El pueblo de Galicia con la cueva más profunda de la Comunidad: repleta de estalactitas, estalagmitas y un lago subterráneo turquesa

A lo largo de los años, equipos de espeleología han ido revelando las maravillas ocultas en su interior, haciendo de esta cueva un lugar de gran interés tanto para científicos como para aventureros.

El descubrimiento de la cueva ha sido fruto del trabajo minucioso de varios equipos de espeleólogos gallegos que han explorado más de dos kilómetros de galerías y pozos. En su recorrido, se encontraron con un impresionante lago subterráneo de aguas cristalinas de color turquesa, además de diversas formaciones de espeleotemas, como estalactitas, estalagmitas y columnas que han permanecido intactas durante siglos. Estos hallazgos no solo enriquecen el conocimiento geológico de Galicia, sino que también subrayan la importancia de preservar este frágil entorno natural.

Uno de los aspectos más destacados de la cueva es la gran variedad de espeleotemas, unas formaciones minerales que se crean por la filtración del agua a lo largo de miles de años. Entre las más notables se encuentran las helicitas, formaciones excéntricas que crecen en direcciones imprevisibles, y las pisolitas, pequeños nódulos calcáreos. Estas estructuras convierten la cueva en un museo natural subterráneo, donde cada rincón sorprende con paisajes inéditos que desafían la imaginación.

Aparte de las formaciones geológicas, el lago subterráneo es una de las grandes maravillas de la cueva. Sus aguas de color azul turquesa, perfectamente transparentes, han sido investigadas mediante técnicas de espeleobuceo, lo que ha permitido estudiar su origen y características. Este tipo de lagos no es común en las cuevas de Galicia, lo que hace que el hallazgo sea aún más relevante. Además, añade un componente visual impactante que aumenta el valor turístico y científico del lugar.

Una de las novedades más importantes en las exploraciones recientes ha sido la localización de una segunda entrada a la cueva. Esta nueva entrada, bautizada como Cova Emilio en homenaje a un espeleólogo local recientemente fallecido, permitirá realizar travesías subterráneas. Estas rutas permiten entrar por una boca de la cueva y salir por otra, ofreciendo una experiencia única para los espeleólogos y aventureros que deseen adentrarse en este laberinto natural.

La comunidad local ha jugado un papel esencial en estos descubrimientos. Los habitantes de la aldea de Campelo, cercana a la cueva, han colaborado con los equipos de exploración, proporcionando apoyo logístico y compartiendo el conocimiento histórico sobre la zona. Desde hace décadas, la sima ha sido conocida por los lugareños, pero solo ahora, gracias a los esfuerzos coordinados de espeleólogos y científicos, se ha podido cartografiar por completo y documentar todas sus maravillas.

El geoparque Montañas do Courel, donde se ubica esta cueva, es un área protegida que destaca por su enorme valor ecológico y geológico. Además de esta sima, el geoparque alberga más de 10 kilómetros de cuevas conocidas, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la espeleología. Los recientes descubrimientos refuerzan la importancia de seguir explorando y protegiendo estos espacios, que aún pueden deparar muchas sorpresas.

Para dar a conocer los hallazgos más recientes, se ha organizado una jornada de divulgación abierta al público. Esta actividad, que se celebrará en la Estación Científica de Seoane do Courel, contará con charlas impartidas por espeleólogos experimentados y visitas guiadas a otras cuevas cercanas. La jornada promete ser una oportunidad única para aprender sobre el apasionante mundo subterráneo de Galicia y el valor incalculable de su patrimonio geológico.