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GALICIA

Pedro, el nómada digital que busca un socio que se mude a la montaña

OFRECE EMPLEO Y ALOJAMIENTO

Este ingeniero se encontró a sí mismo en una pequeña aldea de Lugo. Allí abrió una casa rural que también ofrece un espacio de coworking. Ahora busca a alguien que lo ayude. Ofrece buen sueldo y una vida 'slow' en plena naturaleza

En plena pandemia abrió Casa Quiñones, un establecimiento con seis apartamentos en contacto directo con la naturaleza

Pedro, con sus animales, en la aldea que lo conquistó MIGUEL MUÑIZ
Patricia Abet

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Pedro Álvarez buscó. Y quien busca, garantiza el refrán, encuentra. Después de vivir en distintos países y ciudades —de Vigo a Nueva York, París o Madrid— este gallego de 46 años tuvo claro que el ruido, la contaminación y el bullicio le sobraban, y ... que la vida que él ansiaba lo esperaba lejos del asfalto. Sus pasos lo guiaron a la aldea en la que nacieron sus antepasados, en plena montaña lucense. Allí, en un pequeño pueblo próximo a Navia de Suarna en el que apenas sobreviven seis vecinos, echó raíces. Manos a la obra restauró una casa del siglo XVIII y abrió un alojamiento rural que va un paso más allá y ofrece un espacio de coworking donde desconectar gracias a la más fiable de las conexiones. Y no es un oxímoron facilón. Para que sus clientes pudieran trabajar desde la montaña con todas las comodidades, Pedro se las apañó para traer a este recóndito lugar la mejor fibra óptica. «La que no tienen ni en muchos polígonos industriales» presume. También se esmeró para conseguir la iluminación más apropiada en cada espacio —tiene seis apartamentos privados para estancias largas—, una biblioteca y una decoración fiel a los orígenes del establecimiento, una antigua casa de labranza.

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