La nueva ley de juego gallega: máximo de dos máquinas en bares y las casas de apuestas a más de 300 metros de los colegios
El PP aprueba en solitario en el Parlamento autonómico «la mejor» legislación posible, con la oposición del PSdeG y del BNG, que ven en ella una «oportunidad perdida» para prevenir la ludopatía
Más de 38.000 gallegos tienen problemas de juego o riesgo de desarrollarlos
Una casa de apuestas de Madrid, en una imagen de archivo
La ley del juego de Galicia, que data de 1985, se había quedado obsoleta. Cuatro décadas después, la realidad social y la forma de apostar, cada vez más vinculada a internet y a las nuevas tecnologías, es bien diferente a la de mediados de los ... años 80. La legislación y las medidas de prevención de la ludopatía necesitaban una profunda actualización y por eso el Parlamento autonómico ha aprobado este martes su reforma, con los votos del PP, que la considera «el mejor» texto posible para fomentar un «juego responsable»; y la oposición del PSdeG y del BNG, que ven en ella «una oportunidad perdida» para la prevención de la ludopatía.
Algunas de las medidas que recoge la reformada ley del juego de Galicia son las siguientes: los locales de hostelería y de ocio, por ejemplo, podrán contar con un máximo de dos máquinas de juego de cualquiera de las modalidades permitidas. La ley establece también la prohibición de todo tipo de publicidad de los juegos de competencia autonómica en la radio y en la televisión pública de Galicia.
Las casas de apuestas, por otra parte, no podrán ubicarse a menos de un radio de 300 metros de los colegios. Hasta ahora, eran 150 metros de forma lineal. Y deberán, además, vetar la entrada a los menores y a las personas inscritas en el registro de prohibidos -normalmente, personas que lo hacen voluntariamente por su adicción-.
Otros puntos del nuevo texto legislativo: habrá un máximo de cuatro casinos y cuatro salas adicionales; 12 bingos, 118 salones de juego y 41 tiendas de apuestas. Se fija una duración de 15 años para todas estas autorizaciones. Además, el PP también ha aceptado de la oposición una enmienda para prohibir instalar máquinas de apuestas en recintos deportivos y de ferias.
Pese a que el PP había aceptado incorporar a la ley más de la mitad de las enmiendas presentadas por el PSdeG y del BNG, tanto socialistas como nacionalistas han votado en contra al considerarla «una oportunidad perdida», por «poco ambiciosa» y falto de «medidas decididas» para prevenir y combatir el gran problema de la adicción al juego.
Julio Torrado, diputado del PSdeG, cree que en el nuevo texto «convierte los locales de hostelería en pequeños locales de apuestas». Los socialistas querían que los locales de hostelería pudieran contar con una sola máquina, de cualquier tipo, como máximo. Además, lamentan que no se obligue a instalar mecanismos de control de acceso a esas máquinas de los bares y establecimientos hoteleros, como podría ser marcando el DNI. Automáticamente, el sistema detectaría a quienes son menores o quienes están inscritos en el registro de prohibidos. «Y se acabaría el problema», concluye el portavoz socialista.
El posicionamiento del BNG sobre esta reforma es similar al de los socialistas. La diputada nacionalista Iria Carreira también ha lamentado que el texto no obligue a establecer mecanismos automáticos que impidan a los menores y a los inscritos en el registro de prohibidos jugar en las máquinas de los locales de hostelería. Al BNG también le parece escasa la distancia mínima de 300 metros entre establecimientos de apuestas y los colegios. «El texto es decepcionante, peca de falta de ambición y no atiende las problemáticas que se derivan del juego. Es una pena que perdamos la ocasión de afrontar el problema del juego con medidas claras y decididas», ha insistido la portavoz nacionalista.
Frente a las críticas del PSdeG y del BNG, Paula Prado (PP) ha negado la mayor. Porque es «falso» que la ley convierta los bares en locales de apuestas y porque, ha recordado, los menores ya tienen vetado el juego en las máquinas instaladas en los establecimientos hosteleros. Eso sí, ha reconocido que ese control recae en los responsables del local: «Si los menores no pueden comprar tabaco ni alcohol porque no se lo permite el dueño, también el dueño tiene que impedir que esos menores jueguen», ha argumentado la número dos del PP gallego.
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