El jefe de la Udyco en Pontevedra: «El 60 % de la heroína que entra en la provincia se va a Portugal»

Lo explica en una entrevista con ABC José Abreu, jefe del grupo II de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra. Capitanea un experimentado equipo de la Policía Nacional, protagonista en los mayores golpes al narcotráfico en Galicia de los últimos años. La aprehensión del primer narcosubmarino —en realidad un semisumergible— de Europa, con 3.000 kilos de cocaína, o las recientes operaciones en O Salnés contra la fabricación de sofisticadas narcolanchas para la cocaína o el hachís, figuran en el currículum de estos policías. Y en cuanto a heroína se refiere, protagonizaron también hace un lustro dos grandes golpes interviniendo 64 y 54 kilos de esta sustancia. «Era entonces el récord de Europa de los últimos cinco años», explica Abreu. Y es que, aunque «coger 1.000 kilos de cocaína está muy bien, pero eso se hizo muchas veces. Coger cien kilos de heroína, en cambio, en contadas ocasiones, es muy difícil».

También está en su haber la desarticulación, la semana pasada, de una potente organización de redistribución de heroína con epicentro en O Salnés. Ese operativo, bautizado como 'Atiç', en el que fueron detenidos 11 individuos —los tres últimos el pasado martes—, es un buen ejemplo del 'modus operandi' de estas redes dedicadas a la heroína. Empezando por esos vínculos entre los narcos gallegos y portugueses. La operación arrancó en marzo con la caza por parte de la Policía portuguesa de un conductor cerca de Oporto que transportaba desde Galicia 12 kilos de esta sustancia. Fue después de que la Udyco de Pontevedra, que le seguían la pista, alertara a los agentes del país vecino. «Era un transportista al que habían mandado —a Galicia— a buscar la sustancia», explica el jefe de la Udyco de Pontevedra. Un claro ejemplo, el de la operación 'Atiç', de la gran demanda de heroína de clientes portugueses.

Pero conviene, aunque sea esquemáticamente, dibujar la ruta habitual de la heroína desde su producción hasta el consumidor final. Su origen suele ser Afganistán, desde el que llega a Holanda, el gran centro de redistribución de estupefacientes —no solo de heroína— de Europa. Desde allí se exporta al resto del continente. La que llega a la península ibérica suele hacerlo, según explica Abreu, por tres comunidades: Cataluña, Madrid, Andalucía y Galicia. «Más que Galicia, podríamos decir Pontevedra», matiza. A su vez, desde la provincia gallega —donde solo se queda una parte de la sustancia— se redistribuye a Madrid, Andalucía —sobre todo Sevilla— y, especialmente, al país vecino. El transporte, casi siempre, lo hacen por carretera.

Los narcotraficantes gallegos —situados en un escalafón medio alto en la pirámide jerárquica del circuito— estarían conectados, sobre todo, con las mafias turco-holandesas y albanesas, que les suministrarían la mercancía. Asimismo, estos traficantes galaicos revenden la heroína a otros, de menor 'categoría' pero todavía con cierto estatus. Narcos que, aunque de escalafones más bajos, tienen músculo para adquirir importantes partidas de droga —12 kilos de heroína de una tacada en la operación 'Atiç', por ejemplo—.

En todo este circuito teórico en el que siempre puede haber variantes, la droga suele estar en «continuo tránsito», apenas se almacena. Los narcos de niveles medio- alto no acostumbran a tocar la mercancía. «Donde la empiezan a cortar y a preparar es en los escalafones más bajos, para que llegue al consumidor lista para ser consumida». En la operación 'Átiç' fueron detenidos, además de esos supuestos narcos de O Salnés —viejos conocidos de la Policía—, otros de escalafones más bajos, encargados, por ejemplo, de distribuir la droga en localidades como Santiago, O Grove y Fisterra.

Cabe aquí otra puntualización. Aunque hay excepciones, quienes trafican con heroína en los niveles medios y altos de la cadena solo suelen trabajar esa sustancia:«La gente de heroína es de heroína, nada más. Si le ofrecen cocaína, no la quieren», explica Abreu. Los traficantes de cocaína, en cambio, son menos exclusivos, y si se le ofrece un pase de heroína no suelen rechazarlo. «Generalmente, no se mezclan, aunque sí en las partes más bajas de la cadena. Arriba, cada uno está especializado en lo suyo», añade a ABC.

También los proveedores son distintos. Los de la cocaína son sudamericanos y los de la heroína, como se ha dicho, turco-holandeses, o albaneses. Y el perfil de los narcos de la heroína es bien distinto de los de cocaína y hachís. «Son más discretos, gente mayor, que lleva toda la vida con heroína», aclara Abreu. Narcos experimentados, muchos de ellos mayores de 70 años. Nada que ver con la ostentación cuasi pornográfica de históricos y conocidos grandes capos de la cocaína.

La heroína preocupa, y mucho, a las autoridades. Su consumo pasa más desapercibido que antaño porque ya no se inyecta. «Se está incrementado. No llegamos todavía al consumo de los 80, pero desde hace años advertimos que hay ya mucha heroína», avisa Abreu. Un grave problema de salud, pero también social y económico.