Las lluvias obligan a cancelar procesiones y a celebrar los actos de culto bajo techo
El mal tiempo frustra meses de preparativos en lugares como Ferrol o Viveiro, pero no frena por completo las agendas
Semana Santa en Galicia: la fe y el fervor popular urbano, rural y marinero

La Semana Santa en Galicia está siendo más de recogimiento que de calle. El clima no da respiro a las cofradías de unos y otros lugares, que tras meses de preparaciones deben recurrir al mal menor: cambiar sus agendas y trasladar las celebraciones al resguardo ... de una lluvia casi constante.
En Ferrol, la Semana Santa se vive a medio gas. «Acabó el miércoles. Aquellas fueron las últimas procesiones que pudieron salir. Las del jueves fueron cayendo todas como las fichas del dominó. El viernes exactamente igual. Y hoy no pinta nada bien», contaba el sábado a ABC el presidente de la Junta de Cofradías, César Carreño, sin disfrazar la decepción. «Te queda un sabor de boca muy agrio. Llevas absolutamente todo el año trabajando por hacer las cosas bien», relata. Las preparaciones y los ensayos fueron norma desde enero, «y, cuando puedes llevarlo a la calle, se rompe todo por la lluvia».
El recuento de cancelaciones en la urbe, donde la Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional, no es pequeño. El Jueves Santo no salieron la Procesión de Jesús de la Humildad y la de las Angustias. Al día siguiente, corrieron la misma suerte la del Santo Encuentro y el acto del Desenclavo –que se trasladaron a la Concatedral de San Xiao–, así como la del Crucificado, el Traslado de la Cofradía de Dolores, la Procesión de la Soledad y la de Os Caladiños.
Carreño es realista: el factor meteorológico siempre es la gran variable. «Es lo que no podemos controlar (...) y así estuvimos el año pasado también, hubo que suspender procesiones. Estamos en la esquina de la esquina [del mapa], ya sabemos lo que pasa», comparte con este diario. Al final, debe primar que pueda haber más Semanas Santas en años próximos, y si los pasos no se sacan a procesionar estos días, como sí se hacía años atrás lloviese o tronase, no es sin buena razón. «Tenemos que conservar el patrimonio en perfectas condiciones. No podemos hacer una tontería un año y castigar una imagen o un manto», explica, con una acertada comparación: «Duele, pero es lo más lógico y normal. A nadie se le ocurriría, lloviendo, sacar un Velázquez a la calle». Ese sentido común que se ha ganado con los años, piensa, mejor no perderlo.
En espacios interiores
La experiencia, además de ayudar en la organización, ha venido bien para asegurar que se disfruta, al menos, en su medida cuando el tiempo no acompaña en estos días clave. Algunos actos se trasladaron a espacios interiores, caso del Desenclavo y del Santo Entierro, que se celebraron en la concatedral de San Xiao. También están abiertas las puertas del Museo de la Semana Santa; y, además, para este año había pensado un 'plan B' por si llovía: «En las diferentes iglesias de la ciudad estuvieron expuestas las imágenes que iban a procesionar y no pudieron hacerlo», dice Carreño.
Y ni así se resintió la concurrencia de asistentes. Los templos estaban «a tope». «Estaba la tarde desagradable, de mucha agua... pues había circulación constante de gente entrando, saliendo. Impresionante», sonríe el presidente de la Junta de Cofradías. Este año lo vive con el doble de sentimiento, porque será el último que está a su frente. «Llevo ya once, desde 2014», repasa, al cabo de dos mandatos –uno de ellos, prorrogado por la pandemia–. Y no va a tener la despedida más soleada, pero se irá con el orgullo de un trabajo largo y bien hecho. Quedan todavía algunos actos este Domingo de Resurrección, pero de nuevo está por ver si el cielo será clemente con la urbe ferrolana. Están programadas, a partir del mediodía, tres procesiones que sacarán los pasos del Traslado de Jesús Resucitado, el de la Virgen de la Luz y el de María Magdalena. Si el tiempo lo permite, en la Plaza de Armas, a las 13.00, se celebrará el Encuentro y la Semana Santa culminará con la retirada de imágenes.
Los trastornos, como cabría esperar, no se limitaron a la agenda ferrolana. La caída de chaparrones frustró los planes de procesiones en Vigo, Santiago, Lugo, O Carballiño y Fisterra, entre otros lugares, que en unos casos sustituyeron el itinerario por las calles por actos testimoniales y, en otros, por el depósito de las imágenes en iglesias para que al menos pudiesen visitarse, como en Ferrol. Y tampoco se libraron otros destinos de amplia tradición; caso de Viveiro, donde la Semana Santa también es fiesta de Interés Turístico Internacional. El viernes no pudieron realizarse con normalidad ni el acto del Desenclavo ni las procesiones del Santo Entierro y de La Pasión, que se trasladaron a interiores.
Las cofradías siguen atentas la jornada del domingo, como mínimo, a cómo evolucionan los cielos sobre la Comunidad. Meteogalicia pronostica inestabilidad atmosférica, con clima parcialmente nuboso, y lluvias intermitentes que irán aumentando conforme avance la tarde. De cara al lunes y al martes, días en los que algunos lugares seguirán celebrando la Semana Santa, el instituto meteorológico habla ya de «chuvascos» y de que se depositarán nieblas persistentes; pero anticipa que el temporal irá amainando en el medio plazo.
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