Análisis
Qué esperar del Debate del Estado de la Autonomía
Es difícil prever acuerdos entre PP y BNG; el Bloque se diluye en la moderación

Enredados con el debate sobre Altri y las protestas perennes sobre sanidad y lengua se nos ha pasado el primer año de la legislatura en un suspiro. Y sobre esos doce meses rinde cuenta este miércoles el presidente de la Xunta, que tendrá la ... réplica de los grupos de la oposición... y del señor Ojea, la pincelada cómica de este Debate sobre el Estado de la Autonomía, una broma que no sale barata, precisamente.
De Rueda se espera que relate el grado de cumplimiento de sus compromisos electorales en este tiempo, muchos de los cuales fueron puestos en marcha en los primeros cien días de mandato. El segundo capítulo serán los anuncios, un clásico del debate, principalmente en materia fiscal. Y aunque el contexto invita a hablar del Papa y de la guerra comercial provocada desde la Casa Blanca, el inquilino de Monte Pío seguramente no esquive la política nacional para fijar posiciones: Galicia tiene pendiente concretar si recurrirá o no al TC la quita de la deuda o el decreto para el reparto de migrantes. Puede que este sea el foro para aclararlo.
Se prevé a un BNG en su papel habitual, predicando una visión catastrofista de la realidad gallega, para la que solo Ana Pontón y su 'gobierno alternativo' tendrán soluciones mágicas y efectivas, plagadas de grandes cifras para conquistar esa 'Galiza' nirvanesca soñada por los nacionalistas. Es difícil vislumbrar que haya margen alguno para el entendimiento entre los dos principales partidos. El Bloque se diluye en la moderación.
Así que una vez más la pelota estará en el tejado de los socialistas, confiados a José Ramón Gómez Besteiro, que ha hecho de la indefinición uno de sus rasgos más característicos. Este puede ser un debate para irse despojando de este tic, no solo para explorar vías de entendimiento con un gobierno gallego con un poderoso aval electoral, sino también para confirmar los (muy) leves síntomas de distanciamiento que parece querer marcar con el Bloque, su auténtico adversario en el espacio de la izquierda. Queda todavía mucha legislatura por delante, pero hay movimientos que -de existir- se deben demostrar andando y con paso firme.
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