El Garabato del Torreón
Don Joaquín y otros
Galicia le debe la culminación de muchas iniciativas emprendidas durante su etapa de ministro de Educación Nacional
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Iniciar sesiónCircunstancias pésimas me impidieron corresponder a la invitación de un grupo de cuadernólogos para sumarme, pluma en ristre, al homenaje a don Joaquín Ruiz-Giménez con ocasión de los 130 años de su nacimiento. Mentar a don Joaquín es traer a la memoria mucha ... historia de España, desde el recuerdo de su padre, diputado en las Cortes de la Restauración, ministro con varios gobiernos y alcalde de Madrid en la mismísima víspera de la proclamación de la República, hasta la creación, ascenso y caída de los inolvidables 'Cuadernos para el Diálogo' y —ya en democracia— la puesta en marcha de un órgano de tanta relevancia institucional como el Defensor del Pueblo.
Entre sus profesores de la facultad de Derecho, Ruiz-Giménez tenía verdadera veneración por Recaséns Siches, tres veces diputado por Lugo en las Cortes republicanas, encartado por Pepe Benito Pardo primero en la lista de la Derecha Liberal Republicana y luego en la del Partido Republicano Conservador. La política gallega, la de antes y la de siempre, era tema de conversación muy grato para don Joaquín, a quien Galicia debe la culminación de muchas iniciativas emprendidas durante su etapa de ministro de Educación Nacional, en la que, por cierto, contó con la provechosa colaboración del lucense Armando Durán, director general de Enseñanzas Técnicas.
En el arranque de la Democracia, vino don Joaquín a Lugo para dar una charla en aquel encomiable y efímero Club Político. Galicia era para don Joaquín tierra muy querida y bien conocida. Contribuía a ello su amistad con don Maximimo Romero de Lema, coruñés de Baio, teólogo formado en Friburgo y participante en el grupo creador de 'Cuadernos para el Diálogo', con Laín, Tovar, Carlos París (curioso caso de falangista enmendado en comunista) y otras gentes de diversas tendencias. Ya obispo de Ávila, Romero de Lema parecía destinado a suceder a Quiroga Palacios en el solideo Compostela. Lo impidió un accidente de aviación, cuando regresaba de Roma. Corrían los meses finales de 1996.
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