Análisis
Fabricando un 'Prestige' a 40 días de las autonómicas
¿Qué interés tiene la Xunta en ocultar nada de una situación de la que no es responsable?
Cuando convoca las elecciones del 23J tras la debacle de las municipales y autonómicas de mayo, Pedro Sánchez sabe que las tiene perdidas. En esos dos meses entre comicios es capaz de darle la vuelta a las encuestas movilizando a un sector de su electorado, ... muy descontento con su gestión. Se abraza a alimentar el voto reactivo de la izquierda: si yo no te emociono, al menos vota contra la derecha. Vox fue el tótem y la receta funcionó. Votar con el estómago, enfurecido, rabioso, casi en defensa propia.
Vengamos a Galicia. Las encuestas vaticinan una mayoría absoluta del PP. Ni el cambio de candidato popular, ni los 14 años de gobiernos conservadores, ni la renovación en los rostros de la oposición abren la puerta a un cambio de ciclo. Lo convencional no funciona. Hasta hace dos días, ese voto reactivo estaba siendo alimentado con los colapsos hospitalarios derivados del pico de infecciones respiratorias. La izquierda era lo que tenía para azuzar al votante no especialmente motivado. Pero al final gripe hay en toda España, y los catalanes o los andaluces también están con urgencias saturadas. La estrategia no chuta.
Entonces llegó el barco. 'Toconao', mercante, bandera liberiana, varios contenedores que se caen en aguas portuguesas, uno de ellos empieza a verter pellets de plástico. Y llegan a la orilla. A muchas, de hecho. La izquierda ve la luz, acaba de recibir el regalo divino que ansiaba. Tan solo necesita introducir una palabra en el relato, y desplegará sus capacidades por sí sola: Prestige. Vuelven los fantasmas, regresa el argumentario negro contra el PP: la derecha abandona de nuevo al pueblo gallego, que debe bajar a la arena a salvar sus playas de una catástrofe ambiental. Manipulación y mentira, imputa la izquierda a la Xunta mientras tapa el espejo para no verse reflejada en él.
Porque, en realidad, todo lo que rodea al discurso de la oposición –nacionalistas, socialistas y rupturistas– es la agitación y propaganda propias de la cercanía electoral. Que el recuerdo del Prestige funcione como elemento reactivo, con independencia de que se corresponda o no con la realidad del Toconao. ¿Quién le pide rigor a lo que publican 'youtubers' e 'influencers' en sus redes sociales? ¿Su labor no está remunerada? ¿Quién pone el dinero?
Nada de lo que está sucediendo es casual ni fortuito. Sabemos quiénes estaban detrás de 'Nunca Máis' porque ellos mismos lo reconocieron. «Nunca Máis no fue un proceso espontáneo, sino una acción de protesta coordinada, planificada y democrática a partir de estructuras preexistentes, que eran las del nacionalismo». Palabra de Bieito Lobeira en 'Chapapote' (Libros del KO, 2022). Lo que antaño fue una prueba exitosa hoy es sofisticación digital. Pero son los mismos y con idénticos fines.
No, el 'Toconao' no es el Prestige. Ni el rumbo del buque contenedor estuvo guiado por el Gobierno de España, ni pidió refugio en puerto gallego alguno por defectos en su estructura, ni portaba materiales contaminantes de peligrosa toxicidad. Y lo más importante: las 25 toneladas de pellets no son las 72.000 toneladas de fuel pesado que portaba la chatarra del capitán Mangouras. Pero todo eso ahora es irrelevante. Porque lo importante es que se avive el recuerdo inconsciente de la indignación chapapotera.
Si la Xunta tuvo cero responsabilidad en la gestión del rumbo del barco o en la comunicación con él, ¿qué interés tiene en ocultar nada? ¿qué habría cambiado activar el protocolo anticontaminación antes o después, si los pellets no pueden ser recogidos en el mar, como reconoce en sus correos Salvamento Marítimo? Lo importante es que Tragsa ya está limpiando playas, que la armadora no se ha puesto de perfil y que en un plazo de tiempo determinado el accidente quedará como eso, como un accidente más en el corredor atlántico.
Pero a la oposición todo eso le da igual, porque lo que buscan es un rédito electoral fabricando una catástrofe donde no la hay, presionando para que se elevase el nivel de alerta solo para atribuirse la razón al denunciar la gravedad de los hechos. Esto es lo único que le queda a la izquierda para tener una oportunidad el 18F. Y quedan 40 días aún...