AnÁLISIS
Marta Lois, candidata por descarte en Sumar
Ella no quería, pero Martiño Noriega tampoco. Y Yolanda le ha pedido el favor
SANTIAGO
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLe preguntaron a Marta Lois en octubre. Y de nuevo a finales de noviembre. La respuesta ambas veces fue la misma: se descartaba como candidata a la Xunta porque estaba centrada en la política nacional. No quería volver, vaya. Y sin embargo, este miércoles se ... la presentó como la cabeza de cartel de Sumar para las autonómicas. ¿Qué ha pasado entre las dos negativas y su designación? Pues hemos ido sabiendo que a Martiño Noriega le ofrecieron el envenenado cáliz y lo apartó, desencantado con el proyecto que hoy representa Yolanda Díaz, del que antaño sí formo parte. Y visto el erial humano que había en Sumar Galicia, la vicepresidenta no ha tenido más remedio que pedirle el favor a una amiga íntima como Lois, a la que llamó en julio para ir a Madrid y ahora devuelve a Galicia.
Habrá que ver, en primer lugar, si Lois no se marca un Gómez-Reino, y retiene su acta en el Congreso hasta ver si la logra en el Pazo do Hórreo, que de saltos al vacío están llenos los cementerios de la política. Las perspectivas de Sumar no son especialmente halagüeñas, no solo porque la disputa con Podemos divide un electorado de por sí escaso, sino porque mucho de ese votante ha encontrado acomodo en el BNG en las autonómicas. Si Lois saca escaño no pasará del grupo mixto –en el más que probable escenario de que el PP revalide la mayoría absoluta–, y si no lo consiguiera, volvería a la Carrera de San Jerónimo enormemente debilitada. Algunos en Sumar se frotan las manos.
Lo que estaba claro es que Sumar no podía no concurrir a las elecciones autonómicas. El hecho de partir con cero escaños tras la debacle del espacio de las Mareas en 2020 no era un eximente ni una justificación para ponerse de perfil. En primer lugar, porque una formación política que busca alcanzar implantación nacional tiene la obligación de llevar su propuesta a todos los procesos electorales que le sea posible.
Aunque en realidad, todo es cuestión de perspectiva. Sumar no parte de los cero escaños de 2020 sino de los 180.000 votos que logró el 23-J, que supusieron dos escaños en el Congreso, entre ellos el de Marta Lois. Renunciar a mantener ese capital electoral era un magno regalo a PSOE y BNG, sobre todo a este último.
Además, en 2020 el espacio de la izquierda pata negra estaba liderado por Pablo Iglesias, por lo que el fiasco de aquellas autonómicas recayó sobre el hoy comentarista y 'macho alfa' en la sombra de Podemos. Yolanda se puso de perfil, en parte porque en la implosión interna de En Marea ella tuvo mucho que ver. Que le pregunten a Luís Villares. Ahora, sin embargo, la ferrolana es el mascarón de proa de Sumar, vicepresidenta segunda del 'Gobierno de coalición progresista' (etc.), y un hipotético fracaso en su tierra le irá al morral de su gestión interna, menguando su crédito. Yolanda no puede permitirse un resbalón de ese tamaño.
Luego está el preacuerdo para coaligarse con Podemos e IU, una suerte de paréntesis en la guerra abierta entre rosas y morados y que acabó con la salida de Belarra y otros cuatro diputados de la disciplina del grupo confederal en el Congreso. Parece que el pulso se aplaza a las europeas, y se firma un armisticio puntual: si las autonómicas salen mal, que no sea por la división en la izquierda, intentan decir.
Sin embargo, parece muy improbable que Sumar vuelva a ser tercera fuerza política en Galicia, adelantando a un BNG que todas las encuestas dan como firme vencedor en el espacio de la izquierda. A Sumar le rentaría una campaña muy en clave nacional, pero la de las gallegas apunta a todo lo contrario. Desde luego el BNG no quiere caer en esa trampa de la que sale siempre perjudicado, y el PP sabe que agitar ese avispero solo sirve para una movilización anormal en la izquierda, que puede provocar resultados inesperados.
El PSOE, por su parte, dice que no quiere hablar de otra cosa que no sea Galicia, pero en realidad su vocabulario se limita a hablar del Gobierno y de Pedro Sánchez, con un discurso muy perverso: el Ejecutivo será bueno con Galicia solo si la Xunta es socialista. La lógica es impúdica, pero ya nada sorprende cuando en la ecuación están los que negaron la amnistía, los indultos, el referéndum, el verificador, los pactos con Bildu...
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete