Esa rúbrica, señaló Rueda, evidenciaba que esa idea de una Europa «sin fronteras llegó a ser una realidad antes que en cualquier otro sitio». Y este martes, para celebrar esos lazos, el Parlamento de Galicia distinguió con la medalla del Legislativo autonómico al presidente de turno de la Comunidad de Trabajo, Antonio Cunha.
«Juntos, gallegos y portugueses, somos más y somos mejores», acreditó el presidente de la Cámara gallega, Miguel Ángel Santalices, anfitrión de un acto en el que, además de Rueda, intervino también el vicepresidente de la Assembleia da República de Portugal, Adâo Silva.
Tras recoger la condecoración en nombre la entidad, Cunha puso el foco en el valor del «camino» conjunto recorrido por la entidad en sus 31 años de vida y «éxitos».
Apeló a continuar en la senda seguida para afrontar desde «los poderes públicos» los retos de futuro, entre los que situó la conexión de alta velocidad, el aprovechamiento de las energías oceánicas, el impulso al sector aeroespacial y el refuerzo del sector agroalimentario. «Aún queda mucho sueño» compartido «por soñar», acreditó Silva.
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