'Matria': retranca para encajar los golpes de la vida de mar
La película, ópera prima de Álvaro Gago, es un retrato de la asfixiante rutina de la mujer gallega
Después de estrenarse en Berlinale, su paso fue fructífero por Málaga: Vázquez ganó el premio a mejor actriz
Cómo el cine gallego conquistó Berlín
Vilanova de Arousa
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Iniciar sesiónMaría Vázquez, protagonista de la película que estaba a punto de preestrenarse en Vilanova de Arousa (Pontevedra), municipio en el que se rodó, llega con un blanco vestido en el que se puede leer, en grande, 'FRANCIS'. Esa Francis –Francisca– está a su lado: es ... la 'musa' de la película 'Matria', ópera prima del joven director Álvaro Gago. ABC se encuentra con ambas poco antes de que los vecinos de la comarca vean la película por primera vez. El resto de mortales tendrá que esperar una semana más, hasta el 24 de marzo, para verla en cines.
Francisca Iglesias, una mujer trabajadora de la costa pesquera gallega, conoció a Gago cuando trabajaba cuidando de su abuelo. Y dice la mujer sobre el director que «Álvaro tiene una belleza por dentro enorme. Se preocupa por todos los que le rodean, aunque no sean de su familia». La actriz, María Vázquez, corrobora que en el set de rodaje es igual: «Cuida de todo el equipo». Y Francisca recuerda aquella primera conversación con el cineasta a partir de la que nace 'Matria', película estrenada en el festival Berlinale. Gago, un día, mientras ella cuidaba de su abuelo, le preguntó si la podía grabar. Por aquel entonces el cineasta ya tenía otros dos cortometrajes en su haber. «Fuimos a tomar un café y le empecé a contar mis cosas». Aquella fue la semilla de lo que al poco se convertiría en el corto de mismo nombre, de 2017. Este sí lo protagoniza la propia Francisca, y llega al festival referencia del cine independiente de Sundance. También es nominado a los premios Goya. Pero el director quería algo más, los 20 minutos de metraje de esta pieza se le quedaban escasos para retratar a Francisca en todo su esplendor, con su peculiar sentido del humor y retranca.
Sí estaba presente en aquel corto la esencia de 'Matria': ese ejercicio que hace el director de desmitificar el matriarcado que se piensa que pervive en Galicia. Y lo hace a partir de una historia de una mujer normal, trabajadora dentro y fuera de casa, oprimida. Con aires al cine de Ken Loach, 'Matria' es un recorrido por el asfixiante día a día de Ramona, la protagonista: trabaja limpiando una fábrica de conserva, pero también en la batea y, por supuesto, en su casa (donde su pareja no mueve ni un dedo), mientras que lucha por el bienestar de su hija adolescente, que tiene otras aspiraciones fuera del domicilio familiar. La noción del matriarcado gallego «no es cierta», sentencian ambas mujeres.
Pero, ¿cuánto de Francisca hay realmente en Ramona? Vázquez aclara que «se trata de una ficción», aunque inspirada en la vida de su ahora amiga. «Francis se diferencia de Ramona en que no tiene ese carácter» contestatario, resuelve ella misma, en tercera persona. «Yo trago para mí, no soy capaz» de responder con la contundencia con la que responde la protagonista de la película. Pero lo que sí está presente, sin atisbo de duda, es la retranca. En 20 minutos de entrevista no se llega a conocer a Francisca, pero queda más que identificado de dónde viene la vertiente de comedia de la obra. Ahora María y Francisca son amigas. Tanto, que «de vez en cuando le pido a María que me preste a su hombre», dice la mujer seguido de una risa contagiosa que llena el auditorio.
Ese humor del que echa mano constantemente «es una costumbre, porque en la vida tienes malos momentos, y tienes que compensarlo con estas bromas. Si no, te vuelves loca, te deprimes«, se sincera Francisca, que precisamente no lleva una cómoda vida de estrella de cine, aunque bromee con su experiencia como actriz. Y matiza Vázquez: »Eso no tiene nada que ver con la confianza que tengas contigo misma. Parece que cuando estás oprimida tienes que estar callada, pero también se puede tener carácter o humor« y no por ello estar en una situación mejor.
Empaparse de Rías Baixas
Aunque el papel en la pantalla de Francisca se limitó a un cameo en la película, su trabajo detrás de las cámaras sí fue clave. Tenía que dar el visto bueno a quien fuera a interpretar a Ramona, aunque «conmigo fue amor a primera vista», cuenta Vázquez. Hombre, «como estaba delgada le dije Álvaro [el director] que era la indicada«, ríe Francisca. Pero con el papel de la pareja de la protagonista, un hombre vago, sin oficio ni beneficio e inútil, un borracho profesional, no fue tan fácil. El actor inicial no la terminó de convencer. Fue Santi Prego el que finalmente obtuvo el papel; »tenía otra mirada« más idónea. Eso sí, con ciertos apuntes como directora de arte: »Tenía que cortarse ese pelo«, le exigió Francisca al cineasta.
También la vecina arousana fue, en cierta manera, maestra de interpretación para María Vázquez. Y no porque sea una actriz curtida en el papel de Ramona tras protagonizar el corto, sino porque «me abrió la zona, a la gente» de Vilanova. Vázquez, aunque nació en Vigo, no se crió en la costa. No comparte ese acento, ni esa manera de vivir condicionada por el mar, ni tan siquiera el mismo sentido del humor. Pero en la película pareciera que se hubiera criado en la propia ría de Arousa. «Hicimos confidencias mutuas que fueron claves para el personaje, pero esas quedan en secreto, quedan para mí«. No obstante, nunca pretendió ser una imitadora de Francisca, sino que »fue algo de lo que me empapé« para interpretar a Ramona. Y aunque, reconoce, »en la pantalla me veo más parecida a ella, no fue algo intencional«. Y todo aquello funcionó: María Vázquez recibió el sábado la Biznaga de Plata del Festival de Málaga –la película tuvo su estreno nacional en sus salas– a mejor actriz por su papel.
La pantalla más especial
A pesar de que se estrenó en uno de los festivales más importantes de Europa –como lo es el de Berlín– el mes pasado, quizá el auditorio Valle-Inclán de Vilanova de Arousa sea la pantalla más especial en la que se ha proyectado esta película hasta el momento. La historia de Ramona resulta familiar en las Rías Baixas. Todas las mujeres conocen –si no son ellas mismas– a alguna compañera que haya pasado por lo mismo que Ramona. Y a pesar de que el contexto narrativo es de una zona muy concreta de Galicia, María Vázquez reivindica que lo que la película defiende es algo internacional. Sin ir más lejos, recuerda a las mujeres alemanas «riendo y llorando» mientras veían 'Matria' en un idioma que ni tan siquiera era el suyo. La retranca quizá no entienda de fronteras, pero las historias de mujeres trabajadoras definitivamente son comunes en todos los países.
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