.200 personas, afirmó que un alcalde «con una mayoría sólida», «no tiene que estar faltando al respeto a nadie». También insistió en que «es una verdad como una casa» que los batasunos de Bildu «son los amigos del socialismo y los amigos del Bloque (...), por mucho que lo nieguen», y que «por eso les molesta tanto».

Rueda aseguró desde O Valadouro que pretende «seguir» con el mismo marchamo: postulando al PP como el partido que ofrece «certeza» y «estabilidad» a nivel autonómico y quiere «demostrarlo también en los concellos»; «explicar lo que se pretende hacer cuando se gobierne». Trasladó que no piensa cambiar el paso ahora que toca pisar el acelerador. «Sigue perfectamente vigente», subrayó, «el mensaje que intentamos explicar desde el primer momento», y que se resume en «la estabilidad, la certeza, los gobiernos del sentidiño, el modelo de gobierno en la Xunta». Eso es lo que el PPdeG aspira a «extender en los concellos» y lo que se está «pidiendo a todos los candidatos que expliquen» —es «mucho mejor», reivindicó en A Estrada, «la política de los hechos» que la de anuncios electoralistas de Pedro Sánchez—. Lograr músculo municipal y, después, «tender la mano» desde San Caetano en aras de la «colaboración». «De nada vale estar discutiendo todo el día», ni las «provocaciones»; ni «los disimulos que hay ahora entre fuerzas políticas que después van a intentar aliarse», advirtió.

A partir de la próxima semana, Rueda pondrá el acento en las grandes plazas, con los mítines centrales en las ciudades. Este domingo echa el resto en concellos de menor tamaño, con un exigente periplo por ocho municipios de tres de las cuatro provincias: A Pobra, Ribeira, Boiro, Mos, Lalín, Chantada, Monterroso y Rodeiro. Comenzará a las 11.30 y terminará al filo de la medianoche. Un atracón de actos antes de encarar la recta final.

Las «sensaciones», insistió este sábado, son «bastante buenas». Rueda se viene mostrando optimista desde la precampaña, y mantiene ese talante. Pero, remarcó, «siempre con humildad» y sin «dar nada por ganado». El PPdeG no quiere relajarse ni siquiera donde acaricia el triunfo. «Ojo con caer en el exceso de confianza», alertó el viernes en Ferrol, «que nadie dé por hecho absolutamente nada».