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Un golpe policial cada dos semanas para poner coto a los narcopisos de La Coruña

lucha contra el tráfico de drogas

El incremento de la venta de heroína de los últimos años, preocupa a la Fiscalía Antidroga de Galicia

Un edificio de un barrio de La Coruña, en una imagen de archivo, donde los moradores traficaban con drog miguel muñiz
Jesús Hierro

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Es una tendencia general y en auge, que en España afecta a decenas de ciudades, pero que en lo que a Galicia se refiere es en algunos barrios de sus dos grandes ciudades, La Coruña y Vigo, donde el problema de los narcopisos resulta más evidente y preocupante. Y los cuerpos policiales y el Ministerio Público se conjuran para ponerles coto: «Está habiendo —en La Coruña— entre dos y tres operaciones policiales al mes» desde la primavera, explica en una conversación con ABC Fernando Martínez Quiroga, delegado en Galicia de la Fiscalía Antidroga.

El fenómeno no es nuevo, pero sí es cierto que en los últimos tiempos ha ido en aumento. Y suele estar vinculado a la okupación. Las organizaciones se asientan en pisos vacíos, desde donde distribuyen la mercancía. Trafican con tipo de drogas —cocaína, marihuana o hachís—, pero la venta y el consumo de heroína, la más peligrosa de todas ellas, hace unos cuantos años que se está incrementando. «El problema de la heroína son sus efectos inmediatos, causa adicción con muy pocas dosis», recuerda el fiscal. Y un segundo aspecto, no menos pernicioso: la «delincuencia funcional» que lleva aparejada. «Pasa con todas las drogas, pero mucho más con la heroína. Y eso produce una gran inseguridad en los barrios».

Imagen - «El problema d la heroína son sus efectos inmediatos, causa adicción a muy pocas dosis»

«El problema d la heroína son sus efectos inmediatos, causa adicción a muy pocas dosis»

Fernando Martínez Quiroga

Fiscal Antidroga d Galicia

 

En la ciudad herculina, los narcopisos se localizan sobre todo en barrios como Os Mallos, Sagrada Familia y Monelos. También, aunque menos, en el de Monte Alto. De todas formas, es un fenómeno oscilante: cuando estos individuos son expulsados de unos inmuebles, ocupan otros para seguir vendiendo sustancias estupefacientes. Y su presencia contamina todo el barrio; donde hay droga, hay inseguridad. Más robos y hurtos, pero también el riesgo de que en esos pisos, donde habitan a menudo en condiciones insalubres, se produzcan accidentes o incendios que amenazan la seguridad del resto del vecindario.

Por eso, el fiscal Martínez Quiroga recalca en la charla con este diario que es imprescindible que los vecinos den una voz de alarma: «Aprovecho para animar a los ciudadanos a que transmitan esta información, es totalmente anónimo. Si tenemos un aviso, ordenamos una vigilancia para confirmar que se está llevando a cabo la actividad que se denuncia».

Una situación «algo mejor»

En el barrio de Os Mallos, los vecinos, agrupados en varias asociaciones, llevan años denunciando toda esta situación. Aunque no deja de ser una percepción subjetiva, algunas de estas personas, consultadas por ABC, consideran que después de esta sucesión de golpes policiales, la situación en el barrio es «algo mejor». «La sensación de inseguridad que antes tenía, incluso durante el día, ahora ya lo la tengo», valora una vecina de Os Mallos que formaba parte activa de una de estas organizaciones. Eso no significa, ni mucho menos, que hayan desaparecido los narcopisos de este barrio de la ciudad herculina. Esta vecina menciona, por ejemplo, uno que todavía sigue activo en la Ronda de Outeiro.

Imagen - «Pasa con todas las drogas, pero más con la heroína. Produce una gran inseguridad en los barrios»

«Pasa con todas las drogas, pero más con la heroína. Produce una gran inseguridad en los barrios»

Fernando Martínez Quiroga

Fiscal Antidroga de Galicia

El número de narcopisos, recalca Martínez Quiroga, es muy difícil de calcular y el fiscal no se atreve a aventurar una cifra. En todo caso, como se ha dicho, en las dos grandes ciudades, La Coruña y Vigo, es donde los traficantes suelen valerse más de este tipo de inmuebles vacíos para la venta de droga al por menor. En otras ciudades, la presencia de narcopisos es más «anecdótica», aunque «alguno hay». En Pontevedra, por ejemplo, o Ferrol, la venta de droga a pequeña escala siempre ha estado más asociada a históricos poblados, como O Vao, por lo que respecta a la ciudad del Lérez; o a Freixeiro, Los Chaquetas o el de Rocky, en el caso de la ciudad coruñesa.

En esta venta al por menor, en «los escalafones más bajos de la distribución», hace unos años que las autoridades constatan el resurgir de la heroína, que desde los grandes estragos que hizo en la sociedad en las décadas de los 80 y los 90 había sido relegada a un plano secundario. Pero a partir de 2014, más o menos, giraron las tornas. Martínez Quiroga considera que ese nuevo auge está ligado a su abaratamiento estos años pasados. «Yo creo que fue el motivo principal de la reintroducción; esto es un mercado y se rige por la ley de oferta y demanda».

Este incremento de la presencia de la heroína que la Fiscalía y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han percibido en el menudeo, se ha constatado también en el narcotráfico a mayor escala. Este mismo año, destaca el Fiscal Antidroga de Galicia, ha habido «importantes incautaciones de esta sustancia». Y por lo que respeta a la provincia coruñesa, son los históricos clanes de Carballo, La Coruña y de Ferrol quienes trafican con esta sustancia —aunque no en exclusiva—. Se la compran, esencialmente, a proveedores albaneses.

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