Gobierno y oposición gallega agitan el fantasma del Prestige para sacar rédito electoral del vertido de pellets

La candidata del BNG, Ana Pontón, asegura que Galicia vuelve a sufrir una marea, ahora «plástica», junto a otra de «mentiras y manipulaciones» que achaca a la Xunta

Ana Pontón (segunda por la derecha), candidata del BNG, el sábado en Rianxo (La Coruña) BNG // Vídeo: EP

Pablo Pazos

SANTIAGO

La oposición gallega va con todo para rentabilizar electoralmente el vertido de pellets plásticos frente a las costas de Portugal que ha llegado a las playas de la Comunidad. Y con todo significa compararlo con uno de los peores desastres medioambientales que ha sufrido España: ... el hundimiento en 2002 del Prestige, el vertido de fuel y la subsiguiente marea de chapapote que tiñó de negro los arenales. A falta de otros fantasmas que agitar, como el de la entrada de la ultraderecha en el Parlamento gallego -es poco probable que Vox obtenga representación-, se agita el del «desastre ecológico». Y se retrata a una Xunta de brazos cruzados, que deja poco menos que tirados a los ayuntamientos.

Según la candidata del BNG, Ana Pontón, ahora hay una «marea plástica» que arrastra consigo una «marea de mentiras y manipulación» que están generando una «ola de indignación» que sigue «subiendo». Una ola a la que se sube sin rubor la líder nacionalista, metida de lleno, al igual que el resto de la oposición, desde la semana pasada, en una campaña de politización a algo más de un mes de las elecciones gallegas.

Pontón ha cargado contra los dos gobiernos, el gallego y el central, a los que acusa de enzarzarse «de nuevo» en un «pim pam pum absolutamente inútil», arrojándose culpas mutuamente, en lugar de trabajar «mano a mano» para dar una respuesta y estar a la «altura».

Pero ha sido contra la Xunta contra la que ha cargado con dureza la candidata frentista, que aspira a ser la primera mujer gallega, y nacionalista, en presidir la Comunidad. El PP, ha dicho, está «repitiendo», con su gestión de la «marea plástica», el «mismo modus operandi del Prestige»: «ocultar» lo sucedido, no poner los «medios necesarios» y «manipular los medios públicos» de comunicación a su favor; en una muestra de «incompetencia», se ha despachado.

En su relato -hecho desde la misma «indignación» que sube como la marea, ha enfatizado- son los «vecinos» los que se están dedicando a recoger los pellets plásticos, que ha subrayado que ya no sólo afectan a las Rías Baixas, sino que han ido propagándose por las Altas y la Mariña lucense; y los concellos los que están «trabajando solos», sin ayuda.

El PP, ha insistido, está actuando «exactamente igual» que con el Prestige. Es «muy grave» que recurran a la «mentira» y la «manipulación» como entonces, a ojos de Pontón, con Alfonso Rueda -a quien, en un lapsus, ha rebajado a presidente «en funciones»- a la cabeza. De ahí que le haya vuelto a instar a que acuda al Parlamento a dar «explicaciones».

Pontón ha hecho estas declaraciones desde un municipio del interior de la provincia de La Coruña, al que había acudido para hablar de otra temática -energía-. Pero ya el pasado sábado habló de los pellets in situ, en una playa de otro concello coruñés, Muros, donde ya salió a flote en su discurso la palabra «Prestige».

Todos quieren sacar tajada

Toda la oposición se ha lanzado a politizar el vertido, buscando sacar tajada electoral. El candidato del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, fue el más madrugador. El viernes se desplazó a Muros, a pie de playa, y volvió a la carga el domingo desde Lugo; mensaje: la Xunta tira del «manual del Prestige» y repite los mismos «errores».

Este lunes han optado por diversificar, y quien ha citado a los medios de comunicación para hablar de los pellets, desde un dique de La Coruña, ha sido el secretario general del PSOE gallego, Valentín González Formoso. El también presidente de la Diputación provincial no ha sacado a pasear la palabra candente, pero lo ha insinuado cuando ha dicho que el pueblo gallego es «muy sensible respecto a accidentes costeros», y que hay «precedentes». Y que la Xunta, «otra vez», está «mintiendo» ante un «accidente ambiental».

Por lo demás, ha insistido en replicar lo difundido la víspera por el Gobierno: hasta en cuatro ocasiones tuvo conocimiento la Xunta de lo que ocurría por el Ejecutivo «directamente», pero en lugar de actuar, en San Caetano se han dedicado a «mentir» y «ocultar» la verdad, lo que ha resultado en 20 días perdidos, sin que se sepa aún si el material es «inerte» o «peligroso». Ahora, ha abundado, han de ser transparentes, trabajar y, si es necesario, pasar al nivel dos en el Camgal, para que el Estado dote de los medios precisos. Porque hasta ahora, ha dicho en línea con Pontón, son los concellos los que han venido afrontando el problema en una «soledad absoluta».

También ha arrimado el hombro la alcaldesa de La Coruña, la socialista Inés Rey. «La Xunta no puede ponerse de perfil en un asunto de ámbito autonómico que es de su competencia, a día de hoy no recibimos ni una llamada ni un ofrecimiento de información o de medios para hacerle frente a este problema», ha señalado. Obviando, de paso, que la competencia de limpiar las playas es municipal.

El Ayuntamiento de Vigo, con un tótem del socialismo al frente como es Abel Caballero, no quiere ser menos y ha remitido un comunicado en el que, pese a avanzar que no han detectado una «presencia mínimamente significativa» de pellets en sus playas, «a día de hoy el Concello no tiene notificación alguna de la Xunta sobre esta cuestión».

El domingo, 7 de enero, Sumar envió a su candidata, Marta Lois, a un arenal de otro punto de la provincia coruñesa, Ribeira, donde dijo que las siglas PP han pasado de significar «Partido de la Plastilina» a «Partido de los Plásticos». Podemos se pronunció más modestamente, con un vídeo de su candidata, Isabel Faraldo, hablando de un «Prestige 2.0». Hasta Compostela Aberta, que gobierna en coalición con el BNG Santiago, que no tiene playa, se ha sentido en la necesidad de lanzar un comunicado.

Réplica de la Xunta

No es cierto que el Gobierno avisase a la Xunta el 20 de diciembre de la llegada de pellets a las costas de Galicia, fruto de la pérdida de la carga de un buque a la altura de Portugal. El presidente Alfonso Rueda ha rebatido este lunes al Ejecutivo, asegurando que «no es cierto»: «la primera comunicación oficial», ha explicado, se produjo el 3 de enero. Más aún, ha relatado que no fue hasta este domingo, 7 de enero, cuando le llamó personalmente la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para ofrecer su colaboración; pero que, 24 horas después, no le ha suministrado todavía la información sobre los detalles del vertido que le solicitó.

«La Xunta está trabajando, la oposición está en campaña y nada más que en campaña, y el Gobierno central acaba de aparecer», ha resumido la situación Rueda durante un desayuno informativo en Madrid, organizado por Europa Press, un día después de ser proclamado formalmente por el PP gallego candidato a la Presidencia de la Xunta en las elecciones del 18 de febrero.

Rueda ha afeado que es el Gobierno el que tiene todos los datos, a través de Salvamento Marítimo, pero que sigue sin aportarlos. Cuántos contenedores cayeron al mar, qué carga llevaban, qué cabe esperar, etc. «No es normal» que todo esto siga sin compartirse desde el ministerio correspondiente a 8 de enero. La Xunta, ha insistido, agradecería disponer de toda la información precisa, «aunque sea tan tarde». De lo contrario, la «solución» pasa por esperar pasivamente a que lleguen los pellets a las playas. Hasta nuevo aviso, el gobierno autonómico sigue trabajando, recogiendo lo que llega, y en este sentido Rueda ha lanzado un mensaje de «tranquilidad»: la Xunta pone todos los «medios necesarios».

Ni siquiera ha querido entrar en polémicas por tratarse de una competencia municipal, la limpieza de las playas. La Xunta ayuda y ayudará en lo que sea necesario, y agradecerá todas las manos que se quieran sumar. Pero ha sido igualmente contundente al respecto: quien quiera ayudar, que ayude; y quien no quiera, y prefiera estorbar haciendo campaña, que lo haga; incluido el Gobierno: si no asiste, que «se ponga de acuerdo con los partidos de la oposición» para seguir politizando el asunto, ha recriminado.

Al hilo, acerca de la postura de PSOE, BNG, Sumar o Podemos en este asunto, ha censurado que «desde el primer momento se han puesto en modo campaña electoral», y lo han hecho «descaradamente»; atacando y acusando de inacción a la Xunta, amparados en que no tienen responsabilidades de gestión. «Allá ellos, la gente al final tampoco es tonta» y aprecia quién «aprovecha» un problema medioambiental como éste para «sacar rédito político», ha dicho sobre una posible repercusión en la campaña electoral. En la que, ha venido a decir, todo vale para la oposición, con «auténticos disparates» en forma de comparaciones (Prestige). Algo que, ha apostillado, «siempre» ocurre con los partidos de la «izquierda» en campaña electoral.

Y réplica de Óscar Puente

A su vez, el ministro de Transporte, Óscar Puente, ha acudido a la red social X a, según sus palabras, a «desenmascarar» al PP de Galicia, a quienes ha acusado de ser «contumaces en la mentira». Puente ha insistido en la cronología que viene difundiendo el Gobierno; se ha preguntado retóricamente si Rueda «no le dan traslado» de lo que ocurre o si «nadie en su equipo se entera»; y ha afirmado que, del 13 de diciembre al 5 de enero, en relación con este asunto, «la Xunta de Galicia no hace nada».

Como colofón, Puente ha instado a Rueda a que «no se escude en terceros ni escurra el bulto como suele hacer el PP por sistema en las autonomías que gobierna». «El gobierno de España no puede actuar si no se le reclama a través de la activación del nivel 2 de emergencia», ha apostillado.

La número dos de Rueda en la Xunta, Ángeles Vázquez, ha acusado a Puente de «embarrar» y apoyar «otra versión», «lejos de tender la mano» como sí considera que hizo el domingo Ribera. La vicepresidenta primera e la Xunta y conselleira de Medio Ambiente ha reclamado al Gobierno que «primero» se pongan «de acuerdo». Y ha sostenido que «si alguien» está en condiciones« de pedir responsabilidades, es la Xunta, que está «haciendo» su «trabajo», al Gobierno, y no a la inversa.

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