Los ganaderos estiman unas pérdidas de 30 millones por la sequía

En la tierra del minifundio, la escasa base territorial de las explotaciones gallegas siempre ha lastrado al sector lácteo, que se ve obligado habitualmente a comprar piensos con los que alimentar al ganado al no disponer de suficientes tierras de cultivo. Aún así, habitualmente se explotan de media en la Comunidad unas 70.000 hectáreas de maíz forrajero. Pero este año, el más seco de la serie hidrológica que comenzó a realizarse en 1980, la mitad de ellas serán prácticamente improductivas. «Los ganaderos de leche de este país van a tener un problema de incremento de costes al tener que pagar altos precios por el forraje para alimentar al ganado», subrayó Porto.

Las expectativas no son mejores para la carne. Los prados están secos y en muchas explotaciones los animales están consumiendo ya los silos que se tenían guardados para los meses de frío. «Nos vamos a encontrar con un invierno en el que las explotaciones van a tener un problema serio para alimentar al ganado y hay que activar ya mecanismos», demandó el secretario de acción sindical de Unións Agrarias. Porto explicó que existen también problemas de abastecimiento de agua en sitios puntuales. «Donde no hay traídas municipales fuertes y hay traídas vecinales, en algunos casos tenemos que recurrir ya a coger agua del río para darle de beber a los animales», aseveró.

Los problemas con el cultivo de forraje son todavía más graves en las zonas de la montaña lucense donde a la falta de agua se suma la presencia de la plaga de la rata topo. Unións Agrarias valoró el trabajo que los técnicos de la Xunta realizan en la búsqueda de soluciones que permitan frenar la expansión del roedor. Pero considera imprescindible que, mientras estas no lleguen, la administración habilite una línea de ayudas públicas que contribuya a paliar las pérdidas económicas causadas por el pasto y el forraje perdidos.

Desde Unións Agrarias subrayan la importancia de apoyar a las explotaciones ganaderas de carne como medio para combatir otro de los grandes problemas que azota Galicia este verano, el de los incendios forestales. Recuerdan que son un medio de fijar población y cuidar el territorio del rural, ya que el ganado mantiene limpios los pastos que a menudo ejercen de cortafuegos naturales. «Hay que hacer inversión en prevención en vez de en extinción», subrayó Porto para instar a las administraciones a darse cuenta de que «lo que se haga en explotaciones de carne no es un gasto sino una inversión». El sindicalista recordó que «donde hay explotaciones hay vida» por lo que si consiguen rentabilidad la población se fija en el medio rural, se cuida el entorno y los incendios «no tienen el impacto que están generando en estos momentos». «Necesitamos que se haga una reflexión seria, que se frene esta situación y que se pongan en marcha mecanismos por parte de las administraciones», prosiguió.

El principal sindicato agrario teme que 2023 sea un año complicado para la consecución de ayudas por parte de los agricultores. Ante el desorbitado incremento de los costes de producción, tanto el Gobierno central como la Xunta han arbitrado ya medidas para intentar ayudar a los productores de leche y de carne. Pero Porto recordó que en el caso de las autonómicas se trata de «créditos con cargo a los presupuestos del año que viene» por lo que teme que el próximo no haya dinero. UUAA reclama además que cuanto antes se ponga en marcha una Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) gallega para controlar que se cumple la ley de cadena alimentaria que prohibe la venta a pérdidas. El sindicato recordó que la propia Consellería do Medio Rural cifra el coste de producir un kilo de ternera gallega suprema en 6,16€ mientras que el precio medio que se está cobrando es de 5,50€.

La ganadería no es la única afectada por la situación de sequía. En la demarcación hidrográfica de Galicia-Costa (gestionada por la Xunta) son ya cuatro las cuencas que están en situación de prealerta (Lérez-Pontevedra; Anllóns-Costa de La Coruña; Grande y resto de ríos que desembocan en Camariñas; Tambre y resto de ríos que desembocan en la ría de Muros). En la demarcación del río Sil (dependiente del Gobierno) la alerta ya ha llegado a la cuenca del Miño y Bajo Limia y tanto el Miño alto como el Sil superior están en prealerta. El ayuntamiento de Riós (Orense) anunció que interrumpirá el suministro de agua corriente en varios núcleos de población durante las noches.