Pontón condiciona el pacto por la lengua a la derogación del decreto del plurilingüismo
Los nacionalistas aseguran que el PP «no busca un pacto», sino imponer el castellano
La Xunta se da 15 meses para alcanzar un posible pacto por el gallego con la oposición
Noela Vázquez
Santiago
La derogación del «decreto de la vergüenza», como lo denomina el Bloque Nacionalista Galego (BNG), sigue siendo uno de los requisitos de la formación liderada por Ana Pontón para alcanzar un pacto por la lengua gallega. Para los nacionalistas, el decreto del plurilingüismo es ... una amenaza constante para el idioma, y forma parte de las «políticas lesivas del PP que llevaron al gallego a la situación de emergencia lingüística en la que está ahora«, por lo que alcanzar uno nuevo parece ser una condición infranqueable para que el Bloque acceda a negociar.
El decreto del plurilingüismo, impulsado en 2010 en el primer mandato de Alberto Núñez Feijóo, establece que un tercio de las asignaturas se impartan en gallego, otro tercio en castellano y otro en inglés. Una medida que, según los nacionalistas, convirtió a los jóvenes en la generación «que menos gallego habla de la historia». «Convierte al gallego en una lengua de segunda y hace que los niños y niñas que entran por la puerta hablando gallego salgan sin hablarlo«, criticó ayer la portavoz nacional, Ana Pontón.
Por ello, su derogación es una de las «propuestas de mínimos» que la formación ha planteado al Ejecutivo, así como exigir el cumplimiento del Plan Xeral de Normalización Lingüística –fruto de un consenso parlamentario que, dicen, «dinamitó» el PP– o aumentar el presupuesto destinado al gallego. «Desde el Bloque tenemos toda la voluntad de llegar a acuerdos a favor de la lengua, lo que no se nos puede decir es que no aceptar ni una sola de las propuestas del BNG es un acuerdo», explicó al respecto.
Acusó, acto seguido, a los populares de «no querer un pacto», sino una «cortina de humo» con la que continuar «manteniendo todas las políticas que llevaron al gallego a la situación que tenemos hoy», en referencia a los datos del Instituto Gallego de Estadística que constatan un descenso en su uso entre las generaciones más jóvenes. Los «objetivos reales» del PP, indicó, pasan por seguir incumpliendo el Plan de Normalización lingüística, seguir asfixiando económicamente el idioma y mantener el «decreto de la vergüenza». «Lo que quiere el Partido Popular, en definitiva, es seguir desangrando nuestro idioma, porque lo que buscan en realidad el PP y Rueda es imponernos el monolingüismo en castellano donde el gallego sea solo una lengua residual», aseveró.
Por todo ello, ayer, tras mantener un encuentro en Santiago con la directora do Instituto da Lingua Galega (ILG), Elisa Fernández Rei, junto a los diputados Mercedes Queixas y Daniel Castro, la líder de los frentistas propuso la creación «urgente» de una mesa que elabore un «nuevo decreto» lingüístico para la enseñanza a partir de la aportación de organizaciones políticas y sindicales, anpas, «movimientos de renovación pedagógica» y las «instituciones que tengan conocimiento sobre la lengua». Todo ello con el objetivo de que el próximo curso arranque con un decreto que «favorezca que los niños y niñas que hablan gallego lo sigan hablando» y que permita que «se cumpla la legalidad vigente que dice que todas las personas tienen que tener plena competencia lingüística en las lenguas oficiales».
El Bloque, aseguró, está dispuesto al diálogo si el Ejecutivo autonómico quiere cambiar «las políticas lesivas» contra el gallego, pero no si «lo que quiere el Partido Popular es mantener intactas todas las políticas de estos últimos 15 años» de acoso y derribo al idioma. «Evidentemente, el BNG no va a colaborar con políticas que lo único que buscan es aniquilar la lengua gallega y convertirla en una lengua residual«. De este modo, Pontón instó a la Xunta a »recoger la propuesta« y a crear la mesa para elaborar un nuevo decreto. »Tenemos toda la disposición para trabajar a favor del gallego«, dijo sobre su formación, aseverando que con lo que no van a colaborar es con »cortinas de humo« y que tampoco estarán 15 meses – plazo que se dio la Xunta para llegar a un acuerdo– dándole vueltas a una situación que ya conocen »porque la lengua no puede esperar«.
Una cuestión a la que la Xunta ya respondió la semana pasada cuando, en la rueda de prensa posterior al Consello, el presidente, Alfonso Rueda, dijo que veía «muy difícil» llegar a un acuerdo con tales imposiciones. En su opinión, el «sistema de negociación del BNG» consiste en que si no se hace lo que piden, no hay consenso. «Si no derogas el decreto, olvídate de cualquier consenso», resumió sobre la posición del Bloque.
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