La huelga de médicos afecta a 1.600 cirugías y 32.000 consultas

El sindicato médico se presentaba en la tarde de este miércoles en la reunión con los ánimos caldeados. A primera hora de la mañana, el CESM difundía un comunicado en el que informaba de que se plantearía emprender acciones legales ante unos «servicios mínimos abusivos» establecidos por el Sergas. El sindicado acusaba a la Administración de querer «reventar» la huelga, comenzada el pasado 11 de abril. En el comunicado, la organización hablaba de una imposición «unilateral» de los servicios mínimos por parte de la Consellería de Sanidade, puesto que «en algunos casos» como en el área de hospitalización del Hospital de Monforte (Lugo) «llegan a incrementarse un 28,7 por ciento« sobre los acordados antes del arranque de la huelga, recoge la nota. Desde CESM no se explican cómo, si la semana del comienzo del paro el seguimiento era del 14 %, según datos de la Xunta, ahora que informan que no llega al 4 % es necesario duplicar los servicios mínimos. La organización eleva la cifra de seguimiento hasta el 75 % de los profesionales que la podían secundar en algunos hospitales a lo largo de la semana.

Desde el sindicato se presentaban en la reunión con la intención de iniciar una «negociación efectiva», en palabras del secretario general de CESM Galicia, Enrique Marra-López. La organización convocante aseguraba acudir al encuentro —el primero desde el arranque del paro— con «toda la buena voluntad del mundo», pero dudaban de que el Sergas tenga esa misma postura después de que los servicios mínimos subieran esta semana «todavía más», recoge Europa Press. Según explicó, la delegación de CESM acudió a este encuentro para «intentar conseguir una negociación efectiva« y «acercar posturas» en torno a la tabla reivindicativa anunciada ya el pasado 1 de marzo, día que se anunció la huelga, y que «es inamovible», tal y como advirtió el secretario general. Las declaraciones tenían lugar poco antes del inicio de la reunión, que se extendió durante toda la tarde de este miércoles. «Nosotros lo que hemos dicho es que estamos abiertos a negociar, que no queremos líneas rojas, ni que nos las pongan ellos ni las ponemos nosotros, pero tenemos que avanzar de una manera ostensible», declaraba Marra-López.

Desde el pasado 11 de abril este paro dejó tangibles consecuencias: se han suspendido, hasta este miércoles, un total de 1.670 intervenciones quirúrgicas, 32.696 consultas externas y 2.691 pruebas, según informó el Servizo Galego de Saúde. Durante la mañana de este miércoles, horas antes de esta reunión entre Sergas y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, se tuvieron que aplazar otras 157 operaciones, 335 pruebas y 3.995 consultas externas que se suman al cómputo general.

Desde la Administración se considera que muchas de las reclamaciones que hacían desde el sindicato ya estaban satisfechas desde hacía semanas o incluso meses. Del extenso listado de peticiones del CESM (agendas cerradas de 30 pacientes, días 24 y 31 de diciembre como no laborables, menos burocracia... Hasta una treintena de puntos), Sanidade dice que hasta tres cuartas partes están ya cumplidas o en proceso de negociación. Por ejemplo, con respecto a la atención primaria y las peticiones de mejores retribuciones, estas habrían sido atendidas el pasado julio, y también a finales de marzo, así como los complementos por turnos. No obstante, una de las principales reclamaciones de este sindicato era la reducción de jornada hasta las 35 horas semanales, como es el caso de otras Comunidades Autónomas, pero desde Sanidade consideran directamente imposible esa posibilidad: conllevaría una reducción de más de 4.700.000 horas de asistencia sanitaria.

No obstante, con respecto a otras reivindicaciones, como las agendas cerradas. El Sergas acordó hacerlas de entre 31 y 40 huecos al día —aunque CESM pide entre 25 y 30—, así como las gerencias de Atención Primaria y un compromiso de revisión de condiciones laborales y retributivas de los MIR. Asimismo, Sanidade destacó que ya hay previstos incentivos a la labor de los tutores de los residentes en formación en el proyecto de decreto aprobado por la Xunta a principios de febrero, así como para los puestos considerados de difícil cobertura.

Julio García Comesaña, conselleiro de Sanidade, reiteraba el martes la «voluntad» de la Administración de llegar a un acuerdo que pusiera fin al conflicto, aunque de nuevo se remitió a los pactos alcanzados «con el resto de sindicatos de manera permanente en Galicia» a través de la Mesa Sectorial.