El PSOE gallego fía su futuro al candidato que cosechó la peor derrota de su historia

En los comicios del pasado 18 de febrero, en los que el PP ató su quinta mayoría absoluta –la primera de Alfonso Rueda–, el socialismo gallego cayó más abajo de lo que parecía su suelo electoral. El PSdeG de Besteiro se dejó cinco de los 14 diputados que tenía en el Parlamento de Galicia, que entonces ya era su mínimo histórico. Pese a ello, la dirección del partido, con Valentín González Formoso al frente, quiere que sea él quien asuma la misión de revivir al PSdeG en la próxima legislatura, pues concluyen que Besteiro no es el responsable de ese descalabro electoral. El partido culpa a una campaña muy polarizada entre el PP y el BNG, que se ha consolidado como la segunda fuerza del hemiciclo, disparándose desde los 19 a los 25 escaños. Y los socialistas achacan también su mal resultado, en parte, al poco tiempo que tuvo Besteiro para darse a conocer entre la ciudadanía.

Besteiro no es, ni mucho menos, un recién llegado y ya sabe incluso lo que es liderar al PSOE gallego. Siendo todavía presidente de la Diputación de Lugo (2007-2015), en 2013 conquistó, primarias mediante, la Secretaría General del PSdeG. Pero una serie de investigaciones de la jueza Pilar de Lara por supuestos casos de corrupción, que acabarían en agua de borrajas, le obligaron a dimitir. Fue en 2016, privándole de concurrir a las elecciones autonómicas que se celebraron ese mismo año. El calvario judicial al que le sometió De Lara se alargó durante siete años. No sin tiempo, las causas fueron desinflándose, sin que ni una sola llegara a sentarle en el banquillo. Pero el mal ya estaba hecho.

Noticia Relacionada

El PPdeG ve un «error lamentable» el pacto del BNG con Bildu y ERC

ABC

Lo considera un reflejo de la «desconexión» de los nacionalistas con la mayoría gallega

Desde 2016, Besteiro permaneció fuera de los focos. Pero el año pasado, al decaer las últimas imputaciones, su nombre volvía a pronunciarse en los mentideros políticos. Hasta el punto de que Formoso, que lideraba el PSdeG desde que en octubre de 2021 venció en unas primarias al entonces secretario general, Gonzalo Caballero, dijo que, si Besteiro se animaba a ser el cabeza de lista para las elecciones gallegas, él nunca le disputaría esa candidatura. La dirección regional del PSOE le ponía así la alfombra roja para su retorno. Y esa no iba a ser la última vez.

Besteiro era también el candidato favorito de Pedro Sánchez. Y, como en política siete años apartado del tablero son muchos, el presidente del Gobierno se esforzó en impulsarle hacia la primera línea. Primero, lo nombró delegado del Gobierno en Galicia, escaparate que el adelanto de las elecciones generales obligó a abortar. Luego, como diputado en el Congreso, Besteiro acabaría presidiendo la Comisión de Transportes. Finalmente y evitando unas primarias, porque su presumible contrincante, Gonzalo Caballero, tiró la toalla a última hora, Besteiro se convirtió en el cabeza de lista del PSdeG para las autonómicas.

Ahora, pese a la dura derrota en las urnas, ha cumplido su palabra de quedarse en la cámara gallega, donde liderará un escuálido grupo parlamentario. El PSdeG confía en él para capitanear su travesía del desierto y no solo desde el hemiciclo, sino que tomará también las riendas de su dirección. Formoso, como ya había hecho cuando el PSdeG tuvo que elegir piloto para las autonómicas, anunció también que, como líder del partido, se echaría a un lado para dejar pista libre.

Besteiro consiguió encabezar la lista para las elecciones gallegas sin necesidad de unas primarias. Y ahora, en la carrera por hacerse con la secretaría general del partido, tampoco encontrará obstáculo alguno. La oposición interna no pasa de anécdota y nadie ha presentado su candidatura a unas primarias que ya no tendrán que celebrarse. Así pues, llegará al frente del PSOE gallego por la vía rápida, en un congreso previsto para el 28 de abril, previa recogida de avales, un trámite que solventó sin contratiempos.

Cuando Besteiro regresó a la primera línea, el partido llegó a definirle como 'el Messi del PSOE gallego'. Pero, tras la debacle del 18-F, y acabando con el símil del Atlético de Madrid, seguro que se conforma con ser Simeone: un entrenador con años por delante para desarrollar un proyecto sólido.