El Gobierno rechaza una dirección de seguridad marítima para Galicia

Lo dijo después ser preguntado por la posibilidad de que Galicia cuente con esta dirección general, coincidiendo con el aniversario de la catástrofe. Para Miñones, el accidente del Prestige «enseñó qué hacer hacia el futuro». «Por tanto, en estos años se reforzaron los servicios de salvamento y ahora contamos con más medios y estamos mejor preparados», añadió el delegado del Gobierno en Galicia, según recogió Europa Press. «Hay que seguir en alerta», eso sí, y por ello la Delegación del Gobierno mantuvo recientemente una reunión con las capitanías marítimas y responsables de salvamento marítimo. El objetivo, explicó Miñones, es el de «seguir avanzando en estos protocolos». «Ahora es importante ir señalando en esos protocolos aquellos detalles de cara a que no suceda nada similar en caso de tener una catástrofe de este tipo», concluyó Miñones ante la prensa.

Visión diferente es la del BNG, que reclama de nuevo las competencias de Salvamento Marítimo para Galicia. La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha recordado este lunes la «rabia» de «ver cómo no se asumieron responsabilidades políticas de los máximos responsables», del Gobierno gallego y central, «ni en el político ni en el penal». La «otra cara», subrayó Pontón, es la «lección de dignidad» que dio el pueblo gallego, que hace una década consiguió «autoorganizada, no solo una gran movilización, sino avances que mejoraron la seguridad marítima».

En términos similares sobre la ciudadanía se manifestó el viceportavoz popular Alberto Pazos Couñago, quien destacó la «enorme fortaleza moral y para sobreponerse de las dificultades» del pueblo gallego. El dirigente popular cree que se sacaron «conclusiones y lecciones para que no se vuelva a producir un hecho de estas características» y, aunque «queda trabajo por hacer», aseguró que «todas las administraciones están comprometidas» para que «no vuelva a ocurrir».

El portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento autonómico, Luis Álvarez, señaló la «realidad mudada» con respecto a 2002, ya que hoy en día los petroleros no pasan con la misma cercanía de la costa gallega, por lo que han cambiado las posibilidades de que se repita una situación similar. Álvarez también observó como «segunda derivada» la «preocupación de los impactos ambientales».