primarias en el psoe gallego

Gonzalo Caballero agita la hoja de ruta del PSdeG hacia las autonómicas

Se erige en punta de lanza de los contrarios a Besteiro como candidato de consenso a presidir la Xunta

A la espera de que confirme si se presenta, refuerza en redes sociales su rol de voz incómoda para Formoso

Caballero y Formoso coincidieron el domingo en O Carballiño TWITTER

Pablo Pazos

SANTIAGO

O Carballiño, 13 de agosto. Fiesta del Pulpo. Gonzalo Caballero publica en sus redes sociales una fotografía, en mesa corrida, con su compañera en O Hórreo Marina Ortega y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, en primer plano, y más al fondo, Valentín González ... Formoso. «Lo pasamos muy bien y encontramos muchos amigos de toda Galicia», escribe el exsecretario general del PSdeG, sin especificar si incluye en dicha categoría al actual líder del socialismo gallego. Más tarde, ese mismo día, vuelve a asomarse a Twitter (ahora X) para dejar una nueva píldora de las recetas para la candidatura de su partido a la Xunta que viene publicando cada 24 horas desde el día 1 de este mes.

A Formoso le tocó el pasado domingo sentarse a unos metros de quien, desde que en octubre de 2021 el propio alcalde de As Pontes le derrotó en primarias, se ha convertido en la voz más incómoda en el seno del PSdeG, a base de declaraciones y 'tuits' donde alterna las críticas con recados dirigidos a la dirección de su formación; marca perfil propio y se erige en voz díscola frente al discurso oficialista. El próximo 17 de septiembre el socialismo gallego volverá a apelar a la militancia, esta vez para elegir candidato a presidir la Xunta. Sin fecha oficial todavía para la presentación de candidaturas, se da por hecho que concurrirá José Ramón Gómez Besteiro como figura de consenso, con el respaldo del propio Formoso, pero no se puede descartar que Caballero le dispute la opción de medirse a Alfonso Rueda y Ana Pontón en los próximos comicios autonómicos.

El sobrino del alcalde de Vigo está inmerso en lo que él mismo definió como «proceso de escucha», como paso previo a postularse. El 28M, primero, y el 23J, después, le han surtido de argumentos a la hora de reclamar a la cúpula del PSdeG que reflexione para «enderezar» y «acertar» con el «rumbo» que han de tomar después de lo que no duda en calificar de «batacazos» en las urnas.

Al calor de los resultados de las elecciones municipales, Caballero puso el dedo en la llaga de que su partido había caído en Galicia «tres veces más que en España», en comparación con 2019, con la victoria en las generales de abril como gran hito. «En mi etapa siempre subimos», el «PSdeG tiene que volver a crecer electoralmente como hizo en mi etapa», ha insistido en los últimos días. Con el 23J en el horizonte, Caballero se declaró preocupado por las encuestas —ya lo había hecho, por ejemplo, en octubre del año pasado—. Escrutadas las papeletas, acudió de nuevo a la citada red social para afear que la Comunidad era la única en la que había bajado el porcentaje de voto a los socialistas, y comparar la cosecha con la del 19.

De los 14 puntos que ha ido difundiendo a diario, los dos primeros son los más llamativos. Caballero se estrenó reclamando al futuro candidato del PSdeG a presidir la Xunta «compromiso con la ejemplaridad, la honradez y la ética en la gestión de lo público», «bolsillos de cristal, limpieza y transparencia». Y un día después abogó por un «referente en la lucha contra cualquier tipo de corrupción, bien sean prácticas tipificadas como delito o comportamientos caciquiles o impropios».

Si era una andanada a Besteiro por sus cuitas judiciales, de las que quedó exonerado, Caballero olvidó interesadamente que él era secretario general del PSdeG cuando Francisco Javier Gutiérrez Orúe, alto funcionario del ayuntamiento de Vigo, fue condenado a cinco años de cárcel como principal responsable del conocido como 'caso cuñada', por el que nunca dieron explicaciones ni Abel Caballero ni Carmela Silva —cierto que Formoso también transigió cuando ésta fue designada presidenta del PSdeG—.

Apoyo de sus afines

Esos primeros mensajes fueron convenientemente jaleados por sus afines y oportunamente recogidos en su perfil por el propio Caballero. No podían faltar sus principales fieles, los también diputados Pablo Arangüena y Martín Seco —pendiente de un expediente disciplinario de Ferraz por desafiar a la dirección del PSdeG en O Hórreo—. Arangüena añadió que «no hay socialismo sin ética, que es algo muy diferente a la presunción de inocencia», mientras Seco citó a Pablo Iglesias, fundador del PSOE: «No solo hacen adeptos los partidos con sus ideologías, sino con buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres».

La diputada Noelia Otero, su excompañero de bancada Juan Carlos Francisco Rivera y Pilar Muiños también celebraron las palabras de Caballero, quien desde entonces ha reclamado a su partido no ser «marionetas» de «poderes económicos, ni fácticos, ni lobbies»; ser «creíbles» y «honestos» frente al populismo; y no convertirse en «refugio de la mediocridad» ni de quienes buscan «soluciones personales o sueldos»; después ha atemperado el tono, acudiendo a lugares comunes como la defensa de los servicios públicos, el apoyo a la innovación, un nuevo modelo económico y otro sistema fiscal.

Un goteo de propuestas salpicadas, en la misma red social, de mensajes más incómodos de leer en O Pino, como cuando reclamó «realismo» a José Tomé, barón lucense, por explicitar su apoyo a Besteiro, y le recordó el bagaje de su provincia el 23J. O al dar difusión a los inefables Arangüena y Seco, que tan pronto ponen a Formoso ante los resultados de 2019, por anunciar un «sorpasso» en las autonómicas, como el primero atribuye a Blas Otero maneras de «Ceasescu» por apostar por Formoso como candidato único. «Sería de película de Berlanga», clamó Arangüena.

Precisamente, el alcalde de Ames replicó a Caballero tras el 23J, en Twitter, que el rumbo del PSdeG ya se orientó en las primarias del 21 al despojarle del liderazgo. «Hay que saber perder y dar un paso al lado», recriminó. Más cauto fue el lunes el diputado Julio Torrado, quien dijo no saber nada de candidaturas. No quiso alimentar un fuego que avivan Caballero y los suyos.

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