Orense se encamina hacia otro mandato de Jácome
El alcalde en funciones ha confirmado este viernes que reanudaba negociaciones tras desvelar contactos con el PP y el PSOE
La falta de mayoría en la Diputación abrió la posibilidad de un pacto a cambio del Concello
El PP responsabiliza a PSdeG y BNG de que Jácome pueda volver a ser alcalde de Orense
Santiago
Gonzalo Pérez Jácome será investido este sábado por segunda vez, salvo sorpresa mayúscula, alcalde de Orense, en la sesión para constituir la nueva corporación que arranca a las 12.00. La pregunta no es el qué, sino el cómo: qué harán al respecto PP, ... PSOE y BNG, los otros tres partidos con representación en la corporación local. El propio Jácome se dedicó a airear que entabló negociaciones para atar el bastón de mando tanto con PP como con PSOE. Y él mismo se encargó este viernes de avanzar que se reanudarían a primera hora de la tarde. Conversaciones que los dos grandes partidos no quisieron admitir en público. Pero ya estaba ahí el inclasificable regidor en funciones para confirmarlas.
Negociaciones que se explican por el complejo tablero político orensano. Desde el 28M no sólo se ha jugado una «partida de póquer», parafraseando a Jácome, por gobernar el Concello; también en la Diputación. Son vasos comunicantes. El Concello nunca ha sido una pieza aislada, por más que a la Democracia Ourensana de Jácome, con sus diez escaños, siempre le bastó con que sus rivales no se pusieran de acuerdo. El PP propuso hasta en dos ocasiones a socialistas y nacionalistas —la última con rango de oferta formal de un tripartito con reparto de concejalías— aliarse para desalojar a Jácome. Un propósito que todos explicitaron en campaña, el de impedir que repitiera como alcalde, comprometiéndose a no apoyarlo. Pero PSOE y BNG rechazaron esa mano tendida del PP para compartir gobierno.
Sin opción de tripartito
Este viernes, la secretaria general del PP gallego, Paula Prado, espetó a socialistas y nacionalistas que si Jácome volvía a ser alcalde era culpa suya. Ellos serán «los responsables o cómplices de lo que pueda pasar mañana —por este sábado— en Orense». En una rueda de prensa, Prado sacudió a los populares cualquier responsabilidad: hicieron «todo lo posible» por apartar a Jácome. Pero ni PSdeG ni BNG aceptaron sentarse a la mesa para tratar de conformar con ellos un gobierno municipal «de gestión», que, a juicio de los populares, es lo que la ciudad necesita. No es que se rompieran las negociaciones, es que nunca las hubo.
Descartado ese pacto a tres, que siempre se antojó improbable, quedaban sobre la mesa otros escenarios, en los que siempre entraba en juego la Diputación como moneda de cambio. Tanto a PP como a PSOE —con BNG como invitado de piedra a rebufo de sus socios— se les presentaba la oportunidad de hacerse con la institución provincial, donde el PP, con 12 diputados, se quedó a uno de la mayoría absoluta; con siete, al PSOE no le alcanza con los tres del BNG para desbancar a los populares, pero sí con los tres de DO. Por eso todas las miradas apuntan a Jácome, a seducir en ese trueque Concello-Diputación.
En este contexto, para enrevesar aún más la gobernabilidad, despuntaba la figura de Manuel Baltar. PSOE y BNG vieron la ocasión histórica de poner fin a un ciclo de tres décadas de 'baltarismo' tras ser cazado conduciendo a 215 km/h con el coche oficial. Pero no contaban con que el barón orensano se haría a un lado. Renunció a presidir la Diputación y subrayó que lo hacía para «facilitar» que el PP pudiera conservar el gobierno provincial. El líder del PPdeG, Alfonso Rueda, negó que esa decisión se hubiera adoptado para allanar una negociación. Pero resultó revelador que Miguel Tellado, vicesecretario de organización del PP, reconociera en RNE que Baltar se había apartado «para no ser un obstáculo». Rueda dijo el jueves desconocer estas declaraciones. Antes había asegurado que al PP no se le había reclamado la 'cabeza' de Baltar.
Los insultos de Jácome
Si Baltar era un escollo para Jácome, éste dejó claro en sus redes que no iba escaso de líneas rojas. El jueves cargó contra el PP, afirmando que «no tienen mucha idea de cómo abordar una negociación» por no quitar «de en medio (...) al corrupto y al traidor». Sin nombres, pero podían deducirse. Este viernes redobló ataques: dijo que «el PP no tiene solución» y fue explícito en sus descalificaciones. Del candidato popular, Manuel Cabezas, dijo que era «peor» que Baltar, y se refirió a Pepe Araújo como «su escudero (…) cambia-chaquetas».
El jueves, varios medios, como La Región, difundieron imágenes del líder de DO conversando en el parking de la Cidade da Cultura con el secretario de organización del PSdeG, José Manuel Lage, mano derecha de Valentín González Formoso y muñidor de acuerdos en su partido. Y medios como La Voz de Galicia publicaron que Jácome también se desplazó a Lalín para verse con otra número dos, la del PPdeG, Prado. Encuentros que no cuajaron: DO, fiel a su estilo, publicó, como en 2019, una imagen con humo oscuro saliendo de una chimenea para anunciar «fumata negra», o lo que es lo mismo, falta de acuerdo.
La existencia de contactos la ratificó de palabra el jueves por la noche el propio Jácome, cuando dijo a Ep que se reunía «con todo el mundo», y apostilló «con todos» al ser preguntado por si esto incluía a altos dirigentes del PP, incluso de la cúpula nacional. Y auguraba para este viernes «un día largo de negociaciones». Por la mañana, retiró sus efectos personales de su despacho. Y dijo que si finalmente pactaba —sin especificar con qué partido— sería «sobre la bocina» —el tope, el mediodía de ese sábado—; de lo contrario, iría «a pecho descubierto» a la toma de posesión. A eso de las cinco de la tarde, ironizaba con que si llegaba a algún acuerdo, sería «telemático», que no acudiría a más reuniones. «¿La noche de los móviles largos?», lanzaba. Puro estilo Jácome.
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