La Inteligencia Artificial como arma contra el tráfico de bienes culturales

La UDC colabora con un proyecto a nivel europeo que hace uso de esta herramienta para localizar a bandas organizadas

Patricia Faraldo, de la UDC, forma parte del proyecto WEB UDC

Existe un gran mercado oculto —y, a veces, no tan oculto— de bienes culturales. En él se venden obras de arte históricas o piezas arqueológicas milenarias. Cuando estallan conflictos o guerras en los países de Oriente, parte de su riqueza patrimonial es expoliada y termina ... en el mercado negro o subastas online, explica Patricia Faraldo, catedrática de la Universidade da Coruña (UDC) y líder de uno de los grupos de trabajo que conforman RITHMS: una iniciativa europea que se propone usar la Inteligencia Artificial para desmantelar redes de tráfico de bienes culturales.

RITHMS es un proyecto financiado por la Unión Europea que agrupa a varias empresas tecnológicas y cuerpos de seguridad de diferentes países del continente. La UDC es la única universidad presente en el proyecto, detalla Faraldo. Están preparando «una plataforma que pretende utilizar datos abiertos en la web para investigar el crimen organizado de Patrimonio Histórico«. El papel de la Inteligencia Artificial pasa por recopilar y »limpiar« la infinidad de datos del ciberespacio, además de otros vía satélite, para poder trazar perfiles de posibles criminales o redes de tráfico de estos bienes. Resumiendo, en palabras de la catedrática, »la policía va a tener un instrumento que le va a indicar con qué probabilidad determinados sujetos pertenecerán a determinadas redes« para poder anticiparse y actuar con mayor velocidad.

Pero no todo vale: como tecnología relativamente reciente y en pleno desarrollo, a la Inteligencia Artificial hay que limitarla con líneas rojas que no se deben de traspasar. En pocas palabras, sobre todo en materia de «protección de datos». Concretamente en esta parte del proyecto es en la que se centra el trabajo de la catedrática de la UDC. Además de trazar los principales indicios de actividad delictiva, Faraldo y su equipo se ocupan de la parte ético-legal del RITHMS: «Hay debate en los límites de la IA desde un punto de vista ético«, comenta. »Esta plataforma, de acuerdo con el reglamento de la UE, es de alto riesgo: en malas manos puede atentar contra derechos fundamentales«, cuenta la profesora, porque esa búsqueda masiva de datos »permite identificar personas, crear perfiles… Nos preocupamos de qué manera la plataforma pueda ser respetuosa con la intimidad de las personas«. La clave está en »hacer esta investigación de forma que la intrusión sea la menor posible«.

Gran proyecto europeo

Son muchas las entidades de conforman esta iniciativa contra el tráfico de arte y bienes culturales. Hay cuatro autoridades policiales, dos agencias fronterizas, una academia de policía y diversas empresas tecnológicas y expertas en Patrimonio Cultural. Por parte de la UDC, Patricia Faraldo lidera el equipo de investigación Criminología, Psicología Jurídica y Justicia Penal en el siglo XXI (ECRIM).

Desde hace ya varios años, el tráfico ilícito de bienes culturales pasó de ser un fenómeno local, limitado a la iniciativa de unos pocos individuos, a convertirse en una actividad altamente organizada. Las organizaciones criminales encontraron en Internet un espacio donde expandirse todavía más en las casas de subastas online. Y precisamente ahí ponen el foco desde el RITHMS: «Vamos a tratar de identificar los productos que venden y contrastarlos de manera automática con las listas de objetos robados, saqueados o desaparecidos», concluye Faraldo.

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