El garabato del torreón
Marejadas y marejadillas
Somos presa de las urgencias y el sálvese quien pueda
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAlgunos movimientos sísmicos zarandean la actualidad política. La escala de Ritcher registra sacudidas nivel Triacastela. Cómo ya dijo aquel paisano de Vilaquinte cuando las primeras urnas autonómicas, «os outros móvense como o demo», sin que a estas alturas haya sido posible averiguar quiénes eran «os ... outros».
Estamos, eso sí, instalados en el cainismo y somos presa de las urgencias y el sálvese quien pueda. Empezando por las piezas de caza mayor, ahí está la Yoli pidiendo árnica y rogando que le abran ficha en el PSdeG (Partido Sanchista de Galicia) y la transfieran a la cabeza de la lista por la demarcación de A Coruña en las próximas generales. Desactivada la broma de Sumar, ahora toca buscar arrimo para poder seguir viviendo por la cara y mantener vigente el derecho a girar la llave de la caja sin que la gente se pregunte, como en el famoso cuplé, de dónde saca pa tanto como destaca.
En Galicia, quién lo diría, también se cierne la amenaza de que prescriban los efectos de la anestesia general. El antagonismo cainita, que tantos momentos de gloria nos ha deparado, sobrevuela ciertos despachos con línea telefónica directa con el pazo neoclásico al que da nombre el arzobispo don Bartolomé Raxoy. Y así, en alguna presidencia provincial del partido hegemónico parece que se está tejiendo una telaraña que ponga fin a la unanimidad en el aplauso y derogue los ecos del «vivan las caenas», vigentes en algunos ámbitos casi desde 1814, cuando Fernando VII.
En la provincia que habito, el PSdeG se ha ocupado vehementente de devolverle la alcaldía al PP en O Valadouro y estuvo a punto de hacer lo propio con la de Viveiro, cuya alcaldesa consiguió hacer buenos a todos sus predecesores desde los tiempos en que Pastor Díaz estudiaba latín en el seminario conciliar de Mondoñedo. De la vileza del BNG en Foz, mejor no hablar. Venga lo que venga, se esperan ajetreos serios y alguna que otra puñalada trapera. O sea, lo de siempre: tantas alegrías como disgustos.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete