Macarena Olona: «Soy leal, y de fiar»

La exparlamentaria, no obstante, rechaza cualquier interpretación de su salida que pueda «hacer daño a Santiago Abascal» o su antigua formación. «Yo soy leal y de fiar», aseguró a ABC horas antes de iniciar su peregrinación. Proclama que «ni Vox, ni sus afiliados ni sus simpatizantes» tienen «que preocuparse». «Yo sigo siendo la misma». Ayer insistió en esta idea ante los periodistas antes de iniciar su peregrinación. «Hacia él [Abascal] solo tengo palabras de profundo agradecimiento e inmenso cariño».

Cuestionada varias veces por un eventual regreso a la política, ahora que ella misma reconoció que su dolencia –un problema de tiroides– «está controlada», Olona cierra la puerta. Aparentemente. «Estoy deseando volver a sudar la camiseta pública», respondió, «yo quiero servir a los españoles y estaré allí donde pueda ser útil. No como política, sino porque a eso me he dedicado desde que oposité» para la plaza de la Abogacía del Estado, a la que ha solicitado su reingreso en las últimas semanas.

Pero en la misma respuesta reconoce no saber qué le deparará el Camino y los designios «del Santo Apóstol». «Los pasos, que desconozco cuáles van a ser, son para servir a los españoles». Por ahora solo ha revelado que ha declinado ofertas de trabajo de despachos privados de abogados, y que «universidades públicas españolas» le han propuesto dar «conferencias» a partir del mes de septiembre.

No habrá cargos de Vox compartiendo andadura, aunque sí militantes de base y votantes. Todo lo más, Abascal le deseó la pasada semana «una pronta recuperación» y «buen camino». Estos días «tiene otras cosas que hacer». El secretario general de Vox, José Antonio Ortega Smith o el vicepresidente y eurodiputado Jorge Buxadé se pronunciaron ayer en términos muy similares. Olona manda recado –«afortunadamente estoy recuperada»– pero esquiva también toda polémica. «Si yo hubiese necesitado a alguien, lo habría llamado para que estuviera conmigo. No voy a echar en falta a nadie», indicó a ABC.

La aparente frialdad de la cúpula de Vox en su marcha y desde que anunció su intención de realizar el Camino alimentó el relato de la distancia entre ambos. Llegó a publicarse que existían indicaciones a los presidentes provinciales «para que no dieran interacción a mis redes sociales». Olona lanzó otro aviso a navegantes. «Dudo mucho que haya esa animadversión, pero si fuera cierto, yo ya estoy fuera».

Este «es un Camino muy íntimo y personal», aseguró a este periódico, negando que su reaparición tenga trasfondo político alguno. «Llevo una mochila de veinte kilos que me pesa como si fueran cien y en la que hay de todo, menos política». No la echa de menos. «Todo depende de tus motivaciones. Si lo que te motiva es el coche oficial y tu retribución, vas a tener síndrome de abstinencia cuando desaparece». Ahora, Olona afirma tener «libertad».

Su última aparición pública fue el 21 de julio, en el pleno del Parlamento andaluz que eligió a Juanma Moreno como presidente de la Junta. Era el comienzo de lo que presumía ser una legislatura agridulce: Vox había subido en las elecciones pero no iba a ser decisivo en el gobierno de Juanma Moreno. En los pasillos del Parlamento ofreció declaraciones a los periodistas. Pocos supieron que, minutos más tarde, la asaltaron varios ataques de ansiedad y taquicardias. «Tuve incluso un desvanecimiento». Y muchos menos imaginaban que, apenas dos días después, Macarena Olona anunciaría su adiós a la política. «Mi cuerpo se rompió», describió ayer gráficamente, «las primeras semanas fueron de distancia absoluta con todo porque tenía que centrarme en mi salud».

Ayer también tuvo un recuerdo para Andalucía, tierra a la que pidió «perdón» y «disculpas» por la renuncia al acta de diputada apenas unos días después de tomar posesión de la misma. «En este camino uno de los pesos que llevo conmigo es Andalucía», reconoció, «ojalá mi proyecto vital y profesional que pasaba por Andalucía no tuviera que verse interrumpido de una manera tan abrupta como sucedió». Su intento de desagravio vendrá intentando exportar a Iberoamérica el arte de los imagineros andaluces, «que son marca Andalucía, y marca España». Lo quiere hacer a título personal, sin vínculo político alguno.

Su abandono del Parlamento se produjo por prescripción médica, contra su propia voluntad y con la intención de afrontar «un importante reto personal». «La salud no entiende de compromisos», confesaba. El comunicado lo difundió a través de sus redes, acompañado de una foto junto a Santiago Abascal, al que había informado previamente de su decisión.

Tras descartar distintas causas sobre el origen de sus problemas de salud, finalmente hallaron un diagnóstico. «Es un problema de tiroides», revela a ABC, «pero con medicación se regula». En los últimos meses había perdido «once kilos» y atravesaba una situación «de fatiga constante» que le pasó factura en la campaña de las andaluzas, aunque ella rechaza vincular su carrera andaluza y el estrés que supuso con el empeoramiento de su salud. «No lo sé, honestamente».

No caminará sola, como reza el himno futbolero. Dos familiares –su madre y su tío– y dos amigos han viajado con ella a Galicia. Además, simpatizantes y amigos, algunos de los cuales no conoce de nada, se han organizado para acompañarla por los caminos. Los hay que cubrirán la ruta completa, otros solo harán etapas sueltas. La propia Olona se comprometió a correr con los gastos si alguien no disponía de recursos para marchar a su lado.

«Que tu mano izquierda no sepa lo que ha hecho tu mano derecha», responde críptica cuando se le pregunta si ha tenido solicitudes de auxilio económico. Replica que el cariño que ha recibido es muy superior a lo que ella pueda entregar. Sus simpatizantes crearon un grupo de Telegram, tanto los que la acompañan a pie de Camino como los que siguen su desarrollo desde la distancia. Es un canal que fija horarios y puntos de salida o comidas, horarios de las misas del peregrino, y en el que se suceden los mensajes de ánimo a la exdiputada. El objetivo es alcanzar la Plaza del Obradoiro el próximo viernes 2 de septiembre.