La Operación Halia se salda con la mayor incautación de dinero en efectivo de la historia del narcotráfico gallego

En la operación fueron detenidas un total de 20 personas, sobre todo en la provincia de Pontevedra, pero también en La Coruña y Madrid. De ellos, la mitad pasaron el viernes a disposición del Juzgado Central número 6 de la Audiencia Nacional, que ordenó el ingreso en prisión provisional de seis. Entre ellos figuran los supuestos cabecillas: los empresarios gallegos Víctor D., Pablo Q. y Bernabé G. En concreto, para sumar la cifra de 10 millones de euros, la Audiencia Nacional ha bloqueado a la organización un total de 44 cuentas corrientes, 26 inmuebles y varias embarcaciones, pero también autorizaciones de explotación de actividad de un estanco y de parques de cultivo de moluscos. Además, se intervinieron 16 coches –seis de ellos de alta gama–, así como cuatro relojes de lujo y tres armas de fuego. La banda usaba para blanquear, presuntamente, diferentes estructuras con testaferros, empresas pantalla, pagos en metálico y documentos falsos.

Se dedicaban a la importación hacia Europa de cocaína procedente de Sudamérica a través de 'narcoveleros' de apariencia deportiva. A principios de 2023, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detectó una «inusual» actividad de estos individuos en la comarca pontevedresa de O Salnés, según ha informado este viernes el Instituto Armado en un comunicado. A partir de ahí, la Guardia Civil les siguió la pista y se centró en investigar una importante remesa de cocaína que esta organización, supuestamente, había encargado. La intención de la banda era pasar la droga desde un barco nodriza hasta un velero en aguas del Caribe. Pero la intervención de las autoridades francesas, en ese caso, les obligó a abortar el plan.

Ese intento de la organización de alijar quedó en agua de borrajas, pero los investigadores creen que sí lo habían conseguido en otras ocasiones, siempre a través de la costa gallega. Muchos de los detenidos ahora de esta organización llevaban años practicando este 'modus operandi', pero hasta ahora siempre habían conseguido escabullirse del foco policial. Con la excepción, tal vez, de Víctor D., un empresario ferrolano afincado desde hace años en la comarca de O Salnés. Él si tiene antecedentes: fue condenado a más de seis años de cárcel –que ya ha cumplido– por una operación contra el tráfico de heroína hace una década, en la que también había caído una sobrina del patriarca Manuel Charlín. Pero la mayoría de los ahora detenidos habían conseguido librarse de las rejas gracias, además de su dilatada experiencia, a las nuevas tecnologías para encriptar sus comunicaciones. De hecho, en los registros de esta semana, los investigadores intervinieron 32 terminales telefónicos encriptados y dispositivos informáticos. Esta sofisticación complicó el trabajo de la Guardia Civil en la Operación Halia.

En este último golpe al narcotráfico, los agentes de la UCO de la Guardia Civil, que contaron con la colaboración de la DEA estadounidense y la Europol, llevaron a cabo un total de 27 registros, en lo que lo más destacable ha sido la cantidad de dinero intervenida: más de tres millones de euros en metálico, de los que una parte importante se intervino a Víctor D. Según la Guardia Civil, esta la mayor intervención de dinero en efectivo relacionado con el narcotráfico en Galicia.

Pero también se incautaron sustancias estupefacientes. En concreto, 50 kilos de cocaína, uno de heroína, 1.700 kilos de hachís, un kilo de Tussi, diez de marihuana, 750 gramos de MDMA, 10.000 pastillas de éxtasis, 700 gramos de anfetamina y 21 bidones con una cantidad indeterminada de productos químicos para el 'corte' de la droga. Destacable fue también la localización, en las afueras de Madrid, de un laboratorio para la adulteración y 'corte' de cocaína, vigilado de forma permanente por la banda. Los investigadores calculan que el laboratorio podía producir 100 kilos de cocaína al mes.