Óscar Puente tergiversa sus declaraciones en la toma de posesión de Rueda y ataca a ABC

Más allá de que a Puente le ofendiese el empleo del término «propaganda» (acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores, según la primera acepción de la RAE), el ministro falta a la verdad, porque no fueron los periodistas que recogieron sus palabras, como afirma en el tuit, quienes le preguntaron por «la inminente llegada de los trenes Avril a Galicia», sino que introdujo él mismo este asunto especialmente espinoso en la Comunidad, por el rosario de retrasos, que se mide no en semanas, ni meses, sino en años, que acumula la entrega de una maquinaria indispensable para que la Alta Velocidad vaya más allá de Orense.

Esta fue la secuencia de los hechos. La Xunta dispuso un micrófono, próximo a la zona reservada para la prensa en los jardines de San Domingos de Bonaval, donde se celebró la toma de posesión de Rueda, para que pudiesen realizar declaraciones quienes lo estimasen oportuno. La Delegación del Gobierno en Galicia, cuando comunicó de forma oficial el viernes que Rueda acudiría al acto en representación del Ejecutivo, ya precisó que el titular de Transportes se dirigiría a los medios de comunicación. No fue el único: el PP también avanzó que su presidente, Alberto Núñez Feijóo, haría otro tanto, y que incluso se retransmitiría por satélite y redes sociales.

Por ese micrófono, minutos después de que concluyese (sobre las 12.30) el acto de toma de posesión, con discurso de rueda, fueron desfilando barones regionales del PP (Alfonso Fernández Mañueco, Jorge Azcón, Fernando López Miras), amén del propio Puente y de Feijóo, así como Adrián Barbón, presidente socialista del Principado de Asturias, que correspondió así la presencia de Rueda en su toma de posesión, hace algo menos de un año.

Puente se situó ante el micrófono y habló durante un par de minutos, antes de prestarse a atender preguntas de la prensa. Recibió una, sobre el Corredor Atlántico. No sobre los trenes Avril. En primer lugar, hizo una introducción de carácter «personal», como él mismo acotó, para transmitir la «emoción» que le producía haber asistido al acto (integró la presidencia del mismo junto a Rueda y al presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices), dado que su padre es de Sarria (Lugo), donde hasta indicó que nació en 1939. El «cincuenta por ciento» de la «sangre» que corre por sus «venas», por tanto, es gallega, abundó. Su propio progenitor estaría «viendo por la tele» el acto, igualmente emocionado, dijo.

Solventado este preámbulo, felicitó a Rueda y precisó que lo había hecho ya en persona. Durante ese cara a cara, desveló, le había garantizado «lealtad institucional», y el presidente gallego le había correspondido en los mismos términos.

Y como tercer mensaje, proclamó que «vienen buenos tiempos para España», en lo «económico», pero singularmente en «transporte» e «infraestructuras». Y acotó que «Galicia, desde luego, no va a quedar atrás». Ahí aprovechó para recordar que el día 18 se empezarán a despachar los billetes de «los nuevos trenes Avril», después de que la semana pasada el ministerio recibiera «10 ramas de los nuevos Talgo 106». Vía libre, por tanto, para la «operativa», que «tendrá lugar el 21 de mayo», reafirmó.

El propio Puente, todavía sin ser preguntado, reveló también que Rueda le había pedido «información» sobre el «material rodante». El ministro pidió quedarse con un dato: Galicia pasará de 800.000 plazas a más de dos millones, más del doble. Ya habrá tiempo de «entrar en detalles» de número de trenes y frecuencias cuando «empecemos con la venta», comentó. Por último, no dejó de reseñar cómo se han acortado los tiempos de conexión ferroviaria con la meseta en los últimos cinco años.

Fue en ese punto donde se puso a disposición de los medios, para aceptar preguntas, y recibió una sobre el Corredor Atlántico. De nuevo, contó que Rueda le había «comentado», en ese fructífero 'tete a tete', que «quería» celebrar una reunión, que de hecho ya había «solicitado hace tiempo», con el «comisionado» de esta infraestructura -quien nunca ha tenido a bien sentarse con el presidente de la Xunta-. Puente añadió que le había contestado a Rueda que ese encuentro se iba a «organizar de inmediato». Todavía estiró la respuesta recordando que es de Valladolid -de sobras conocido, pues ejerció como alcalde-, y ensalzando las bondades del Corredor Atlántico y su equiparación al Mediterráneo.

Culminadas sus explicaciones, también de unos dos minutos, para cuatro minutos en total, se escuchó un «gracias» de un miembro de su equipo, dando por concluida su intervención. Esta secuencia de los hechos desmonta su queja de que «como contesto hago propaganda. Si no hubiese contestado, dirían que me niego a contestar las preguntas de los medios». Las preguntas fueron una, y no sobre los Avril.

Por el micrófono siguieron pasando otros protagonistas, como Núñez Feijóo, quien también aprovechó la ocasión para enviar mensajes. De fondo, a unos metros, podía verse departir a Puente con los presidentes autonómicos y Cuca Gamarra, secretaria general del PP. En el caso de Feijóo, la idea fuerza que difundió, hecha la introducción de rigor, es que el de Galicia es el «modelo a imitar» y «exportar» a España, señaladamente a País Vasco y Cataluña, que ahora afrontan procesos electorales como el que solventó su tierra el 18 de febrero; pero con veladas alusiones también al Gobierno.

Una de las diferencias es que Feijóo acudió en calidad de expresidente de la Xunta, y como tal participó en una ofrenda floral previa a la toma de posesión, junto a Rueda y los también exmandatarios Touriño y Laxe (socialistas). Después habló ante los medios, en su caso sin preguntas, como presidente del PP. Puente, en cambio, estuvo presente como representante del Gobierno. No fue ni mucho menos uno más: escoltó a Rueda, con Santalices, hasta la tarima donde juró el cargo el presidente gallego y pronunció su discurso. Su designación no generó precisamente entusiasmo en el ejecutivo gallego, que considera que es maltratado por Moncloa, especialmente en lo tocante a infraestructuras y comunicaciones.

Puente, sin ir más lejos, llegó la víspera de Reyes a Vigo, en tren, y dio unas fechas sobre los Avril que no cumplió. Galicia no pudo exprimir la alta velocidad en Semana Santa como hubiera querido. Transportes echó balones fuera, culpó a Talgo y anunció unas compensaciones inferiores a las de Asturias, la otra perjudicada. Ya antes, preguntado por la llegada del AVE, concretamente a Vigo, respondía que esta demanda era más propia de una carta a los Reyes Magos. Aseveración que se acogió con malestar en la Xunta, escaldada por la acumulación de retrasos y promesas que nunca se materializaron, ya con José Luis Ábalos en el ministerio, cuando se prometió para el Xacobeo y nunca fue, a pesar de que se extendió durante dos años.

En 2022, fue Yolanda Díaz quien acudió a la toma de posesión de Rueda cuando cogió las riendas por la marcha de Feijóo. Se habría considerado más pertinente que acudiera el responsable de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Pero Sánchez, que excusó asistencia por carta, y se desplazó a San Sebastián el sábado, para un mitin de la campaña vasca, delegó en Puente. Este aprovechó la coyuntura para sacar pecho con la llegada, tardía, de los trenes Avril. Y no le gustó lo que publicó y cómo lo publicó ABC.