la semana
Cabalgando contradiciones
La reunión de Pontón con la líder del Sinn Féin es la constatación de que todo sigue igual
Santiago
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Iniciar sesiónUna imagen puede ser muy ilustrativa. O no. Una foto fuera de contexto puede también llevar a engaño. Incluso puede utilizarse precisamente para eso, para iniciar o asentar un relato falaz. Trivial —la pandemia de postureo que inunda las llamadas redes sociales— o más sustancial — ... cuando se busca interesada y conscientemente inocular una farsa en el imaginario colectivo—. En cualquiera de los casos el embuste se complica a poco que el observador abra el foco y decida contrastar su primera impresión con otras instantáneas del álbum. Esa secuencia completa, de hecho, resulta habitualmente más pedagógica. Un ejemplo concreto de la esfera política gallega.
Hace unas semanas la portavoz del BNG visitaba Inditex. La foto podría generar la engañosa impresión de que ella y su organización han decidido virar el rumbo y transitar hacia una senda más moderada. En realidad, miembros de su ejecutiva dejaron claro desde el primer minuto que no, que nada había cambiado. Cualquier duda quedó, en todo caso, disipada con una segunda imagen estos días. Ana Pontón reuniéndose con la líder del Sinn Féin. La constatación de que, en efecto, todo sigue igual.
En realidad, aunque ambas instantáneas apunten en direcciones diferentes, al observarlas conjuntamente cobran todo el sentido. El sinsentido de la impostura que lleva ya tiempo representando el Bloque. Una fingida perestroika. Una farsa. Nunca ha estado sobre la mesa una renovación o actualización de la organización. Ni Ana Pontón ha pretendido jamás modificar ni un ápice sus postulados. Es únicamente un artificio. Apenas una pantomima. Una mala pantomima porque la careta se cae frecuentemente. Y entonces, sin maquillaje, se aprecia nítidamente que el BNG es exactamente lo que siempre fue. El partido cuya líder se reúne con Mary Lou McDonald, la presidenta del Sinn Féin. La formación que en las elecciones europeas ha concurrido en coalición con Bildu. Y la organización que sigue miméticamente en el Congreso la estrategia que le marca Esquerra.
Esto último tiene, además, su cierto mérito porque exhibe públicamente sus incoherencias. Cabalgar contradicciones, lo llama Pablo Iglesias. Las que, por ejemplo, revelan otras dos imágenes observadas en conjunto. La primera, la de la secretaria del área de organización del partido anunciando esta semana la convocatoria de una manifestación «contra la subida de precios». Además de las críticas tradicionales a la Xunta, esta vez denunciando también que el Gobierno central esté «paralizado» y opte por «medidas cosméticas». La segunda, la del diputado nacionalista Néstor Rego posicionándose en el Congreso en contra de las enmiendas a la totalidad presentadas a los presupuestos diseñados por ese ejecutivo «paralizado» que opta por «medidas cosméticas». Es cierto que el parlamentario criticó en tribuna esas cuentas, pero también que las avaló desde su escaño con su voto. Como Esquerra, advirtiendo que Ferraz deberá negociar para conseguir su apoyo definitivo.
La mascarada habitual. Enarbolar la bandera de la pureza radical frente a la izquierda gubernamental al mismo tiempo que sostienen a esa izquierda 'impía' en la Moncloa. Pretendiendo aparentar de vez en cuando que se desmarcan de PSOE y Podemos, pero apoyando a la hora de la verdad su política económica. Una complicidad que se mantiene desde el inicio mismo del presente mandato de Pedro Sánchez, cuando firmaron un acuerdo de investidura que no se cumple. Eso, en realidad, nunca ha parecido preocuparles demasiado a los nacionalistas porque siempre han demostrado estar dispuestos a mantener su papel de comparsa en el bloque de apoyos parlamentarios de la coalición. Lo cual no es óbice para que se sigan reivindicando como los únicos defensores en el Parlamento nacional de los intereses de Galicia.
Otra gran falacia que no resiste un mínimo ejercicio de contraste con la realidad. Ese es el problema de las imposturas. Que pueden funcionar en un determinado momento puntual, una foto impostada, pero no sobreviven a largo plazo, al considerar la secuencia completa. Porque lo que muestra la serie íntegra es precisamente el artificio, a esos actores retratados cabalgando sus contradicciones.
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