Pasan cosas en el PSdeG

El secretario general del PSdeG que dijo que se apartaría de la candidatura a la Xunta si Besteiro la quería para sí ahora está deshojando la margarita sobre si será candidato o no... pero a la alcaldía de su pueblo. Valentín González Formoso es honesto: debe todo en política a los vecinos que lo eligieron para dirigir su concello. Con ellos empezó todo. Y siente que debe garantizarles un futuro, toda vez que la central de As Pontes tiene fecha de caducidad y los proyectos de futuro están todavía en fase de maduración. Él quiere estar a pie de obra y que no queden en las habituales aguas de borrajas de toda reconversión industrial. ¿Pero cuánto de compatible es eso con ambicionar la Presidencia de la Xunta? Llegados a este punto, incluso si no opta a la alcaldía de As Pontes, se suscitará la duda razonable de si la decisión la toma a regañadientes.

El tercer nombre propio es el de José Miñones, delegado (de la propaganda) del Gobierno en Galicia, tarea a la que se dedica en cuerpo y alma. No se cuestiona la devoción al engrandecimiento de todo lo que Pedro Sánchez hace por nosotros pero, ay, no somos capaces de ver porque la niebla gallega lo opaca. Si supiésemos cuán bueno es el inquilino de la Moncloa, no caeríamos en los cantos de sirena de la malvada derecha.

Sarcasmos aparte, Miñones no es una figura irrelevante, aunque su actividad sí lo sea. Su lealtad con Sánchez se expresó durante las primarias de 2017, y el presidente no olvida. Miñones es licenciado en Farmacia. Sánchez va a renovar en breve a varios ministros, entre ellas a la de Sanidad. Y puestos a promocionar a un futuro candidato...