Paula Prado y Alberto Pazos, las opciones de Rueda para la portavocía en O Hórreo

Según fuentes consultadas por ABC, con toda seguridad el nuevo portavoz saldrá de esta dupla, una decisión que Alfonso Rueda tomará antes de que finalice este mes de agosto, y que ya tiene madurada, tras haber realizado un periodo de consultas internas antes de tomarse unos días de vacaciones. Por el momento guarda silencio. La prisa en la designación es relativa, dado que no habrá 'sede vacante' en un sentido estricto: Puy puede seguir siendo formalmente el portavoz aunque ya haya tomado posesión de su escaño en la Carrera de San Jerónimo, si bien solo podrá percibir una de las dos retribuciones a las que tendría derecho como diputado. No hay una incompatibilidad legal para mantener asiento en el Pazo do Hórreo y la Cámara Baja, indicaron fuentes parlamentarias.

No obstante, está prácticamente descartado que se vuelva a ver a Puy sentado en el parlamento gallego, siquiera mientras se materializa la elección de su sucesor al frente del grupo popular. El relevo podría acelerarse si se produjera una situación sobrevenida, como por ejemplo la celebración de una Diputación Permanente, el órgano de control parlamentario fuera de los periodos de sesiones.

Los dos nombres en liza son de sobra conocidos por los diputados, ya que ambos son viceportavoces y acreditan una larga trayectoria política en el partido. De hecho, Prado es la actual número dos del PPdeG, mano derecha de Rueda desde que este relevó a Feijóo al frente del partido. Prado y Pazos tienen elementos comunes en sus respectivos perfiles: 'auctoritas' interna dentro de un grupo numeroso pero donde escasea la veteranía, lealtad sin fisuras al partido y contundencia para la defensa de las posiciones programáticas. Si por algo se caracterizan es por su vehemencia a la hora de confrontar con la oposición, el contrapunto perfecto con las maneras más diplomáticas de Puy. Con la elección de cualquiera de ellos se volverá a la figura del portavoz rocoso en el grupo de gobierno, aparcada estos años pero que evoca a tiempos lejanos, como los del socialista Ismael Rego durante la etapa del bipartito o a Jaime Pita en el final del fraguismo.

El hándicap de Paula Prado es que, de asumir la portavocía, habría de compatibilizarla con la secretaría general, una duplicidad de cargos que no es del agrado de Rueda, más proclive a que las responsabilidades se ejerzan con dedicación plena. Hasta la fecha, ningún otro secretario general del PPdeG ha ejercido de portavoz en el grupo parlamentario —aunque sí ha tenido responsabilidades de gobierno en la Xunta, como el propio Rueda o, en tiempos de Fraga, Xosé Cuiña o Xesús Palmou—. La sala de máquinas del PP gallego es un puesto clave para el funcionamiento interno del partido, que atisba ya en el horizonte las próximas elecciones autonómicas, para las que —como mucho— faltan doce meses, si es que no se produce antes un adelanto que nadie descarta ya.

Prado es una persona de la máxima confianza de Rueda, que está detrás de la organización de las dos últimas campañas electorales del 28M y el 23J en Galicia, y que dirigió en primera persona los pactos del PP tras las municipales que le permitieron conservar la Diputación de Orense al tiempo que se facilitaba la marcha de Manuel Baltar al Senado. Distintas voces en el PP la ven como la sucesora natural de Puy, aunque eso implicara otros cambios en la organización interna del grupo para hacer más llevadera sus responsabilidades parlamentarias con las orgánicas.

Pazos es otro veterano reputado y respetado en el grupo y el partido. Muy vinculado al PP de Redondela —donde fue concejal y ahora es portavoz de la formación en el municipio—, fue coordinador de organización del partido entre 2016 y 2022, hasta la llegada de Rueda a la presidencia regional, cuando pasó a ocupar la vicesecretaría de Política Social. Antes había sido director general de Administración Local de la Xunta durante tres años. Su designación tampoco sería una sorpresa y sería uno de esos relevos previsibles, si bien Rueda ha alterado este guión en sus últimos nombramientos —véanse los conselleiros Alfonso Villares o Elena Rivo—, apostando por nombres que no estaban en ninguna quiniela.

Sea elegido uno u otra, tendrá como consecuencia una vacante en las viceportavocías del grupo. Las fuentes consultadas señalan que Rueda está buscando perfiles femeninos y con experiencia para este segundo nivel, y ya tendría algún nombre en su lista. En sus últimas decisiones ya acreditó su impulso a las mujeres en su gobierno, como fue la elección de Ángeles Vázquez como vicepresidenta segunda de la Xunta, tras la marcha a Madrid de Francisco Conde, sustituido a su vez por otra mujer, la también conselleira María Jesús Lorenzana.